Desarrollo Nuclear Argentino
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De lo que no tengo noticias es del contrato Pallas, se había frenado por la pandemia pero no tengo idea del estado actual de la obra, aguien tiene algún dato confiable?
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Podría quedar fuera de servicio hasta 2024
La central nuclear Atucha II tuvo una falla más grave de lo previsto y aún no se sabe cuándo volverá a operar
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Uno de los cuatro soportes internos del reactor se desprendió y quedó en el fondo. Nucleoeléctrica evalúa cortar la pieza para retirarla y seguir operando con los tres soportes restantes. La alternativa es abrir el reactor y reparar el soporte, pero implicaría dejar a la central fuera de servicio hasta entrado el 2024.La central nuclear Atucha II continuará fuera de servicio hasta que se defina cómo proceder con las tareas de reparación en el reactor. Una de las alternativas de intervención implicaría que la central quede fuera de operación hasta 2024.
Atucha II dejó de operar en octubre debido a un problema detectado inicialmente en la turbina Siemens de la central. Este medio había dado cuenta de que la detención sería aprovechada para resolver “otros problemas”, de acuerdo con una de las fuentes consultadas en su momento.
Efectivamente, Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) comunicó luego que encontrado un “desperfecto mecánico” durante la realización de inspecciones en el reactor. “Personal de Nucleoeléctrica Argentina detectó que un componente interno del reactor se había desprendido y desplazado de su lugar de diseño, situación que requerirá una intervención directa para su reparación”, explicó la compañía operadora de las centrales nucleares. Luego añadió que la falla “no implica riesgos para la seguridad de las personas o el ambiente”.
El cuadro de situación es complejo. NA-SA tiene en sus planes el proyecto de extensión de vida de la central Atucha I, con fecha de inicio de las obras en 2024. Pero con la salida de servicio de Atucha II podría ocurrir que dos de las tres centrales nucleares queden detenidas hasta entrado el 2024, con la consecuente pérdida de ingresos para la compañía.
Problema de soportes
EconoJournal pudo reconstruir de distintas fuentes que la pieza en cuestión es uno de los cuatro soportes internos del reactor.“Se detectó una pieza, un soporte, que se salió de su posición original y quedó suelta. Está en el fondo del reactor. Son cuatro piezas similares, las otras tres están en posición”, explicó una de las fuentes.
Pero por el tamaño y la ubicación de la pieza las tareas de reparación son difíciles. “La pieza es un disco de 130 mm de diámetro y 90 mm de altura. Pero el problema es que el orificio más grande para extraer esa pieza es de 90 mm. Las soluciones planteadas son realizar un corte para poder extraer la pieza o soldarla. Es muy difícil porque tenés una columna de agua de varios metros, presión hidrostática, etc.”, ahondó la fuente sobre el problema.
Otra de las fuentes consultadas profundizó en el dilema. “Hay dos opciones: utilizar un brazo mecánico para retirar la pieza y seguir operando con tres soportes, o abrir el reactor para reparar el cuarto soporte”, explicó la fuente. La segunda opción implicaría que la central quedará fuera de servicio por al menos un año, debido a que se deberían retirar los elementos combustibles y volver a colocarlos, dos tareas que consumen mucho tiempo.
En cualquier caso, la última palabra la tendrá la Autoridad Regulatoria Nuclear, que deberá evaluar la documentación técnica que Nucleoeléctrica provea para respaldar la primera opción.
Nucleoeléctrica había completado en julio una parada programada de cuatro meses en la central nuclear. Sin embargo, todas las fuentes consultadas coincidieron en que el problema actual tiene origen en la etapa de montaje del reactor (econojournal.com.ar).
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Lo que faltaba...
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La verdad q c*gada. Poca agua, sin 2 centrales nucleares... Un 2023 con cortes programados?
