Desarrollo Aeroespacial Argentino
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Arsat desarrolló un sistema de comunicación de criptografía postcuántico
Denominado Criptocom, permitirá establecer comunicaciones seguras en los nuevos satélites ARSAT de Segunda Generación (SG).
El sistema brindará inmunidad a los ataques cibernéticos de origen cuántico que tendrán lugar en los próximos años con el advenimiento de las computadoras cuánticas.De esta manera, la plataforma SG asegura la inviolabilidad de las comunicaciones, asunto de vital importancia para el sector gubernamental, financiero y de defensa.
Los nuevos satélites Arsat Segunda Generación
El satélite Arsat-SG1 (al que seguirá el Arsat-SG2) será puesto en órbita en el segundo semestre de 2024 y tendrá una vida útil de 15 años, período durante el cual se da por descontado que los computadores cuánticos habrán logrado evolucionar lo suficiente como para lograr descifrar las comunicaciones actuales, encriptadas mediante métodos asimétricos (siendo RSA el más difundido) o simétricos.
Ante dicho escenario, la empresa estatal de comunicaciones ARSAT desarrolló un sistema de criptografía postcuántico denominado Criptocom, que hará imposible la desencriptación por medio de un computador cuántico, y mucho menos por uno tradicional, ya que la generación de claves y certificados digitales se realiza mediante tecnología post-cuántica, esto es, mediante un cifrador simétrico de alta velocidad que emplea claves de 318 bits.
Criptocom contará asimismo con un hardware propietario desarrollado por INVAP, evitando de esta manera el empleo de hardware proveniente de proveedores extranjeros tradicionales que siempre contienen "puertas traseras" ocultas que permiten la violavilidad de las comunicaciones por parte del fabricante del hardware.
https://argentinaenelespacio.blogspot.com/2022/07/arsat-desarrollo-un-sistema-de.html
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Muy bueno! Esta es la base q necesitamos.
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Proyecto "VANT PIPE CITEDEF"
Gracias a la gestión de nuevos proyectos financiados por CITEDEF, el Laboratorio Técnicas Digitales perteneciente al Departamento de Electrónica Aplicada, se encuentra trabajando en una línea de Investigación & Desarrollo sobre nuevas tecnologías aplicables a vehículos no tripulados autónomos. Con este objetivo, se están cumpliendo los primeros avances en el proyecto "VANT PIPE CITEDEF" para el desarrollo e implementación de una electrónica que posea tres modos, uno manual, uno semiautomático y uno totalmente automático para cumplir misiones.
Dicho proyecto se está llevando a cabo de manera conjunta con el personal del Destacamento de Inteligencia de Combate 601 del Ejercito Argentino quienes colaborarán en el primer vuelo consensuado para el 18 de Agosto del 2022.
La aeronave se encuentra en su fase de prototipo (es decir, aún es un aeromodelo) con un autopiloto, dos GPS, sensores y baterías. La misma es impulsada por un motor de combustión de dos tiempos. El puesto terreno ya fue evaluado durante el mes de Mayo, los enlaces de telemetría en el mes de Junio y la integración completa del sistema y pruebas adicionales se realizarán en el mes de Julio del corriente año.
Quienes participan de este proyecto son:
Dr. Ing. Adrián Stacul (Jefe de proyecto)
Ing. Daniel Pastafiglia (Jefe de laboratorio Técnicas Dgitales)
Ing. Martín Morales
Tec. Gerardo García
Tec. Sergio Saluzzi
Tec. Juan Condori
Ing. Diego Igareta (apoyo Aeronáutico)
Por otro lado, se agradece la gran colaboración sobre temas técnicos de: Víctor Nasini, Juan Gasulla, Sergio Lara, Sergio Rago y Alejandro Acosta, entre otros, y por la parte administrativa a Laura O´Brien, Roxana Panizza y Carolina Zambonini.
