Conflicto de China con Taiwan
-
Video del incidente:
-
Es hora que ee.uu deje de transitar por aguas internas de china
-
@pepinillo dijo en Conflicto de China con Taiwan:
Es hora que ee.uu deje de transitar por aguas internas de china
Así "rodea" Estados Unidos a China en el Pacífico: cerca de 160 bases militares, casi 100.000 soldados y la Séptima Flota
Washington ha ido construyendo desde el final de la II Guerra Mundial un anillo militar frente a la costa china en el Pacífico en Japón, Corea del Sur, Filipinas o Singapur.
LA RAZÓN - - ANGEL LUIS DE SANTOS - 05.06.2023
China y Estados Unidos tienen claro que, más allá de lo que ocurra en Ucrania con Rusia, en el futuro serán ambos países las dos grandes potencias militares mundiales y, por eso, no se quitan el ojo de encima, habiéndose convertido la isla de Taiwan en el principal punto de fricción actualmente, algo así como un ensayo de lo que podrían llegar a esa conflictos de más envergadura.
Pero a pesar del potencial chino, fundamentalmente por su poderío económico y, sobre todo, demográfico, Estados Unidos lleva décadas de ventajas sobre Pekín pues, desde el final de la Segunda Guerra Mundial Washington ha ido salpicando toda la zona del Pacífico de bases militares con decenas de miles de soldados estadounidenses repartidos frente a las costas de China.¿Dónde están esas bases?
En Corea del Sur Estados Unidos mantiene 30 bases militares con entre 25.000 y 30.000 soldados acuartelados, mientras en Japón el número asciende a 57.300 en 120 bases, de las que 24.000 están en la isla principal japonesa y el resto repartidos por las pequeñas islas niponas situadas frente a la costa china, sobre todo en la de Okinawa, conocida como la "piedra angular del Pacífico". En total, solo en esta isla hay 32 instalaciones, destacando la Base Aérea de Kadena, sede del Ala 18 de USAF, el Grupo de Operaciones Especiales 353, unidades de reconocimiento, el primer Regimiento de Artillería de Defensa Aérea y muchas otras unidades. En total, más de 20.000 militares estadounidenses, familiares y empleados japoneses viven o trabajan en esta instalación militar, la base de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos más grande y activa en Asia Oriental. En total, unas 18.000 hectáreas, el 8,1% de la isla.
Todas estas bases existen tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, que quedó prácticamente bajo la tutela de Washington como potencia vencedora, y, posteriormente, tras la guerra de Corea, gracias a los acuerdos firmados con el Gobierno de Seúl para mantener a raya tanto al belicoso vecino del norte como a la propia China.
No podemos olvidar tampoco la base militar de Guam, una isla en el Pacífico que oficialmente es parte de Estados Unidos, pero solo como territorio no incorporado, es decir, que está bajo soberanía estadounidense, pero no formar parte del territorio nacional del país. Los habitantes de Guam son ciudados estadounidenses pero con derechos restringidos, como no poder votar en las elecciones presidenciales. Un tercio de la isla está ocupada por instalaciones militares de Estados Unidos, que se empezaron a construir en 1944, tras la toma de la isla en la Batalla del Pacífico ante Japón, siendo a día de hoy uno de los principales puntos de apoyo para realizar operaciones en el Pacífico Sur. Allí se sitúa la base Andersen, de la Fuerza Aérea, y la base Naval Guam, de la Marina, utilizadas por Estados Unidos con un armamento que cuenta, entre otras cosas, con tres submarinos de propulsión nuclear y un barco para logística y tareas de abastecimiento. Se calcula que unos 6.000 soldados están estacionados en estas bases.A estas habría que sumar las cinco bases que tiene en Filipinas, a las que se unirán en el futuro otras cuatro en este país para almacenar y suministrar equipamiento después de que ambos gobiernos llegaran a un acuerdo en febrero de este mismo año. Estas bases son las de Camilo Osias (Sta Ana) y el aeropuerto de Lal-lo en Gagayan, Camp Melchor Dela Cruz en Gamu (Isabela) y en la isla de Balabac (Palawan). Las bases en Gagayan, en la parte más septentrional del país, se sitúan a menos de 400 kilómetros de Taiwán, mientras que Isabela se encuentra en el noroeste y las bases de Palawan están cerca de las islas e islotes que Manila y Pekín se disputan en el mar de China Meridional.
