Noticias de Japón
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Japón mantendrá su participación en el proyecto de petróleo y gas Sakhalin-1 de Rusia
Japón seguirá siendo una parte interesada en el proyecto ruso de petróleo y gas Sakhalin-1 después de que el gobierno pidiera a las empresas japonesas que participaron en el consorcio original que mantuvieran sus participaciones en la nueva entidad que operará el proyecto.
El presidente de Rusia firmó un decreto para cambiar la propiedad de Sakhalin-1 el mes pasado, y el estado estableció una nueva entidad para administrar el proyecto. A los accionistas anteriores, como el consorcio SODECO de Japón, se les ofreció la oportunidad de retener sus participaciones.
SODECO, o Sakhalin Oil and Gas Development Co, comprende a Itochu, el conglomerado, Marubeni y Japan Petroleum Exploration Co. El gobierno japonés tiene una participación del 50 por ciento en el consorcio.
"El Sakhalin-1 es extremadamente importante para la seguridad energética de Japón, ya que es una fuente valiosa fuera de Oriente Medio", dijo esta semana el ministro de Comercio, Yasutoshi Nishimura, citado por Reuters.
Anteriormente, el proyecto Sakhalin-1 fue operado por Exxon, pero Rusia eliminó a la supermajor del puesto de operador a principios de este año, en medio de la retirada total de la compañía de Rusia.
Según se informa, la ONGC de la India también está considerando adquirir una participación en la nueva entidad que opera Sakhalin-1. La petrolera estatal india era accionista del consorcio que gestionaba Sakhalin-1 antes de la retirada de Exxon y quería conservar su participación en el proyecto.
La noticia de que las empresas japonesas mantendrán su interés en Sakhalin-1 no es una novedad sorprendente. El ministro de comercio ha indicado repetidamente que el proyecto en alta mar es importante para Japón, a pesar de las sanciones occidentales que han obligado al país a reducir su importación de petróleo ruso.
“Desde el punto de vista de la diversificación de las importaciones de petróleo crudo de Japón, ese es un proyecto muy importante”, dijo el mes pasado el ministro de Comercio, Nishimura.
El director ejecutivo de Itochu fue más allá y dijo en una entrevista con el Financial Times que Japón no podía permitirse el lujo de seguir a sus aliados occidentales cortando todas las relaciones comerciales energéticas con Rusia porque, a diferencia de ellos, la supervivencia de Japón dependía de las importaciones de energía.
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Japón calificó a China como “un desafío estratégico sin precedentes” en su nuevo plan de Defensa y busca armarse con misiles
Tokio elevó la alerta sobre el régimen de Xi Jinping y alista un refuerzo de sus capacidades militares para estar listo para ejecutar contraataques o ataques preventivos
13 de Diciembre de 2022
Japón decidió calificar por primera vez a China como “desafío sin precedentes”, así como adquirir misiles que le permitan ejecutar contraataques o ataques preventivos, según las nuevas directrices nacionales de Defensa que el Gobierno tiene previsto aprobar esta semana.
Tokio emprende su mayor giro en materia de Defensa en décadas con una nueva estrategia que marcará su rumbo en los próximos años, que incluye el incremento del gasto militar hasta equipararlo al nivel de países de la OTAN, y la compra o desarrollos de misiles hipersónicos y de largo alcance, entre otros activos.
El primer ministro nipón, Fumio Kishida, y Natsuo Yamaguchi, el líder del partido Komeito y su socio en la coalición gobernante, mantuvieron este martes una reunión para cerrar los tres documentos que definirán la nueva hoja de ruta de Defensa, y que llega rodeada de críticas debido a su dudoso encaje en la Constitución pacifista nipona y al mayor gasto público en armamento.
MÁS ARMAS ANTE ENTORNO MÁS HOSTIL
Tokio endurece en estos documentos su calificación de China tras la intensificación de las actividades militares de Beijing en torno al archipiélago nipón y la crisis del estrecho de Taiwán.
La mención a estos desarrollos como “un tema gravemente preocupante para Japón y para la comunidad internacional” y como “un desafío estratégico sin precedentes” sirve como justificante para el refuerzo de las capacidades militares planeadas por Japón e incluidas también en sus nuevas directrices de Defensa.
Japón se ve en un “entorno de seguridad cada vez más hostil” debido a las maniobras de Beijing, a los constantes lanzamientos de misiles de Corea del Norte y a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, país con el que Japón mantiene disputas territoriales y con el que las relaciones se han deteriorado.
En este escenario Tokio planea dotarse de “capacidades de contraataque”, como se define en los documentos a la capacidad de golpear instalaciones militares enemigas consideradas como una amenaza para la seguridad nacional.