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Avanza la obra para que Argentina cuente con la técnica más avanzada de radioterapia contra el cáncer
El Centro Argentino de Protonterapia (CeArP) está ubicado en la Ciudad de Buenos Aires. Será el primero en su tipo de América Latina. En julio empieza la instalación del equipo que generará los haces de protones para el tratamiento, que está indicado para tumores de difícil acceso y pacientes pediátricos.La radioterapia es una de las principales herramientas contra el cáncer. Destruye células malignas, aunque a su paso la energía de la radiación ionizante también afecta a las células sanas. Pero existe una forma más avanzada de radioterapia que minimiza el daño y que muy pronto estará disponible en la Argentina: la protonterapia. La diferencia con la convencional es que los haces de protones pueden dirigirse con precisión milimétrica y recién liberan su energía máxima en el tumor. Después se frenan. Los efectos secundarios sobre los tejidos sanos se reducen y por eso esta técnica está indicada para tratar tumores sólidos de difícil acceso o cáncer pediátrico.
El Centro Argentino de Protonterapia (CeArP) será el primero al sur de los Estados Unidos. Lo están construyendo en avenida Nazca y San Martín, frente al Instituto de Oncología Ángel H. Roffo y junto a la Fundación Centro de Diagnóstico Nuclear. Se trata de un proyecto conjunto entre la Comisión Nacional de Energía Atómica, la Universidad de Buenos Aires y la empresa estatal INVAP, con la colaboración del Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan.
El corazón del futuro centro es un ciclotrón modelo C230, del sistema Proteus Plus
, que pesa 230 toneladas. Se trata de un acelerador circular de partículas que produce haces de protones. Esos haces serán conducidos con precisión milimétrica hasta los pacientes a través de dos gantries o portales, que a su vez pesan 110 toneladas cada uno y que se ubicarán en dos salas de tratamiento. También habrá un sector dedicado a investigación y desarrollo, el LAIDEP (Laboratorio de Investigación y Desarrollo en Protonterapia).
Estos equipos fueron adquiridos a la empresa belga IBA (Ion Beam Applications). De acuerdo a INVAP, comenzarán a instalarlos en julio de este año y la tarea requerirá alrededor de 22 meses. Ya se construyó la cámara donde los ubicarán, que tiene paredes de hormigón de hasta 4,5 metros de ancho. El avance de obra de esta parte del edificio es del 77%.
El centro va a contar también con un sector en el que se va a realizar radioterapia con rayos X de altas energías o fotones y que ya tiene un avance de obra del 95%. Para este servicio se adquirió y se está instalando un acelerador lineal Versa HD, que trabaja a velocidades superiores a los equipos convencionales, lo que permite brindar atención a un mayor número de pacientes. También se compró un acelerador lineal para radiocirugía CyberKnife
, que tiene un brazo robótico que se mueve en todas las direcciones e irradia mientras visualiza el tumor a través de imágenes radiográficas en tiempo real.
Además, ya están siendo instalados dos equipos de imágenes, fundamentales para planificar el tratamiento y seguir su evolución: un resonador magnético y un tomógrafo de energía dual.
En qué consiste la protonterapia
La protonterapia es un tipo de radioterapia con haces externos de radiación. En la convencional, con fotones, la energía de la radiación ionizante no se frena y va afectando las células del tejido que recorre. “Con la radioterapia de protones, que son partículas subatómicas de carga positiva, se apunta desde diferentes direcciones al blanco tumoral. La curva de energía es invertida, porque al principio es menor y se deposita menos en las estructuras sanas. Después la dosis entregada va en aumento y se produce lo que se conoce como pico de Bragg, al cabo del cual los protones se frenan por completo. Como se puede regular la profundidad donde se alcanza ese pico, se aplica un depósito de energía más alto y mucho más localizado en el tumor a tratar”, explica el físico Gustavo Santa Cruz, gerente del área de Medicina Nuclear y Radioterapia de la CNEA y director técnico y científico del proyecto del CeArP.
“El protón tiene casi 2000 veces más masa que el electrón y rompe estructuras moleculares, como el ADN. Por eso es muy eficiente para destruir las células tumorales”, agrega Santa Cruz.
El ciclotrón puede producir un haz de protones de 230 mega-electrón voltios (MeV) que penetra 32 centímetros en agua. Pero también se lo puede regular, por ejemplo, para que el haz tenga una energía de 70 MeV y se adentre exactamente cuatro centímetros. De esta forma, es posible enviar distintos haces para irradiar el tumor en diferentes puntos, para que reciba la dosis prescrita por el médico con una precisión milimétrica.