Por último, cabe destacar la presencia militar en Singapur, otro de los socios más fiables de Estados Unidos en la zona, en esta zona en el Mar de la China Meridional, donde también hay presencia militar norteamericana. Así, la Marina de EE. UU. mantiene una unidad de comando logístico, el Grupo de Logística del Pacífico Occidental, en Singapur y lleva a cabo implementaciones rotativas continuas de buques de combate litoral y aeronaves P-8 Poseidon. Estos despliegues han facilitado las patrullas en el Mar de China Meridional, la participación en ejercicios navales multilaterales y las respuestas a los desastres naturales.Todas estas tropas, junto a algunas otras con base en California o Hawaii, por ejemplo, forman parte del Comando del Indo-Pacífico de Estados Unidos, un comando unificado de las Fuerzas Armadas de este país, encabezado por un comandante, que es la suprema autoridad mlitar de las diferentes ramas de las fuerzas armadas estadounidenses que prestan servicio en la zona de responsabilidad de este comando. Está incluida dentro de este comando la Flota del Pacífico, con base en Pearl Harbor, y, a su vez, y dependiente de ésta, la Séptima Flota, una de las cinco que la Armada de Estados Unidos tiene en activo, con base en Yokosuka, en Japón, en la que se integran el portaaviones USS George Washington y su 5ª Ala Aérea Embarcada, el buque anfibio USS Blue Ridge y nueve destructores. En otras de las bases de Estados Unidos en la zona hay otros cuatro buques anfibios, cuatro dragaminas, un buque nodriza de submarinos y tres submarinos. También está integrada en la Flota del Pacífico la III Fuerza Expedicionaria de Marines con base en Okinawa, el mando de las fuerzas navales en Corea o la Task Force 72, compuesta por aviones de guerra antisubmarina (ASW), P-3 Orión y aviones de reconocimiento EP-3.
https://www.larazon.es/internacional/asi-rodea-estados-unidos-china-pacifico-cerca-160-bases-militares-casi-100000-soldados-septima-flota_20230605647e031021debe0001a020c6.html -
El Ejército chino realiza simulacros a gran escala alrededor de la isla de Taiwán después de una patrulla conjunta sin precedentes entre China y Rusia en Asia-Pacífico
Participaron de la patrulla 22 aviones chinos y rusos
Un bombardero de un regimiento de aviación de la fuerza aérea bajo el Comando de Teatro Sur del EPL rueda en la pista para prepararse para un ejercicio de entrenamiento de vuelo a fines de febrero de 2023. (Foto: China Military Online)Inmediatamente después de una patrulla aérea estratégica conjunta China-Rusia de dos días en la región de Asia-Pacífico, que estableció un récord en la cantidad de aviones de combate involucrados, el Ejército Popular de Liberación de China (EPL) lanzó el jueves lo que parecía ser una misión a gran escala. ejercicio alrededor de la isla de Taiwán.
Las patrullas y ejercicios recientes sirvieron como disuasión contra las crecientes tensiones tras las provocaciones de Estados Unidos en la región, dijeron analistas.
Unos 37 aviones EPL, incluidos aviones de combate J-11 y J-16, bombarderos H-6, aviones cisterna YU-20 y aviones de alerta temprana no identificados, fueron observados sucesivamente sobre las aguas al suroeste de la isla de Taiwán el jueves por la mañana. Algunos de ellos ingresaron al Pacífico occidental a través del canal Bashi hacia el lado este de la isla, según un comunicado de prensa emitido por la autoridad de defensa de la isla.
Esto está muy por encima del promedio diario de las patrullas y simulacros de rutina del EPL alrededor de la isla de Taiwán, lo que marca un probable ejercicio a gran escala luego de la patrulla aérea estratégica conjunta China-Rusia en la región de Asia-Pacífico durante los dos días anteriores, dijeron los observadores. .
Después de que dos bombarderos chinos H-6 y dos bombarderos rusos Tu-95 volaran juntos el martes sobre el Mar de China Oriental y el Mar de Japón, escoltados por dos aviones de combate chinos, la misma cantidad de bombarderos de los dos países cruzaron el Estrecho de Miyako. hacia el Pacífico occidental el miércoles, escoltado por 18 aviones adicionales en el proceso, dijo el Estado Mayor Conjunto del Ministerio de Defensa de Japón en un comunicado de prensa el miércoles por la noche.
En total, 22 aviones chinos y rusos participaron en la patrulla conjunta del miércoles, que es un número irregular, lo que llevó al gobierno japonés a expresar "serias preocupaciones" a China y Rusia a través de canales diplomáticos, informó el miércoles el medio de comunicación japonés The Sankei News.
