Bolivia, la amenaza ignorada por decadas
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Crece la preocupación en el gobierno de Milei por los acuerdos secretos entre Bolivia e Irán
Se busca reforzar la seguridad de las fronteras y se presta atención al vínculo entre el gobierno de Luis Arce y el régimen de Teherán
En el Gobierno crece la preocupación por el acuerdo suscripto en materia de defensa por Bolivia e Irán el año pasado. A la par del vertiginoso giro de la gestión de Javier Milei en política exterior, que no solo versa en torno a reforzar las relaciones con Estados Unidos e Israel sino que además viene aparejado de los virulentos modos del Presidente, en las áreas de Defensa y Seguridad analizan el rol que tiene la potencia regional que preside el iraní Ebrahim Raisi en la región latinoamericana.
A pesar de la virulencia con la que Milei se refiere a los asuntos de política exterior, y a la reiterada iniciativa de mudar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén, en las filas de un sector del oficialismo reconocen que no es momento para generar un problema diplomático. El anuncio de Milei enfureció al grupo terrorista palestino Hamas. La canciller Diana Mondino buscó matizar el anuncio y dijo que se trata de una moción que podría llevar al menos cuatro o cinco años.
l Sistema de Inteligencia Nacional y el área de Defensa prestan atención a cómo evoluciona la relación entre el gobierno de Luis Arce y el régimen de Teherán. Uno de los acontecimientos que observan es la ruptura de relaciones diplomáticas que hizo Bolivia con Israel. Pero además miran de reojo la política militar boliviana y se preguntan qué efecto puede tener sobre la Argentina.
Irán y Bolivia firmaron a mediados del año pasado un memorándum de entendimiento para ampliar la “cooperación bilateral en el campo de seguridad y de defensa”, según informó en ese entonces la agencia estatal iraní IRNA. El acuerdo fue firmado en Teherán por el ministro de Defensa de Bolivia, Edmundo Novillo Aguilar, y su par iraní, Mohammad Reza Ashtiani. Los alcances y detalles del pacto firmado entre Irán y Bolivia no son públicos porque están protegidos por una cláusula de confidencialidad. Pero sí se conoció que Teherán vendió al estado boliviano una cantidad de drones y lanchas, entre otros elementos de equipamiento militar. “Hay mucha actividad entre Bolivia e Irán, Bolivia tiene una embajada con mucha presencia iraní”, dijo una fuente con trayectoria en áreas de defensa y seguridad a LA NACION.
Como parte de este contexto en el Gobierno recuerdan el incidente ocurrido hace más de diez años, cuando el expresidente de Bolivia Evo Morales recibió una visita oficial del entonces ministro de Defensa de Irán, Ahmad Vahidi, que está prófugo de la Justicia argentina y acusado de ser coautor ideológico del atentado contra la AMIA, en el que murieron 85 personas en 1994. La Cancillería argentina presentó en ese momento una queja formal ante la embajada de Bolivia.
En el Gobierno consideran que se debe apuntalar la política militar para contrarrestar las posibles “amenazas terroristas” en las fronteras y esto lleva a sus funcionarios a querer ampliar las facultades de las Fuerzas Armadas. El ministro de Defensa, Luis Petri, trabaja en la modificación del decreto 727/2006, que reglamenta el accionar de las Fuerzas Armadas. Según supo LA NACION, busca que estas puedan intervenir y desplazarse a zonas de frontera para combatir el terrorismo y el narcotráfico. “Las Fuerzas Armadas tienen que poder trabajar más allá de las hipótesis de conflicto estatales y abordar las no estatales”, dijo a LA NACION un dirigente del Gobierno que sigue la iniciativa.
La modificación que busca promover Petri es sobre los denominados principios básicos del decreto que firmó Néstor Kirchner en 2006, cuando reglamentó y restringió el accionar de las Fuerzas Armadas. El artículo 1 de ese decreto estableció: “Las Fuerzas Armadas, instrumento militar de la defensa nacional, serán empleadas ante agresiones de origen externo perpetradas por fuerzas armadas pertenecientes a otro/s Estado/s, sin perjuicio de lo dispuesto en la Ley Nº 24.059 de Seguridad Interior y en la Ley Nº 24.948 de Reestructuración de las Fuerzas Armadas en lo concerniente a los escenarios en los que se prevé el empleo del instrumento militar y a las disposiciones que definen el alcance de dicha intervención en operaciones de apoyo a la seguridad interior”.
