Y lo que queda por venir.
Es lo que tiene pasar los raquíticos presupuestos de Defensa muy por debajo del 1% del PIB al 2%, si a eso sumas las habituales triquiñuelas fiscales españolas para que otros ministerios "prefinancien" que no tiene pinta de cambiar para que luego cuando años después toca "devolver los adelantos" a Defensa, lo fulminas vía créditos extraordinarios en lugar de presupuesto ordinario pues...
Tras años de recortes, congelación, reducción y cancelación de programas, la renovación de material, equipamiento y medios de todo tipo en las tres ramas de las Fuerzas Armadas era cada vez más perentoria. Si a ello sumas el cambio de disponibilidad presupuestaria a corto, medio y largo plazo forzada por el compromiso OTAN del 2% del PIB para defensa, tienes el caldo de cultivo perfecto para que el actual ciclo inversor en Defensa sea brutal, sin duda con lo que ya hay comprometido y lo que aún está por aprobar, será el mayor ciclo inversor de la Democracia, de largo.
Pero esto no solo se limita a España, la mayoría de paises UE/OTAN han disparado su inversión hacia programas de renovación y adquisición de nuevas capacidades. Ver los programas e inversiones lanzados por Polonia, Alemania, Italia, Francia, etc... son también de señalar. Siendo parte de una tendencia general, adaptada lógicamente a las capacidades económicas de cada país, pero seas grande como Alemania o pequeño como los Bálticos, el paradigma de la inversión en Defensa ha dado un vuelco espectacular, especialmente si lo comparamos con las últimas 3 décadas de reducciones, recortes y pérdida de capacidades vividas tras el derrumbe de la URSS y el fin de la Guerra Fría al amparo del llamado "dividendo de la paz".
La crisis de Ucrania no ha hecho sino acelerar y fomentar este proceso.