La patrulla aérea estratégica conjunta China-Rusia se llevó a cabo de conformidad con el derecho y la práctica internacionales y no apuntó a ningún país específico, dijo Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, en un comunicado de prensa el jueves, en respuesta a los japoneses. preocupaciones.
Según declaraciones del Ministerio de Defensa Nacional de China el martes y miércoles, la patrulla conjunta se llevó a cabo en dos fases según un programa de cooperación anual, la primera fase en el Mar de Japón y el Mar de China Oriental el martes, y la segunda fase en el Pacífico Occidental el miércoles.
Esta fue la primera vez que la patrulla conjunta se dividió en dos fases y se extendió a dos días desde que comenzaron tales misiones en 2019.
La Televisión Central de China informó el jueves que los aviones de combate J-11 y J-16 de la Fuerza Aérea del EPL escoltaron a los bombarderos de los dos países en la misión, mientras que el Ministerio de Defensa de Rusia dijo en un comunicado el miércoles que las Fuerzas Aeroespaciales Rusas Su-30 y Los aviones de combate Su-35 proporcionaron cobertura aérea.
Un mapa que muestra las rutas de vuelo de los aviones chinos y rusos proporcionado por el Ministerio de Defensa japonés indica que los bombarderos volaron más allá del alcance del monitoreo japonés después de que ingresaron profundamente en el Pacífico occidental en dirección aproximada a Guam, un importante nodo militar estadounidense en la segunda cadena de islas.
La declaración rusa dijo que durante la patrulla aérea conjunta, los aviones rusos también aterrizaron y despegaron de un aeródromo en China, lo que, según los analistas, permitió a los bombarderos rusos reabastecerse de combustible y recibir mantenimiento.
La patrulla aérea estratégica conjunta China-Rusia y el ejercicio de EPL a gran escala consecutivos que batieron récords alrededor de la isla de Taiwán pueden disuadir a cualquier parte que provoque problemas, y contribuyen a salvaguardar la paz y la estabilidad en la región, dijo un experto militar chino. quien solicitó el anonimato le dijo al Global Times el jueves.
Las principales direcciones en Asia-Pacífico a lo largo de la primera y la segunda cadena de islas, incluidas Corea del Sur, Japón, la isla de Taiwán y Guam, fueron cubiertas en la patrulla y el ejercicio, dijo el experto.
Tales misiones se están volviendo más orientadas al combate, con fuerzas navales uniéndose en operaciones integradas mar-aire, dijo Wei Dongxu, un experto militar con sede en Beijing, al Global Times, citando actividades simultáneas de buques de guerra del EPL en las mismas regiones.
Un gran destructor Tipo 055 y una fragata Tipo 054A fueron avistados en el Mar de Japón el martes, mientras que un destructor Tipo 052D y otra fragata Tipo 054A fueron avistados en el Pacífico Occidental el miércoles, coincidiendo
-
Operación CAUSEWAY la "liberación" de Taiwán en 1945 por parte de EE.UU
Operación Causeway, fue el nombre clave de la invasión de Taiwán por parte de Washington que llevó a cabo entre 1944 y 1945 contra las fuerzas japonesas y que posteriormente sirvieron de refugio en 1949 a las derrotadas tropas chinas nacionalistas que colaboraron con la ocupación japonesa durante 20 años: Fue uno de los "acuerdos secretos" firmados con Japón para proteger la seguridad de las islas y no devolver a China ese territorio.
El general Douglas MacArthur, pone los "pies en el terreno" en las campaña de Filipinas y Taiwan, en 1944.EE. UU. comenzó a acariciar la victoria final en el frente del Pacífico durante el verano de 1944. Los éxitos en la campaña de las islas Marianas y en la batalla del mar de Filipinas presagiaban una derrota de Japón en los meses venideros. El Imperio del Sol Naciente veía a su flota derrotada y cómo iba perdiendo el control de las vitales rutas de suministros de materias primas.
Entre los estrategas estadounidenses solo existía la duda de cómo y cuándo propiciar el golpe definitivo a su enemigo. Para rematarlo, había dos opciones sobre la mesa: reconquistar Filipinas o invadir Taiwán. Ambas buscaban asentar unas bases que permitieran un posterior asalto directo contra el archipiélago nipón, que, según los cálculos estratégicos de Washington, provocaría la rendición incondicional de Tokio.