Y el mismo decreto clasifica: “Se entenderá como “agresión de origen externo” el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de nuestro país, o en cualquier otra forma que sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas”.
La Argentina y Estados Unidos buscan ahora posicionarse como aliados en materia de política internacional. La preocupación por el vínculo entre Bolivia e Irán es compartida y Brian Nichols, el secretario adjunto para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos que visitó el país la semana pasada, lo ratificó.
Consultado por LA NACION sobre si a Estados Unidos le preocupa este eje, en el que se encuadra, entre otras cosas, la flexibilidad para el otorgamiento de visas (en octubre hubo alerta de la facilidad con la que Bolivia emitía visas a ciudadanos iraníes) y la flexibilidad en la frontera, Nichols dijo: “La presencia de países como Irán en especial, pero Rusia o la República Popular de China es algo que los gobiernos de nuestra región debieran de evaluar si es conveniente o no”.
Y agregó: “Creo que en el caso de la relación con Estados Unidos- Argentina compartimos valores y preocupaciones de la presencia de actores preocupantes en nuestra región y solo digo que vamos a seguir a actuando y hablando a favor de nuestros valores, la seguridad de nuestros pueblos, y una colaboración en todos los ejes como buenos amigos y aliados”.
Como parte de este realineamiento y de la intención de ambos países de reforzar sus relaciones, hace poco más de una semana el jefe de Gabinete Nicolás Posse viajó con el interventor de la AFI, Silvestre Sívori, a Washington, para reunrise con el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), William J. Burns. No trascendieron detalles de su encuentro, pero según reconstruyó LA NACION, los funcionarios argentinos fueron con la intención de conseguir que el gobierno norteamericano provea al Sistema Nacional de Inteligencia argentino equipos para mejorar la tecnología para realizar tareas de inteligencia. Las cifras de las expectativas son de al menos 50 millones de dólares, según supo este medio.
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El acuerdo de defensa entre Bolivia e Irán queda en el ojo de la tormenta en medio la guerra de Medio Oriente
En julio, los ministerios de Defensa de Bolivia e Irán firmaron un acuerdo de cooperación que podría aumentar la presencia iraní en la región. Argentina pide explicaciones.
El acuerdo de cooperación firmado por los gobiernos de Bolivia e Irán en julio de este año genera ruido en medio de la guerra de Israel con Hamas en Medio Oriente. Se trata de un memorándum de entendimiento para ampliar la cooperación bilateral en el campo de seguridad y de defensa y cuenta con la rúbrica del ministro de Defensa boliviano, Edmundo Novillo Aguilar, y su par iraní, y Mohammad Reza Ashtiani.
El nuevo acuerdo de seguridad no ha sido detallado y las partes se limitaron a informar que está dirigido a "ayudar a Bolivia en su lucha contra el narcotráfico y a reforzar la vigilancia de sus fronteras".
En ese momento, el ministro iraní admitió que el pacto incluye la venta de material y el entrenamiento de personal y planteó: "A la luz de las necesidades críticas de Bolivia en materia de defensa de fronteras y de lucha contra el narcotráfico, estableceremos activamente colaboraciones en equipos y conocimientos especializados con ese país".
Según informó la BBC, desde el Instituto de Estudios para la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés) dieron por hecho que el gobierno de Teherán ofrecerá sus drones a las autoridades de La Paz. Esta organización remarcó que las "sospechas " en relación a que la industria militar de irán estaba lista para ofrecer "tecnología avanzada" a Bolivia y recordó que los aviones no tripulados persas se vienen siendo utilizando en muchos países para labores de vigilancia fronteriza.