Además, se destaca la gran labor llevada a cabo por el Ing. Ignacio Rintoul, Laura Cabornero, Mirta Rinaldi y el resto del equipo perteneciente al Polo Tecnológico Constituyentes.Citedef
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El motor cohete que Putin le ofreció a la República Argentina
Se busca motor de cohete capaz de superar al 'Stradivarius' de Rusia
Una hora antes del atardecer del 24 de mayo de 2000, un inusual cohete despegó del Complejo de lanzamiento 36 en la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral (EE. UU.). Como la mayoría de cohetes, el Atlas 3 había heredado su diseño de un misil balístico intercontinental, en este caso, del primer misil estadounidense de este tipo, diseñado para amenazar a la Unión Soviética con la aniquilación nuclear. Esto no era inusual. Pero el cohete tenía una primera etapa considerablemente más potente que las anteriores. El RD-180, su motor, fue construido por NPO Energomash en una fábrica en las afueras de Moscú (Rusia). Un motor ruso impulsaba un cohete estadounidense, una unión que hubiera sido inimaginable en el apogeo de la carrera espacial.
En las dos décadas siguientes, 83 cohetes más de este tipo han despegado desde Florida (EE. UU.). El Atlas 3 y su sucesor, el Atlas 5, equipados con motores RD-180, enviaron a órbita al menos 16 satélites espía estadounidenses, 13 satélites militares de comunicación, media docena de satélites GPS, dos satélites meteorológicos militares y tres satélites de alerta de misiles, diseñados para detectar lanzamientos de cohetes realizados desde donde se construyó el motor RD-180. También impulsó cuatro misiones estadounidenses a Marte, el lanzamiento de la NASA de la misión New Horizons con destino a Plutón en 2006 y el de Juno a Júpiter en 2011.
El RD-180 es extraordinario no solo por las peculiaridades geopolíticas bajo las que operó, sino porque fue en muchos aspectos simplemente mejor que cualquier otro motor de cohete de su tiempo. Cuando en febrero de 2019, Elon Musk anunció el éxito de su prueba con el motor Raptor de SpaceX, presumió de las altas presiones alcanzadas en la cámara de empuje del Raptor: más de 265 veces la presión atmosférica al nivel del mar. Raptor había superado el récord que durante varias décadas ostentó el "impresionante RD-180 ruso", publicó Musk en Twitter.
Después de que Crimea se anexionara a Rusia en 2014, los días del RD-180 como elemento básico de la cohetería estadounidense empezaron a estar contados. Los halcones de defensa de EE. UU. llevaban tiempo incómodos con esa unión, pero el motor era muy bueno y, dada su capacidad, también resultaba barato, y por eso se mantuvo. Pero cuando las relaciones con Rusia se rompieron, los opositores del motor en el Congreso de EE. UU., encabezados por el senador John McCain, prohibieron usar el motor ruso en cohetes estadounidenses a partir de 2023. Esto ha obligado a la Fuerza Aérea de EE. UU. a buscar un nuevo cohete.
Todo eso plantea una pregunta: ¿cómo un motor ruso diseñado hace décadas se convirtió en la medida estándar contra la que se comparaban los mejores científicos de cohetes de Estados Unidos? Para comprender por qué el RD-180 es un motor tan bueno, hay que saber que la clave fue una cuestión de destreza. Aunque centenares de personas participan en la elaboración de motores de cohetes, es vital tener al mando a alguien con un buen instinto para el diseño: los equilibrios son demasiado complejos para resolverse por fuerza bruta. En el caso del RD-180, la persona al mando se llamaba Valentin Glushko.
Después de que la URSS perdiera la carrera espacial hacia la Luna contra Estados Unidos, diseñar el mejor motor de cohete se convirtió en una "prioridad nacional", recuerda el ingeniero aeroespacial e historiador ruso del espacio Vadim Lukashevich. Los líderes soviéticos querían construir el cohete más potente del mundo para sostener sus estaciones espaciales en la órbita y lanzar al Buran, el que iba a ser el transbordador espacial ruso. Glushko recibió recursos para construir el mejor motor posible, algo que a él se le daba muy bien. El resultado fue el RD-170, el hermano mayor del RD-180.