Decidirse por una u otra no era una mera cuestión de fría planificación militar: había cuestiones políticas. Cada tesis era defendida por uno de los estamentos castrenses que aspiraban a la medalla de derrotar al enemigo. La Armada (US Navy) y el Ejército (US Army) no escondían su rivalidad a la hora de imponer su criterio para conseguir la victoria definitiva.MacArthur contra King
La postura del Ejército estaba encarnada por el controvertido general Douglas MacArthur, comandante supremo de las fuerzas aliadas en la zona del Pacífico sudoccidental, quien consideraba que el objetivo prioritario era liberar Filipinas. El archipiélago era un territorio con una fuerte carga simbólica para EE. UU., y, en particular, para este militar, que había hecho de su reconquista una cuestión personal.
MacArthur dirigía la defensa de Filipinas cuando Japón invadió las islas al principio de la guerra en el Pacífico. Las tropas americanas fueron barridas en una derrota tan humillante para el orgullo estadounidense como el bombardeo de Pearl Harbor. Para evitar una ignominia mayor con su captura, el general fue evacuado de la isla de Corregidor. Poco después, pronunciaría su famoso “Volveré”, que se convirtió en un lema para alimentar el espíritu guerrero del país.
La US Navy tenía una percepción muy diferente. El almirante Ernest J. King, su comandante en jefe, había sido muy crítico con las estrategias de MacArthur en sus campañas en Nueva Guinea y el Pacífico Sur, al considerar que sus avances estaban siendo muy lentos. En esa línea, el marino juzgaba que el proyecto del general era un riesgo que podía alargar la guerra otros seis meses, como le hizo saber al propio presidente Franklin D. Roosevelt.Desembarco en Taiwán
La alternativa de King era un desembarco en Taiwán (o Formosa, como también se conocía por entonces). Ocupar la entonces colonia japonesa ofrecía muchas ventajas. No era una ocurrencia fruto de las circunstancias tras la conquista de las Marianas por los marines, sino que se venía barajando desde un año antes.
Desde Taiwán, creía King, se podría lanzar un asalto más directo contra Japón, y así no dar un rodeo en Filipinas. Con Formosa ocupada, se podrían establecer bases para bombardear las principales islas niponas y ayudar de manera más directa a las tropas del general Chiang Kai-shek, líder del Kuomintang, el partido nacionalista chino.
Desde el principio de la guerra se había enviado ayuda a China (de hecho, este país combatía contra Japón desde 1937), y la opción de involucrarse más directamente en ese frente había estado sobre la mesa de los estrategas estadounidenses desde 1941.
La invasión de Taiwán recibió el nombre clave de Operación Causeway (calzada) y se fue diseñando a lo largo de 1944. Formosa era una de las principales bases japonesas en el Pacífico. Su asalto supondría todo un desafío. Se trataría de una operación anfibia muy ambiciosa por los medios a emplear, equiparable al desembarco de Normandía, con centenares de barcos y aviones implicados.
Se estimó que serían necesarios unos 402.000 soldados y marines, que deberían combatir contra una guarnición de 98.000 militares japoneses (32.000, tropas del Ejército, y el resto, personal de la Armada y la fuerza aérea). Las bajas entre los estadounidenses se estimaron en unas 37.000. Un cálculo optimista si se compara con campañas que sí se realizaron, por ejemplo, la de Okinawa, donde los 76.000 defensores provocaron 50.000 bajas (muertos y heridos) entre los norteamericanos
Si para desembarcar en Normandía solo era necesario cruzar el canal de la Mancha, Formosa se encontraba a centenares de kilómetros de distancia de las bases estadounidenses, con las dificultades logísticas que eso implicaba. Para proteger a la fuerza anfibia, sería clave el Grupo Operativo de Portaaviones Rápidos, con dieciocho portaaeronaves de diversos tipos, más una poderosa escolta de acorazados, cruceros y destructores.
En el verano de 1944, la posible invasión de Taiwán generó un intenso debate entre sus partidarios y sus detractores. La opción parecía que iba ganando adeptos en la US Army, y el propio general George C. Marshall, jefe del Estado Mayor del Ejército de EE. UU., se mostró partidario de esa estrategia y le pidió a MacArthur que reconsiderara su posición de regresar a Filipinas.