Por estas características, la radioterapia con protones tiene menos toxicidad y menos efectos adversos, mejorando así la calidad de vida del paciente. Está indicada para el tratamiento del cáncer pediátrico, tumores del sistema nervioso central, tumores avanzados ubicados en la cabeza o el cuello cuando no son operables o tumores en zonas complicadas como la base del cráneo, entre otros.
Cómo funciona el ciclotrón
El ciclotrón produce el haz de protones a partir de hidrógeno de máxima pureza. Este gas está conformado por núcleos de protones unidos a electrones. Al someter al átomo de hidrógeno a una fuente de ionización, pierde el electrón y queda el protón, que es acelerado en el ciclotrón con un campo eléctrico alterno hasta llegar a dos tercios de la velocidad de la luz.
Después los protones llegan a un degradador, para reducir la energía hasta el valor requerido. Finalmente, se usan un colimador, rendijas y electroimanes para obtener un haz de protones con la energía apropiada. La tasa de dosis en el tumor es de 2 Gy (Grays) por minuto, entregándose fracciones desde 2 Gy hasta 8 Gy según el protocolo, además del tiempo de preparación del paciente para el tratamiento, que suele ser de alrededor de media hora.
El paciente está en una silla robótica que lo mueve para ubicarlo en la posición necesaria. Con los días, a medida que avanza el tratamiento el volumen del tumor se va reduciendo, por lo que cambia el blanco que hay que irradiar y es necesario ajustar la dosimetría.
Gustavo Santa Cruz compara: “Hacer un centro de protonterapia es tan complejo como construir un reactor nuclear. Son instalaciones consideradas Clase 1”. La otra pata de este proyecto es formar un equipo de 12 a 15 personas que serán enviadas a formarse en países como España, Italia y los Estados Unidos, donde existen centros de protonterapia de características similares. En total hay 111 de estos centros en todo el mundo, pero el de Argentina será el primero de Latinoamérica.
Se estima que 120 pacientes por millón de habitantes por año se podrían beneficiar con la protonterapia. Sólo en la Argentina, el número potencial de pacientes candidatos a este tratamiento asciende a 5.200 por año. Cada sala puede tratar como máximo a 300 pacientes por año, así que serían necesarias más de dieciséis para atenderlos a todos. Solamente en Brasil hay 25.000 pacientes por año que se beneficiarían de la protonterapia y a nivel de toda Sudamérica más de 50.000.
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Misión oficial de la CNEA y el MinCyT para avanzar en diferentes proyectos con Corea, India y Francia
La presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) Adriana Serquis y el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación Daniel Filmus se reunirán en los tres países con autoridades de diferentes organismos vinculados al uso pacífico de la energía nuclear. El objetivo del viaje es estrechar lazos de colaboración y establecer alianzas estratégicas.
Me suena interesante que en Corea están desarrollando también un reactor modular pequeño (SMR). En Corea es el SMART, que es la contraparte de nuestro CAREM. Pero los coreanos están menos avanzado en el diseño. Aparentemente va a haber un intercambio técnico entre el organismo nuclear coreano (KAERI) y la CNEA
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Desarrollos de reactores tipo SMR en el mundo
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El RA-1 cumplió 65 años y sigue siendo un reactor nuclear de referencia para la formación de operadores en la región
La presidenta de la CNEA Adriana Serquis y el vicepresidente Diego Hurtado encabezaron la celebración del 65° aniversario de la inauguración del RA-1, junto al plantel actual de operadores y la presencia especial quienes lo gestionaron a lo largo del tiempo.En el año del 65° aniversario del RA-1, el primer reactor nuclear de América Latina tuvo su homenaje este viernes en el Centro Atómico Constituyentes. Pioneros que participaron en su construcción, familiares de los que ya no están, los responsables de operarlo en la actualidad y las nuevas generaciones que lo harán en el futuro se reunieron en el auditorio Emma Pérez Ferreira para compartir sus historias y analizar el legado que dejó el desarrollo del reactor con técnicos, científicos y tecnología nacionales. El acto, organizado por el Departamento de Reactores, estuvo encabezado por la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Adriana Serquis, y su vicepresidente, Diego Hurtado.
El RA-1 logró su primera reacción nuclear controlada el 17 de enero de 1958 y su inauguración oficial fue tres días después. Su construcción había llevado apenas 9 meses y comenzó a partir de la decisión del entonces titular de la CNEA, Oscar Quihillalt, de hacerlo con personal y tecnología propios en vez de comprar un reactor “llave en mano” en los Estados Unidos. Una decisión que abrió las puertas al desarrollo de la tecnología nuclear en la Argentina.