Dejo el link del artículo completo que es mucho más extenso
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PULE lanzador satelital de combustible sólido
Un grupo de investigadores de Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria de UN Cuyo desarrolla con apoyo de Min. Def Arg y Ministerio de Ciencia y Tecnología un lanzador espacial de combustible sólido para poner Satélites pequeños en órbita:
Investigadores de la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria de la Universidad Nacional de Cuyo (FCAI-UNCuyo) trabajan en el desarrollo de un lanzador propulsado por combustible sólido capaz de inyectar en órbitas bajas pico y nanosatélites.
El Proyecto Universitario de Lanzadores Espaciales (PULE) retoma las experiencias argentinas del desarrollo de cohetes de combustible sólido que tiene entre sus hitos más recientes el Gradicom II, un vector de dos etapas desarrollado por el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas para la Defensa (Citedef) que fue lanzado el 11 de julio de 2011 desde la base aérea de Chamical en la provincia de La Rioja.
El equipo detrás del PULE trabaja en un primer vehículo multietapa impulsado por combustible sólido y de unos diez metros de alto, que sea capaz que inyectar cargas útiles de hasta cuatro kilos en órbitas de 100 kilómetros de altura y que pueda despegar desde bases terrestres, plataformas en mar o ser desplegado desde otra aeronave.
Ezequiel Pawelko, Ingeniero en Telecomunicaciones, Investigador de FCAI-UNCuyo e integrante del Grupo Asesor para el Desarrollo de Tecnologías Aeroespaciales (GTA), afirmó en diálogo con Télam que "esta iniciativa nace en GTA que es un espacio en el que veníamos trabajando en desarrollos para investigación en la alta atmósfera como el diseño de planeadores que puedan aprovechar las ondas de gravedad que se registran en la cordillera de Los Andes para que se conviertan en vehículos estratosféricos no orbitales que puedan cumplir algunas funciones satelitales".
"Desde el GTA también veníamos trabajando mucho en el desarrollo de vehículos aéreos no tripulados y bengalas químicas para la lucha antigranizo, que es un fenómeno que en Mendoza afecta mucho las cosechas y la vida de las personas", recordó.
Pawelko destacó que "dentro del proyecto PULE hay personas que trabajaron en distintos proyectos de acceso al espacio y cohetería que se desarrollaron durante varias décadas en Argentina".
El especialista consideró que "aunque la publicidad la concentraron los esfuerzos de Estados Unidos y la Unión Soviética en la carrea por llegar a la Luna, nuestro país fue uno de los primeros en colocar seres vivos en órbita o en lanzar cohetes desde la Antártida".
"Todos esos proyectos con el tiempo se fueron discontinuando y a través de PULE lo que queremos es retomar el acceso rápido y eficiente al espacio en una iniciativa que busca lograr la transferencia de ese conocimiento a las nuevas generaciones a través del desarrollo tecnológico necesario para poner en órbitas bajas picosatélites y nanosatélites como los que vienen desarrollando diversas universidades argentinas", agregó.
El PULE es un proyecto de innovación abierta en el que están convocadas a participar otras universidades, empresas tecnológicas y otros organismos públicos; venimos trabajando con los ministerios de Ciencia y de Defensa en distintos aspectos del desarrollo y la financiación.
En este momento, el PULE está trabajando con el Ministerio de Desarrollo Productivo para abrir el segmento de acceso al espacio para otros emprendimientos e impulsar a nivel local el segmento de la industria satelital de órbitas bajas, el que más viene creciendo a nivel global.
"En un punto, el PULE puede entenderse como una continuidad tecnológica del Gradicom II que fue lanzado con éxito hace una década y alcanzó los cien kilómetros de altura, eso nos permite trabajar sobre un proyecto muy concreto con una tecnología que Argentina ya domina y en la que desde UNCuyo se trabaja sobre el desarrollo de nuevos combustibles sólidos, algo que es muy importante porque son materiales que hoy están muy restringidos a nivel internacional y que podríamos exportar", señaló.
"Hoy el diseño y los aspectos tecnológicos del PULE ya están resueltas y estamos trabajando en las cuestiones reglamentarias y administrativas necesarias para habilitar un lanzamiento de estas características, mientras que en simultáneo empezamos a abordar distintos aspectos de la construcción del vehículo", completó Pawelko.