Con el atentado terrorista del sábado sobre Israel y el posible ingreso de Irán al conflicto a través de la organización libanesa Hezbolá, las miradas sobre el acuerdo volvieron, especialmente porque Bolivia, a diferencia de Argentina, Brasil o Chile fue de los pocos países que no condenó Hamas.
La Cancillería boliviana se limitó a expresar su "profunda preocupación ante los eventos violentos ocurridos en la franja de Gaza entre Israel y Palestina". También hizo un "llamado urgente a la paz" y lamentó la "inacción de las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad" ante lo acontecido.
Desde el Instituto de Estudios para la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés) dieron por hecho que el gobierno de Teherán ofrecerá sus drones a las autoridades de La Paz. Esta organización remarcó que las "sospechas " en relación a que la industria militar de irán estaba lista para ofrecer "tecnología avanzada" a Bolivia y recordó que los aviones no tripulados persas se vienen siendo utilizando en muchos países para labores de vigilancia fronteriza.
A pesar de lo lavado del comunicado, Evo Morales lo usó para su guerra abierta contra el presidente Luis Arce y afirmó que el comunicado estaba parcializado. "El comunicado de la cancillería boliviana no refleja el sentimiento de solidaridad del pueblo boliviano con el pueblo palestino".
"El pueblo boliviano siempre condenará la ilegal ocupación israelí de Territorios Palestinos, las sistemáticas agresiones contra el pueblo palestino y su lucha por la independencia. Esas son las verdaderas causas del conflicto, no denunciarlas es ser cómplice", agregó Evo en sus redes.
Durante su Gobierno, Evo rompió relaciones diplomáticas con Israel en solidaridad con Palestina al argumentar que se cometieron "crímenes de lesa humanidad" en Gaza en ese periodo.dispuso en 2014 la exigencia de visado a los ciudadanos de Israel para ingresar al país.
Fuentes del gobierno boliviano consultados por LPO reducen el acuerdo con Irán al alineamiento geopolítico de Bolivia con los ## BRICS y afirman: "No tenemos embajada de Estados Unidos desde 2008 ni relaciones con Israel, quien además participó del golpe de estado de 2019. Es tan simple como eso".
Esta fuente añade que "Bolivia tiene absoluta soberanía para decidir que cooperación y asistencia tecnológica dispone. Las críticas están totalmente viciadas de desconocimiento. Un montón de países tienen acuerdos con Irán".
Un dato, Bolivia fue casi el último pais de la Región en establecer relaciones diplomáticas con Irán (2008), todos los países sin excepción tenían hace años relaciones con Irán. Pero Bolivia estaba condicionada por Estados Unidos. Cuando vino a Bolivia el 2009, el Presidente iraní Mahmud Ahmadineyad, recuerdo que los medios bolivianos, titulaban: "Llego el Presidente que ejecuta y mata mujeres y niños". La subordinación de algunos ya es un problema mental, sumado a la ignorancia supina en estos temas... Estados Unidos y sus medios bloquea y condiciona todo lo de Irán hace décadas", reprocha.
Por lo pronto, en Argentina hubo un pedido de explicaciones al gobierno por parte de Federico Pinedo, canciller de Patricia Bullrich, quien afirmó: "Le pedimos al gobierno argentino que le pida explicaciones al gobierno de Bolivia por la firma de un convenio con Irán en materia de seguridad, defensa e inteligencia".
"Sabemos el vínculo que tiene Maduro con Irán. Nosotros hemos tenido acá el avión venezolano-iraní. Y todo esto significa una acción geopolítica preocupante y que este gobierno ni cuestionó y siempre fue débil ante Irán, como el pacto con dicho país".