Según los detalles de los documentos recogidos por los medios locales, esto permitiría a Japón ejecutar una ofensiva preventiva contra bases de lanzamiento de misiles o centros de control enemigos en caso de detectarse preparativos para un ataque contra territorio nipón.
A la espera de conocerse la redacción final de los documentos, todo apunta a un giro significativo en las capacidades militares de Japón, que hasta ahora se limitaban a sus escudos antimisiles para derribar posibles proyectiles que amenazaran con impactar en territorio nipón, entre otras medidas para contener potenciales ataques.
Esta iniciativa ha generado un amplio debate en Japón debido a su potencial para vulnerar la Constitución pacifista nipona, que renuncia a la guerra como forma de resolver conflictos internacionales.
Para dotarse de esas nuevas capacidades Japón planea adquirir armamento “standoff” o de ataque a distancia, entre el que destacan como novedades la adquisición de misiles de crucero de largo alcance Tomahawk de fabricación estadounidense y el desarrollo doméstico de misiles hipersónicos, misiles antibuque y drones de ataque, entre otros.

Misiles Tomahawk
CRÍTICAS CONTRA KISHIDALos documentos también incluyen el objetivo de elevar el gasto militar de Japón entre 2023 y 2027 hasta el 2% del producto interior bruto nacional (PIB), lo que rompería con el techo inferior al 1% que mantiene el país desde hace décadas.
La cifra marcada asciende para ese período a los 43 billones de yenes (unos 296.300 millones de euros), lo que supone un incremento del 50 % frente al lustro anterior.
La coalición gobernante estudia varias vías para costear este aumento, como subidas de los impuestos corporativos y del impuesto al tabaco, recortes de otras partidas o emisión de nuevos bonos de deuda, aunque la falta de transparencia y la cascada de filtraciones al respecto han generado confusión y críticas desde dentro y fuera del partido de Kishida.
El ministro de Economía, Comercio e Industria, Yasutoshi Nishimura, pidió cautela antes de abordar subidas impositivas en la coyuntura actual, mientras que la titular de Seguridad Económica, Sanae Takaichi, afirmó “no entender” los motivos del primer ministro a la hora de proponer más presión fiscal “en un momento que se podría dañar a la economía”.
Estas y otras voces del Partido Liberal Democrático de Kishida reflejan las divergencias entre diversas facciones dentro del partido gobernante y podrían debilitar la posición del primer ministro, quien también atraviesa un bache de popularidad.
Está previsto que la aprobación definitiva de los tres documentos, llamados Estrategia Nacional de Defensa, Directrices Nacionales de Defensa y Estrategia Nacional de Seguridad, así como otra propuesta para su financiación, tenga lugar por parte del Gabinete de Gobierno a finales de semana.
(Con información de EFE/Por Antonio Hermosín Gandul)
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Japón planea un enorme gasto militar que lo convertirá en el tercero luego de EEUU y China para 2027
La semana pasada, Japón anunció que aumentará el gasto en defensa en más de una cuarta parte el próximo año. Entre los artículos más caros que se incorporarán a las Fuerzas de Autodefensa japonesas figuran los misiles de crucero Tomahawk de fabricación estadounidense.
Se trata del mayor incremento militar de Tokio desde la Segunda Guerra Mundial
Con este aumento del 26,3%, el presupuesto de defensa de Japón alcanzará la cifra récord de 6,82 billones de yenes (51.700 millones de dólares) para el año fiscal que comienza el 1 de abril. También permitirá a la nación insular asiática triplicar con creces su gasto en municiones como parte de un esfuerzo por disuadir a sus rivales regionales, especialmente la República Popular China y Corea del Norte. También responde a la invasión no provocada de Ucrania por Rusia, que ha avivado las tensiones regionales.
El presupuesto ha sido aprobado por el gabinete del primer ministro Fumio Kishida. El controvertido plan duplicaría el gasto en defensa de Japón hasta el 2% de su producto interior bruto (PIB) en 2027, pero los críticos han advertido de que aumentará la deuda pública del país, que ya supera en 2,5 veces el tamaño de su economía.
Gravar a los ricos para pagar la defensa
Para financiar el gasto, Tokio ha optado por emitir en el año fiscal 2023 algo más de 434.000 millones de yenes en bonos de construcción, que suelen utilizarse para financiar gastos en infraestructuras, pero no en equipamiento militar.
“Creo que esos barcos pueden considerarse activos que merece la pena pedir a la gente que comparta los costes”, declaró el viernes a la prensa el ministro de Finanzas, Shunichi Suzuki, al ser preguntado por la decisión, al tiempo que añadió que la medida no debe verse como un abandono de las restricciones fiscales.