Nota de Julio Mosle
https://www.telam.com.ar/notas/202208/602553-uncuyo-lanzador-satelites.html -
Aleluya se están animando a los combustibles sólidos. Las restricciones son puramente políticas. Una cuestión de mucha desconfianza a nivel mundial.
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Coincido en que es bueno animarse, pero el MTCR, las restricciones y las presiones a los combustibles sólidos son bien reales, si no fijate que nos pasó a nosotros o a Brasil, que invirtió miles de millones en su programa espacial y lo único que consiguieron es desarrollar algunos motores sólidos.
Convengamos que en estos temas nadie es inocente y el mayor impulso específico para satelizar te lo dan los combustibles líquidos. -
Recuerdo que estuve en una conferencia, sobre desarrollo espacial argentino, donde hablaba gente de los programas. Y comentaban que el desarrollo de estos combustibles, no se realizaba por cuestiones políticas. Pero que el nivel técnico argentino, podría realizarlo con el financiamiento adecuado.
Por eso celebro esto. Está muy bien.
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Creo haber leído por ahí que Conrado Varotto siempre quiso que los propulsantes de los lanzadores sean líquidos para no terminar dado de baja como el Proyecto Condor.
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Me extraña estimados... un informe de EEUU sobre el asunto...
Vehículos de lanzamiento espacial de Argentina
Para 2008, la Comisión Argentina de Actividades Espaciales (CONAE) supervisa una empresa conocida como VENG para desarrollar vehículos espaciales, en particular vehículos de lanzamiento de satélites (SLV) y servicios de lanzamiento. De conformidad con este esfuerzo, VENG ha desarrollado y probado el cohete Tronador I. También están en marcha el desarrollo del cohete Tronador y el desarrollo de una planta piloto de concentrado de hidracina en Falda del Carmen. La hidracina es una sustancia clave en el combustible líquido para cohetes, y la planta de Falda del Carmen fue parte del programa de misiles Condor II desmantelado de Argentina. Este "programa espacial" parece contar con la aprobación del Gobierno de Argentina (GOA).
Los planes de GOA/CONAE para desarrollar un cohete con fines de lanzamiento espacial, y para desarrollar propulsor de cohetes en las instalaciones de Falda del Carmen, son de interés para los EE. instalación en Falda del Carmen alcanzada entre Argentina y los Estados Unidos antes de que Argentina se convirtiera en miembro del Régimen de Control de Tecnología de Misiles (MTCR) en 1994.
En la década de 1980 y principios de la de 1990, Argentina participó activamente en el desarrollo del programa de misiles balísticos Cóndor, que claramente tenía la intención de producir misiles militares MTCR Categoría I, incluso para exportar a Egipto e Irak. Un sistema de misiles MTCR Categoría I es aquel que puede transportar una carga útil de al menos 500 kg a un alcance de al menos 300 km. El programa Cóndor representó una seria preocupación sobre la proliferación de misiles y un gran irritante en nuestra relación bilateral. Esta situación se agravó aún más por los intentos de Argentina de camuflar, y por lo tanto mantener, el programa Cóndor llamándolo programa SLV. Los SLV y los misiles balísticos son casi idénticos en diseño, fabricación y función. Sus tecnologías son esencialmente intercambiables, y prácticamente no hay tecnologías que apoyen el desarrollo de SLV que no faciliten también el desarrollo de misiles balísticos. Cualquier cohete capaz de poner un satélite en órbita también es, por definición, un sistema MTCR Categoría I. También es intrínsecamente capaz de lanzar armas de destrucción masiva (ADM) contra objetivos de superficie, y muchos países han utilizado los mismos propulsores para lanzar cargas útiles de armas y satélites.