El bloque de diputados de Juntos por el Cambio ya había presentado un proyecto de declaración enfatizando su "enérgico repudio" al acuerdo y pidió al Gobierno que tomara acciones al respecto. El texto tuvo a Sabrina Ajmechet como firmantes y Maxi Ferrari, Carlos Zapata, Marcela Campagnoli, Laura Rodríguez Machado, Florencia Klipauka, Dina Rezinovsk, Lidia Ascarate, Soledad Carrizo, Karina Banfi, Fernando Iglesias, Karina Bachey, Marilú Quiroz, Pablo Torello y María Sotolano como cofirmantes.
https://www.lapoliticaonline.com/internacionales/bolivia-iran/
Se busca reforzar la seguridad de las fronteras y se presta atención al vínculo entre el gobierno de Luis Arce y el régimen de Teherán
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En el Gobierno crece la preocupación por el acuerdo suscripto en materia de defensa por Bolivia e Irán el año pasado. A la par del vertiginoso giro de la gestión de Javier Milei en política exterior, que no solo versa en torno a reforzar las relaciones con Estados Unidos e Israel sino que además viene aparejado de los virulentos modos del Presidente, en las áreas de Defensa y Seguridad analizan el rol que tiene la potencia regional que preside el iraní Ebrahim Raisi en la región latinoamericana.
A pesar de la virulencia con la que Milei se refiere a los asuntos de política exterior, y a la reiterada iniciativa de mudar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén, en las filas de un sector del oficialismo reconocen que no es momento para generar un problema diplomático. El anuncio de Milei enfureció al grupo terrorista palestino Hamas. La canciller Diana Mondino buscó matizar el anuncio y dijo que se trata de una moción que podría llevar al menos cuatro o cinco años.
l Sistema de Inteligencia Nacional y el área de Defensa prestan atención a cómo evoluciona la relación entre el gobierno de Luis Arce y el régimen de Teherán. Uno de los acontecimientos que observan es la ruptura de relaciones diplomáticas que hizo Bolivia con Israel. Pero además miran de reojo la política militar boliviana y se preguntan qué efecto puede tener sobre la Argentina.
Irán y Bolivia firmaron a mediados del año pasado un memorándum de entendimiento para ampliar la “cooperación bilateral en el campo de seguridad y de defensa”, según informó en ese entonces la agencia estatal iraní IRNA. El acuerdo fue firmado en Teherán por el ministro de Defensa de Bolivia, Edmundo Novillo Aguilar, y su par iraní, Mohammad Reza Ashtiani. Los alcances y detalles del pacto firmado entre Irán y Bolivia no son públicos porque están protegidos por una cláusula de confidencialidad. Pero sí se conoció que Teherán vendió al estado boliviano una cantidad de drones y lanchas, entre otros elementos de equipamiento militar. “Hay mucha actividad entre Bolivia e Irán, Bolivia tiene una embajada con mucha presencia iraní”, dijo una fuente con trayectoria en áreas de defensa y seguridad a LA NACION.
Como parte de este contexto en el Gobierno recuerdan el incidente ocurrido hace más de diez años, cuando el expresidente de Bolivia Evo Morales recibió una visita oficial del entonces ministro de Defensa de Irán, Ahmad Vahidi, que está prófugo de la Justicia argentina y acusado de ser coautor ideológico del atentado contra la AMIA, en el que murieron 85 personas en 1994. La Cancillería argentina presentó en ese momento una queja formal ante la embajada de Bolivia.
En el Gobierno consideran que se debe apuntalar la política militar para contrarrestar las posibles “amenazas terroristas” en las fronteras y esto lleva a sus funcionarios a querer ampliar las facultades de las Fuerzas Armadas. El ministro de Defensa, Luis Petri, trabaja en la modificación del decreto 727/2006, que reglamenta el accionar de las Fuerzas Armadas. Según supo LA NACION, busca que estas puedan intervenir y desplazarse a zonas de frontera para combatir el terrorismo y el narcotráfico. “Las Fuerzas Armadas tienen que poder trabajar más allá de las hipótesis de conflicto estatales y abordar las no estatales”, dijo a LA NACION un dirigente del Gobierno que sigue la iniciativa.