El aumento del gasto en defensa convertiría a Japón -que había renunciado a su derecho a “hacer la guerra” tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial- en el tercer país del mundo con mayor gasto militar después de Estados Unidos y China, según los niveles actuales.
Israel noticias
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Japón aspira a firmar un tratado de paz con Rusia por las islas Kuriles
Tokio apuesta por las negociaciones para lograr un tratado de paz a pesar de las difíciles relaciones con Moscú, declaró el primer ministro japonés, Fumio Kishida, en la sesión de apertura del Parlamento.
Durante décadas, Tokio ha condicionado la firma del tratado de paz con Rusia, asunto pendiente desde 1945, a la recuperación de las islas Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai, que son los "territorios del norte" para los japoneses.
Japón se escuda en el Tratado Bilateral de Comercio y Fronteras que firmó con Rusia el 7 de febrero de 1855.
Moscú, a su vez, subraya que esos territorios fueron traspasados a la Unión Soviética por acuerdos internacionales al término de la Segunda Guerra Mundial y que Rusia asumió la soberanía de dichos territorios como sucesora legal de la URSS.
A finales de 2016, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el entonces primer ministro de Japón, Shinzo Abe, acordaron empezar las conversaciones sobre la actividad económica conjunta en las islas Kuriles del Sur, que Tokio reclama a Moscú después de terminada la Segunda Guerra Mundial.https://sputniknews.lat/20230123/japon-aspira-a-firmar-un-tratado-de-paz-con-rusia-1134932349.html
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Japón duplica su gasto militar y empieza una carrera armamentística con China apoyado por Estados Unidos
Tras años de presiones militares de China sobre el sur de Japón, el gobierno japonés duplicará el presupuesto para defensa y permitirá a Estados Unidos desplegar una nueva unidad móvil de los Marines en la militarizada isla de Okinawa.
En un contexto regional de alta complejidad y la preocupación por la escalada militar de China, los ensayos de misiles de Corea del Norte y la disputa por las Islas Kuriles con Rusia, Japón se afianza como aliado estadounidense en el Pacífico y comienza a tomar medidas serias por su seguridad nacional.
El pasado mes de diciembre, el Primer Ministro de Japón, Fumio Kishida, anunció su intención de duplicar los gastos de defensa del 1% al 2% del PIB, lo que significaría elevar los fondos destinados a las Fuerzas de Autodefensa a más de 300.000 millones de dólares. Para dar una referencia, esta inversión de Japón en Defensa equivale aproximadamente al 75% del PIB de Argentina.
Según expertos militares japoneses, en la actualidad la capacidad militar aérea y marítima de China es alrededor del 70% de la de Estados Unidos. Sin embargo, las fuerzas estadounidenses están desplegadas en todo el mundo, mientras que las de China están prácticamente todas en el Pacífico.
Esto hace que en el este de Asia la balanza se incline a favor de China en una proporción de 7 a 5, por lo que ahora Japón busca complementar a Estados Unidos con los 2 restantes, con una masiva expansión del gasto militar.
El alineamiento de los intereses de Japón en el Pacífico con los de Estados Unidos se revelan en la fuerte y vigente alianza de ambos países frente a sus enemigos comunes. En este escenario, la alta importancia geopolítica nipona entra en juego.
En el sur de Japón, la militarizada isla de Okinawa juega un papel clave en la contención china en la región. En esta isla, Estados Unidos anunció a comienzos de año el despliegue de una nueva unidad móvil de los Marines.
“Estados Unidos desplegará una nueva unidad móvil de la Infantería de Marina en la isla de Okinawa, en el sur de Japón, en un intento por responder mejor a las crecientes amenazas lideradas por China“, dijo el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Lloyd Austin.
Esto sucede mientras China mantiene una gran cantidad de agentes operando en Okinawa, fomentando ideas nacionalistas y buscando abrir una brecha entre los aliados japoneses y norteamericanos, utilizando las mismas tácticas que Rusia en el Donbás y Crimea.
Militarización de la isla de Okinawa.
En Japón existe la preocupación de que una posible ofensiva y desembarco chino en Taiwán también involucre la ocupación de las fuerzas armadas chinas de las Islas Senkaku, situadas en el extremo suroccidental de Japón y disputadas con China y Taiwán.En este caso, la posición norteamericana está clara y el secretario de Defensa de Estados Unidos reafirmó el jueves 12 de enero que el artículo 5 del tratado de seguridad mutua entre Estados Unidos y Japón se aplica a las Islas Senkaku.
Este artículo compromete a los Estados Unidos a defender a Japón si es atacado por un tercero, por lo que involucraría legal y políticamente a las fuerzas armadas norteamericanas a intervenir en el posible conflicto armado.