Para abordar las preocupaciones planteadas por el programa Cóndor, Estados Unidos insistió en que Argentina desmantelara sus instalaciones de misiles existentes y aceptara renunciar a los misiles de Categoría I. Además, debido a que Argentina buscó disfrazar el programa Cóndor como un programa SLV, EE. UU. también insistió en las restricciones a las actividades SLV de Argentina. Estados Unidos, y el MTCR en su conjunto, solicitaron y obtuvieron del GOA garantías por escrito de que Argentina emprendería acciones específicas para desmantelar las instalaciones de producción de cohetes en la planta de Falda del Carmen. Los socios de MTCR solicitaron estas acciones para garantizar que el programa de misiles de clase MTCR de Argentina no pudiera revivir.
En consecuencia, en 1992, el GOA aseguró a los funcionarios estadounidenses, incluido el entonces subsecretario Bartholomew, que Argentina no tenía un programa SLV y que Argentina "ni ahora ni en ningún momento en el futuro previsible" contemplaba el desarrollo de un SLV. El GOA proporcionó garantías similares al MTCR durante las reuniones de abril de 1992 con el equipo multinacional de extensión del MTCR. Si bien Argentina no declaró de manera inequívoca que "nunca" buscaría una capacidad SLV autóctona, el registro diplomático indica que Estados Unidos ha entendido que este es el caso desde 1992.
Con respecto al desmantelamiento de la instalación de producción de motores de cohetes de Falda del Carmen, el GOA proporcionó garantías por escrito al MTCR a fines de 1993 de que tomaría medidas específicas para deshacerse del equipo de fabricación de misiles de Categoría I del MTCR ubicado en la planta de Falda del Carmen. Estas garantías fueron clave para la decisión de los Socios del MTCR de admitir a Argentina al Régimen e incluyeron el acuerdo de:
sellar los pozos de fundición de tal manera que no se les pueda dar el uso previsto originalmente (es decir, la producción de motores de cohetes);
retire del mezclador de propelente todos los juegos de engranajes y paletas mezcladoras; y
reubicar desde la planta de motores de cohetes de Falda del Carmen, ya sea el molinillo AP o la máquina de rayos X, y usar ambos artículos solo para propósitos que no sean misiles (lo que incluye no SLV).Argentina ha cumplido fielmente sus compromisos explícitos relacionados con el desmantelamiento del programa de misiles Cóndor II.
En 1999, el GOA buscó la liberación de sus compromisos de 1992 con respecto al desarrollo de SLV y expresó una gran decepción cuando EE. UU. se negó a hacerlo. El GOA argumentó que la decisión de EE. UU. puso en desventaja a Argentina frente a otros Socios del MTCR e infringió la soberanía argentina. También argumentó que, si bien Argentina brindó garantías a los EE. UU. en 1992 con respecto al desarrollo de SLV, no había renunciado permanentemente a su derecho al uso pacífico de las tecnologías espaciales, incluido el desarrollo de SLV. Posteriormente, a fines de 1999/principios de 2000, luego de una mayor discusión sobre el tema, el GOA dejó en claro que no tenía intención de buscar el desarrollo de una capacidad SLV autóctona, en gran parte debido a preocupaciones financieras. Sin embargo, en un documento oficioso de abril de 2000, el GOA reiteró su punto de vista sobre el desarrollo de SLV, señalando que creía que era inapropiado limitar la futura "búsqueda pacífica" de Argentina de un SLV basado en eventos pasados. También indicó que el diálogo de EE. UU. sobre este asunto continuaría.
Después de ver informes de prensa en agosto de 2007 sobre el programa Tronador, los funcionarios estadounidenses plantearon informalmente el tema del vehículo de lanzamiento al Director de CONAE, el Dr. Conrado Varotto. Durante esas discusiones de septiembre de 2007, Varotto dijo que Argentina no tiene intención de proliferar la tecnología de misiles, pero necesita una solución confiable para su problema de lanzamiento espacial. Ha decidido que contratar los lanzamientos de sus satélites en impulsores extranjeros es demasiado costoso y está siguiendo un programa SLV como una forma rentable de poner sus satélites en órbita. Con respecto a sus compromisos de 1992, Varotto dijo que el compromiso sobre los SLV era para el "futuro previsible", no "para siempre", y que el paso del tiempo había cambiado la situación de Argentina. Al mismo tiempo, Varotto dijo que Argentina se toma en serio la no proliferación y sus compromisos con respecto al programa Cóndor. Las instalaciones utilizadas en el programa Cóndor han sido completamente desmanteladas y Argentina ha desarrollado una nueva instalación (en el mismo parque industrial) para el programa SLV que no implica las antiguas instalaciones de Cóndor. Además, el Tronador SLV es un sistema de propulsor líquido mientras que el Cóndor era un sistema de propulsor sólido.