La modificación que busca promover Petri es sobre los denominados principios básicos del decreto que firmó Néstor Kirchner en 2006, cuando reglamentó y restringió el accionar de las Fuerzas Armadas. El artículo 1 de ese decreto estableció: “Las Fuerzas Armadas, instrumento militar de la defensa nacional, serán empleadas ante agresiones de origen externo perpetradas por fuerzas armadas pertenecientes a otro/s Estado/s, sin perjuicio de lo dispuesto en la Ley Nº 24.059 de Seguridad Interior y en la Ley Nº 24.948 de Reestructuración de las Fuerzas Armadas en lo concerniente a los escenarios en los que se prevé el empleo del instrumento militar y a las disposiciones que definen el alcance de dicha intervención en operaciones de apoyo a la seguridad interior”.
Y el mismo decreto clasifica: “Se entenderá como “agresión de origen externo” el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de nuestro país, o en cualquier otra forma que sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas”.
La Argentina y Estados Unidos buscan ahora posicionarse como aliados en materia de política internacional. La preocupación por el vínculo entre Bolivia e Irán es compartida y Brian Nichols, el secretario adjunto para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos que visitó el país la semana pasada, lo ratificó.
Consultado por LA NACION sobre si a Estados Unidos le preocupa este eje, en el que se encuadra, entre otras cosas, la flexibilidad para el otorgamiento de visas (en octubre hubo alerta de la facilidad con la que Bolivia emitía visas a ciudadanos iraníes) y la flexibilidad en la frontera, Nichols dijo: “La presencia de países como Irán en especial, pero Rusia o la República Popular de China es algo que los gobiernos de nuestra región debieran de evaluar si es conveniente o no”.
Y agregó: “Creo que en el caso de la relación con Estados Unidos- Argentina compartimos valores y preocupaciones de la presencia de actores preocupantes en nuestra región y solo digo que vamos a seguir a actuando y hablando a favor de nuestros valores, la seguridad de nuestros pueblos, y una colaboración en todos los ejes como buenos amigos y aliados”.
Como parte de este realineamiento y de la intención de ambos países de reforzar sus relaciones, hace poco más de una semana el jefe de Gabinete Nicolás Posse viajó con el interventor de la AFI, Silvestre Sívori, a Washington, para reunrise con el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), William J. Burns. No trascendieron detalles de su encuentro, pero según reconstruyó LA NACION, los funcionarios argentinos fueron con la intención de conseguir que el gobierno norteamericano provea al Sistema Nacional de Inteligencia argentino equipos para mejorar la tecnología para realizar tareas de inteligencia. Las cifras de las expectativas son de al menos 50 millones de dólares, según supo este medio.
“Nos alejamos cada vez más de la frontera tecnológica y cada vez somos más pobres”)
11 diciembre 2020, 05:50
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En la cámara de Diputados está próximo de ser aprobado un proyecto que busca garantizar un aumento progresivo del presupuesto asignado a ciencia y tecnología. Propone que para el año 2032 la inversión estatal en el sector alcance el 1% del PBI.
Se espera que no haya dificultades para la media sanción de la Ley de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. La normativa deriva de la unificación de dos proyectos presentados por el oficialismo y la oposición. El proyecto parte desde una inversión estatal del 0.28% del PBI en el 2021 y establece aumentos sucesivos anuales para alcanzar la meta del 1% en 2032.
Sobre esto opina Fernando Stefani, investigador del CONICET y vicedirector del Centro de Investigaciones de Bionanotecnología. Stefani sostiene que en Argentina todavía “tenemos que comprender cuál es el rol de la tecnología y el rol de la ciencia en la economía” y que, si bien el aumento de la inversión estatal en ciencia y tecnología es algo positivo, resulta fundamental que se generen incentivos a la inversión privada en Investigación y Desarrollo (I+D).
-¿Qué % del PBI invierten los países desarrollados en ciencia y tecnología y cuál es tu mirada respecto a los objetivos de esta ley?
-Muchas veces nos comparamos con países desarrollados y obviamente las métricas de Argentina dan mal. Más importante que analizar dónde están parados los países desarrollados es analizar cuáles fueron sus trayectorias a lo largo del tiempo para desarrollarse. Lo que nosotros tenemos que hacer es establecer un camino de crecimiento económico sostenido en el tiempo. Cuando vemos qué hacen los países desarrollados, vemos que invierten cada vez más en I+D. Cuando digo cada vez más, hago referencia a fracciones de su economía, no solo más dinero, sino un porcentaje mayor de sus PBI. La razón por lo que lo hacen no es una cuestión cultural o la mera posibilidad, lo hacen para mantener sus niveles de bienestar.