“La CNEA venía enviando gente a talleres para que se capacitaran, pero todos estaban cansados de hacer trabajos teóricos y querían pasar a la práctica y para eso hacía falta un reactor”, recordó Hugo Scolari, jefe del RA-1 y testigo de aquellos días. Y coincidió en que la historia hubiera sido muy diferente si se hubiera cumplido el plan inicial de comprarle uno a General Electric.
“El RA-1 es un hito muy importante para la CNEA y para toda la tradición del sistema nuclear argentino, porque marcó la forma en la cual se fue realizando el desarrollo científico-tecnológico del área nuclear –subrayó Serquis-. Antes de comprar algo llave en mano, preferir lo que hacemos con capacidades propias y seguir aprendiendo. Ahora, por ejemplo, la idea de exportar nuestras capacidades de gestión respecto a la Revisión Integral de Seguridad (RIS) de reactores nucleares tiene un valor desde el punto de visa emotivo y de soberanía, pero también monetario”.
El RA-1 hasta el día de hoy funciona para investigación, pero sobre todo como un reactor escuela. “Para nosotros es un orgullo, porque allí se han formado y se seguirán formando los operadores de todos los otros reactores”, destacó Claudia Barberis, la gerenta de Reactores y Centrales Nucleares de CNEA, que participó en uno de los paneles del homenaje junto a Fabián Moreira, jefe del Departamento de Reactores, y Elvio Antonaccio, el gerente de coordinación de proyectos entre CNEA y Nucleoeléctrica Argentina. Este último subrayó: “El RA-1 fue la piedra fundamental. Nos puso en la vanguardia de la industria nuclear a nivel mundial”.
“El paradigma de la política nuclear argentina en materia de reactores y generación nucleoeléctrica se fijó con el RA-1. En ese momento también se decidió hacer el desarrollo de los combustibles para no tener que comprarlos afuera y así asegurar el suministro”, explicó el doctor en Química Carlos Araóz, que ingresó a CNEA en 1956 y un año después era parte del grupo comandado por Jorge Sabato que elaboró los combustibles para el primer reactor. “Nos encargamos de los que se usaron al principio y también hicimos los que se instalaron cuando le aumentaron la potencia al RA-1. Y esos combustibles siguen hasta hoy”, contó.
“Cuando el reactor alcanzó criticidad por primera vez sentimos una gran alegría por haber logrado ejecutar un proyecto que era nacional en su mayor porcentaje”, recordó Aráoz, que sigue asesorando a CNEA en temas de combustibles hasta el día de hoy.
También participaron en el encuentro los hermanos Mariana y Conrado Geiger, hijos de los ingenieros Velia Hoffman y Miguel Alberto Geiger. “Mis padres se casaron y, pocos días después, se pusieron a trabajar en la construcción del RA-1, que a los 9 meses ya estaba terminado. Para nosotros es como nuestro hermano mayor”, comparó Conrado. “Hoy, 17 de marzo, nuestro padre cumpliría 90 años. Para nosotros es muy especial participar en este homenaje”, dijo Mariana. Y contó que su mamá le decía que cuando se hizo el RA-1 jamás se sintió discriminada por ser mujer, porque todos conformaban parte de un equipo técnico en el que importaban los conocimientos y las capacidades.
Adrián Daoud, que actualmente es responsable académico del instituto Dan Beninson, trajo el recuerdo de “La Tota”, una computadora de 16 k de RAM que hacía los cálculos del reactor en 10 minutos. “Todos temían que iban a perder sus trabajos por su culpa y me preguntaban si se podían alterar los resultados que entregaba”, relató.
Tanto el jefe del Departamento de Reactores, Fabián Moreira, como los operadores actuales definieron al RA-1 como su casa. Agustina González, que lleva tres años y medio en CNEA, aseguró: “Todo el mundo está dispuesto a enseñarte y está abierto a preguntas. Eso te genera ganas de seguir aprendiendo y mejorando. Destaco el sentimiento de pertenencia y cómo te integran”. “Todos nuestros estudiantes pasan por el RA-1”, sumó la secretaria académica del Instituto Dan Beninson, Ana María Lerner.