Estados Unidos se mostró escéptico ante la sugerencia del Dr. Varotto de que construir y mantener una infraestructura SLV sería menos costoso que contratar lanzamientos, pero señaló que la preocupación prioritaria para Estados Unidos era la no proliferación. Los SLV son sistemas de Categoría I de MTCR e inherentemente capaces de entregar armas de destrucción masiva. Los SLV y los misiles balísticos también son esencialmente idénticos en diseño, forma y fabricación, y cualquier desarrollo en un área podría aplicarse a la otra. Dadas las preocupaciones pasadas sobre Argentina tratando de disfrazar su programa de misiles como un programa SLV y el interés de EE. UU. y otros países del MTCR en prevenir la propagación de misiles y tecnología relacionada con misiles que podría caer en manos de proliferadores, EE. UU. esperaba que Argentina seguiría cumpliendo sus compromisos de 1992. Los funcionarios estadounidenses también señalaron que Estados Unidos ha mantenido una política desde septiembre de 1993 de no alentar los "nuevos" programas SLV de los países miembros del MTCR. En este contexto, "nuevo" significa programas SLV con los que Estados Unidos no cooperó antes del advenimiento del MTCR en 1987. Argentina, por lo tanto, no debe esperar el apoyo de Estados Unidos para su programa, incluso si Estados Unidos y Argentina simplemente acuerdan estar en desacuerdo sobre el programa de Argentina. Compromiso de 1992 sobre SLV. Varotto esperaba que las dos partes pudieran pensar creativamente sobre formas de resolver el problema, posiblemente incluso si Estados Unidos acepta apoyar el programa SLV de Argentina si se implementan ciertas medidas de transparencia.
A la luz de las sensibilidades en la amplia relación bilateral entre Estados Unidos y Argentina, Estados Unidos no ha planteado este tema formalmente ante el GOA. Estados Unidos apoya la búsqueda pacífica del espacio como se describe en la Política espacial del presidente. Las agencias de Washington han estado considerando cómo equilibrar su respuesta a la búsqueda de Argentina de un programa de vehículos de lanzamiento espacial a la luz del entendimiento sobre los SLV y el desmantelamiento del programa de misiles Condor alcanzado en 1992 entre los Estados Unidos y Argentina antes de que Argentina se convirtiera en miembro del MTCR. Estados Unidos determinó que, si bien Estados Unidos y Argentina continúan teniendo diferentes interpretaciones de los compromisos de SLV de Argentina, había pocas probabilidades de que se pudiera persuadir al GOA para que abandonara su programa de SLV.
Argentina se vio obligada a abandonar el desarrollo del misil balístico Condor-II en 1993, liderado por las fuerzas armadas argentinas.
Esta renovada capacidad de misiles balísticos de refuerzo espacial argentino también tiene como objetivo reforzar su supuesta capacidad de defensa que ha sido buscada durante mucho tiempo por sus militares. El uso del desarrollo de vehículos de lanzamiento de programas espaciales como una puerta trasera para el desarrollo de misiles balísticos es evidente como en algunos otros países rebeldes. Esto podría ser un desarrollo nefasto para esta región de América del Sur que hasta ahora se había evitado. También se sabe que Argentina ha renovado el trabajo de procesamiento nuclear en sus instalaciones disponibles, pero en qué medida y con qué fin sigue siendo incierto, pero se está monitoreando. Cómo la economía argentina cargada de deudas puede permitirse apoyar y financiar tales programas de desarrollo de satélites, misiles balísticos y propulsores espaciales sigue siendo un gran misterio por investigar.
https://www.globalsecurity.org/space/world/argentina/launch.htm