Esto se puede medir. Una manera de medirlo es ver qué velocidad aumentan esta inversión expresada como fracción del PBI. Si uno mira los países desarrollados, eso es casi a un nivel constante de un 0,03% del PBI por año. Es un número muy chiquito, pero constante. Argentina al igual que otros países rezagados también invertimos más, tenemos idas y venidas, en el gobierno anterior fuimos para atrás, en el último gobierno justicialista fuimos para arriba, pero en promedio, si uno toma una serie histórica más larga, nos da que aumentamos a un 0.01%, tres veces más lento que los países desarrollados. Nuestras capacidades científicas y tecnológicas aumentan 3 veces más lentas. Nos alejamos cada vez más de la frontera tecnológica, nos alejamos de mejorar nuestra competitividad y cada vez somos más pobres.
Acá en Argentina la ciencia y la tecnología son temas desligados de la economía y la producción. Se considera la ciencia más como un tema cultural y a la tecnología como algo que se compra cuando uno la necesita y en general se la compra en el extranjero. Ese es el cambio de paradigma que tenemos que hacer. Tenemos que comprender que la ciencia y la tecnología tienen un rol vital en la economía. No existe ninguna estrategia de crecimiento económico sostenido en el tiempo que no tenga en su corazón a la ciencia y la tecnología.
¿Cómo entra esta ley en este panorama? Esta ley legisla sobre la inversión pública. Todos los números que dije recién se refieren a la inversión total de los países, la pública y la privada. En los países industrializados, aproximadamente el 70% de la inversión es privada y el restante es en el sector público. En Argentina esto se invierte. Tenemos una inversión total muy baja, que aumenta demasiado lentamente y es aproximadamente un 70% pública y un 30% privada. ¿Cómo pasamos de una situación a la otra? ¿Cómo hacemos que la inversión privada crezca más que la pública? Antes aclaremos que no es importante que sea privada porque sí, es porque la inversión privada te marca las innovaciones que se hacen en el sector productivo, las que verdaderamente van a impactar en la economía.
Esta ley plantea un incremento programado y a un ritmo mucho mejor que el que está haciendo Argentina, pero de la inversión pública. Es un avance muy positivo, pero tiene que complementarse con otra serie de políticas para incentivar la inversión privada en I+D.
-¿Cuál es la diferencia entre una innovación y un invento?
Muchas veces se confunde innovación con invento. Un invento lo puede hacer cualquiera. A vos o a mí se nos puede ocurrir una idea que, al menos hasta donde sabemos nosotros, no se no se le ocurrió a nadie. Eso es un invento. Una innovación es transformar una nueva idea o concepto en tecnología incorporada en un producto o servicio disponible para la sociedad. Y si se trata de un producto o servicio comercial, que esté comercializado a escala. Eso es mucho más complejo. Hacer innovación en serio es una tarea muy competitiva y compleja. Se requiere de capacidades específicas que no son ni las de un científico ni las de un empresario. Un científico y un empresario pueden hacer innovación, pero no es su rol natural. El rol de un científico no es innovar, es producir conocimiento y el de un empresario tampoco es innovar, sino producir y comercializar productos y servicios de un modo rentable. La innovación es justamente lo que une a estos dos mundos.
En Argentina hacen falta políticas e instituciones públicas de innovación mucho más fuertes que las que tenemos, mucho más competitivas internacionalmente que las que tenemos. Hacer innovación en serio es una tarea muy competitiva y compleja. En el mundo desarrollado la innovación se produce a través de instituciones muy profesionalizadas porque esto requiere habilidades y conocimientos muy específicos.