El cierre del homenaje estuvo a cargo de Diego Hurtado, quien habló de la importancia de que la CNEA recupere su centralidad. “El RA-1 fue un producto de esa centralidad”, aseguró. También sostuvo que los beneficios derivados de su construcción llegan hasta el día de hoy, en que la Argentina está completando la obra del reactor multipropósito RA-10, en el Centro Atómico Ezeiza.
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Firmaron convenio para la reactivación de la PIAP
Se trata de un acuerdo específico para la conservación y mantenimiento de la planta.
El gobernador Omar Gutiérrez participó el viernes 12 de mayo por la tarde en Buenos Aires de la firma del acuerdo para la reactivación de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) de Arroyito. El acto lo encabezó el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa.
Se trata de un convenio específico para la conservación y mantenimiento de la planta, que tendrá vigencia hasta abril de 2025. La inversión estimada es de 19 mil millones de pesos y corre por cuenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
Para Neuquén significa un paso importante, que permite poner en valor un activo estratégico que se construyó con una fuerte inversión del Estado, pero que había sido discontinuada en su operación en mayo de 2017. La firma permite darle valor al conocimiento que tiene Argentina en materia nuclear.
La firma del convenio le da mayores posibilidades a la reconversión de la segunda línea de producción. En la medida que exista una línea de producción funcionando, da mayores posibilidades a la segunda línea para reconvertirla y producir urea o amoníaco.
“El desarrollo e industrialización de Vaca Muerta y las oportunidades que brinda pueden ser propicios para garantizar que la PIAP vuelva a tener un rol protagónico”, señaló el gobernador y se refirió a una serie de “productos estratégicos” que se podrían sumar al agua pesada en un proyecto multipropósito, como “el amoníaco, los fertilizantes y el hidrógeno”.
Del acto también participaron el ministro de Energía y Recursos Naturales de la provincia, Alejandro Monteiro; la secretaria de Energía de la Nación, Flavia Royón; la presidenta de la CNEA, Adriana Serquis; el gerente general de la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), Alexander Berwyn; y el gobernador electo Rolando Figueroa.
Agua pesada
La producción de agua pesada tiene una demanda principal, que es el stock que se necesita en las centrales nucleares de Argentina para su reposición. Este alcanza un promedio de entre 10 y 12 toneladas por año. Con una línea de producción, la planta de agua pesada puede producir alrededor de 80 toneladas anuales.
Desde ENSI se ha llevado adelante un estudio técnico en el que se refleja la factibilidad para llevar adelante la producción de urea o amoniaco en una de las líneas de producción, con una inversión de varios cientos millones.
Hoy Latinoamérica importa más de cinco millones de toneladas de fertilizantes hidrogenados por año. La planta de agua pesada, con una línea de producción, puede producir un millón de toneladas. En este caso, Brasil es el principal importador.
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Argentina exporta tubos para reactores nucleares a Canadá por US$ 8 millones
La empresa mixta Combustibles Nucleares Argentinos (Conuar) exportó a Canadá 260 kilómetros de tubos sin costura de tipo Zircaloy para su uso en reactores nucleares, lo cual representó su segunda exportación de alto valor agregado para estas centrales.Los tubos son utilizados para reactores tipo Candu (Canada Deuterio Uranio), y Conuar los vendió por un total de US$ 8 millones.
“Argentina en el sector nuclear ha demostrado no tan sólo poder desarrollar la tecnología, sino también poder desarrollar proveedores confiables para el mundo”, destacó esta mañana la secretaria de Energía, Flavia Royon en declaraciones a Télam Radio.
La secretaria remarcó que “el desarrollo de conocimiento de expertos en la materia, así como el desarrollo de proveedores nacionales, también hace posible que podamos estar llevando adelante uno de los pocos reactores modulares nucleares que se construyen en el mundo, con más del 90% de proveedores nacionales”
“Con esto, una vez más, se demuestra que el sector nuclear no sólo es un sector que Argentina lideró como un proveedor confiable para el mundo, sino que también es un sector que industrializa nuestro país”, sostuvo la funcionaria.
Conuar se creó en 1982 a partir de la unión entre la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), dueña del 32,7%, y el Grupo Pérez Companc, dueño del 67,3% (vacamuertanews.com).