El héroe de Corregidor fue rotundo. Consideraba que desembarcar en el archipiélago era una necesidad estratégica para EE. UU. y que tenían “pendiente una gran obligación nacional”. Cuando el almirante King se enteró de que MacArthur seguía enrocado, llegó a acusar al general de “parecer más interesado en cumplir su promesa de regresar a Filipinas que en ganar la guerra”. Pronto, el comandante en jefe de la US Navy iba a descubrir que sus propios oficiales en el Pacífico tenían su particular visión sobre si invadir o no Taiwán.
El papel aguanta cualquier planificación, pero la realidad de la guerra fue dibujando un escenario diferente. Los almirantes Nimitz, comandante en jefe de las fuerzas navales en el Pacífico, y Raymond Spruance, su subordinado al frente de la 5.ª Flota, fueron cultivando dudas sobre la necesidad de atacar Formosa tras su exitosa campaña en el Pacífico Central. Nimitz no veía clara una ofensiva total sobre la isla y creía que podía bastar con ocupar un poco de territorio costero para instalar bases al norte y al sur.
La campaña de Formosa (Taiwan) o en Filipinas marcaría en el tramo final de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico. La decisión de desembarcar en un lugar u otro se tomaría en una cumbre celebrada en Oahu (Hawái) el 26 de julio de 1944. Asistió el propio presidente Roosevelt, quien quiso prescindir de Marshall y King para hablar directamente con los comandantes del frente del Pacífico –MacArthur y Nimitz– y, así, conocer de primera mano sus impresiones sobre los pasos siguientes para derrotar a Japón.
MacArthur llegó tarde a la reunión a propósito, su avión había aterrizado con la antelación suficiente. De ese modo quiso expresar su desacuerdo por tener que compartir con Nimitz la dirección de las operaciones militares en el Pacífico. Tal y como había remarcado el general de las fuerzas aéreas, George Kenney, que sirvió bajo sus órdenes en Nueva Guinea, “como comercial no le supera nadie y pocos le igualan”.
Así que, pese a la pataleta inicial, en Oahu, MacArthur desplegó su faceta más comercial ante Roosevelt. Más allá de la palabrería, el general podía presentar una serie de triunfos militares que rivalizaban con los que había conseguido la US Navy. Por si fuera poco, el héroe de Corregidor conocía al presidente de la época en que fue jefe de Estado Mayor del Ejército, circunstancia que facilitaba el acercamiento personal.
Aunque los combates en las Marianas progresaban adecuadamente, aún quedaba asegurar algunas de las principales islas, como Guam y Tinian. En cambio, las fuerzas de MacArthur habían avanzado 2.000 kilómetros en dos meses en Papúa Nueva Guinea. Con esa marcha triunfal por las junglas del Pacífico suroccidental, el general acalló a los críticos que le acusaban de dirigir lentas campañas militares.Logística y política
En las conversaciones entre el presidente y los comandantes militares, MacArthur no perdió oportunidad para desacreditar los desembarcos de los marines, asegurando que habían resultado muy costosos en vidas estadounidenses. El argumento del general era un tanto tramposo, ya que sus fuerzas en Nueva Guinea habían podido progresar tanto porque rodearon a las guarniciones japonesas sin atacarlas directamente.
La competencia como militar de Nimitz podría ser superior a la de MacArthur, pero no su así capacidad política, ni contaba tampoco con una personalidad tan arrolladora. Aquel no supo interpretar bien el encuentro con el presidente: el almirante consideró que allí no se tomaría una decisión definitiva y que era una reunión más bien simbólica, tal como explica el historiador Max Hastings en su libro Némesis. La derrota de Japón, 1944-1945 (Crítica, 2008).
Siguiendo con el relato de Hastings, al final, Nimitz asumió una posición más parecida a la de Spruance. Pese a haberla apoyado en un principio, el almirante había empezado a albergar dudas sobre la viabilidad de la campaña contra Formosa y, en el verano de 1944, no veía tan absurdo una ofensiva en Filipinas.
Las cuestiones logísticas acabaron decantando la balanza. Las fuerzas estadounidenses estaban en disposición de atacar Filipinas en otoño de 1944, mientras que la invasión a Taiwán no sería posible, como pronto, hasta la primavera de 1945.
Finalmente la decisión final de desembarcar en Filipinas y descartar la invasión de Taiwan se oficializó el 3 de octubre de 1944, después de una reunión de altos mandos en San Francisco. MacArthur obtendría su ansiado retorno al archipiélago asiático, pero, para compensar a la US Navy, se establecieron como objetivos futuros los desembarcos en Iwo Jima y Okinawa, que estarían bajo la dirección de la Armada.