En Argentina no arrancamos de cero. Tenemos el INTI, el INTA, el INIDEP, por mencionar algunas instituciones importantes, pero que deben fortalecerse y modernizarse. Por caso, el INTI y el INTA fueron creadas en la década del 50 y han sido instituciones muy maltratadas a lo largo del tiempo. Hoy no tienen el poderío que deberían tener para poder ser competitivas en innovación internacionalmente. Tienen que ser fortalecidas enormemente, puede ser que sea necesario reestructurarlas para especializarlas por sector. El CONICET también fue creado en la década del 50, pero la manera de hacer producción científica no cambió tanto desde esa época, desde la época de Galileo que no cambió tanto. El método científico es el mismo. Cambia la tecnología, las maneras, pero no la esencia. En cambio, la innovación en el mundo ha cambiado enormemente desde la posguerra.
-¿Qué tipo de políticas se tendrían que aplicar para que el sector privado empiece a invertir más en I+D?
Nos faltan incentivos a la inversión privada. Las empresas argentinas, al igual que cualquier empresa del mundo, necesitan apoyo institucional para invertir en I+D, apoyo en términos de regulaciones, rentabilidad e incentivos. Todos los países desarrollados tienen un menú muy amplio de incentivos a inversiones productivas y de I+D. Eso es dinero que tiene que destinar el estado para fomentar la inversión en I+D. Muchas veces se argumenta que no hay dinero, pero cuando uno hace las cuentas y ve a qué tasa aumenta la inversión en I+D China, por tomar un ejemplo, vemos que desde hace 40 años China aumenta su inversión en I+D a un ritmo de 0.08% por año. O Malasia va al 0.06%. Si hacés la cuenta, el PBI argentino promedio del 2011 al 2019 da más o menos 550 mil millones de dólares. El 0.08% de esos 550 mil millones te da 440 millones de dólares. No es un número exorbitante. La fuga de capitales en nuestro país, es decir riqueza que se genera en Argentina pero que no es reinvertida en Argentina porque no se encuentran buenas oportunidades, viene siendo de miles de millones de dólares al año. Este es un problema constante que se incrementó enormemente durante el anterior gobierno. Por ejemplo, pasamos de unos 8.500 millones de USD en 2015 a un promedio 25.000 millones por año en el período 2017-2019. Si vos pusieras instrumentos que atraigan tan solo entre un 2 y 5% de ese capital para inversiones productivas con I+D, tendrías todo lo necesario para alcanzar metas de inversión en I+D competitivas. Hay que generar las condiciones para que esa riqueza en vez de irse se reinvierta acá en actividades productivas y de innovación, no en actividades financieras que no nos dejan nada. El problema de alcanzar una inversión en I+D competitiva internacionalmente no es uno de recursos económicos, es de política, hacen falta políticas y regulaciones para que se puedan dar de una manera positiva.
-Diste el ejemplo chino como un caso de un proceso de desarrollo iniciado en un país que no estaba en la frontera del conocimiento. Es una experiencia iniciada en el siglo XX. ¿En el mundo actual se puede iniciar una trayectoria similar viviendo en un mundo diferente?
Sí y no. Es un mundo diferente, donde las tecnologías y el conocimiento se mueven de una manera más rápida, pero manejar tecnología tiene tres partes: el hardware, el software y el brainware. El hardware son los aparatos e instrumentos, software son los procedimientos, códigos e instrucciones para usar esos equipamientos y por último, está el brainware, el saber hacer. Se necesitan las tres cosas, el hardware se puede mandar por correo, barco o avión, el software se puede mandar por una comunicación electrónica, pero el brainware no se puede transportar tan fácil. Eso está adentro de las personas. Trasladar eso de un país a otro no es sencillo. Requiere mover gente de un lugar al otro, capacitar, aprender, mandar al extranjero y que vuelvan. Hay que tener cuidado en decir que todo circula tan fácilmente porque no es tan así. Respecto a países que hayan iniciado procesos de desarrollo más recientes está Malasia. En el siglo XXI Malasia fabricaba baratijas, pero hace unos años que está en un claro proceso de desarrollo y en muy pocos años, sino cambiamos nuestra estrategia, la vamos a mirar para arriba.
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