Historias curiosas de la guerra fría
-
EL VERDADERO JAMES BOND
En los años sesenta los británicos enviaron a Varsovia un espía con igual nombre que el agente 007
LA VANGUARDIA - RAFAEL RAMOS, LONDRES. CORRESPONSAL 26/10/2020 01:53 | Actualizado a 26/10/2020 03:23
Hay un Donald Trump que es oncólogo en Virginia en vez de presidente de Estados Unidos, hay un Mike Pence que desarrolla programas de software en Florida en vez de ser el vicepresidente norteamericano, hay en Londres una Kate Middleton que no tiene nada que ver con la princesa, hay un Taylor Swift (hombre) que es fotógrafo de Seattle en vez de cantante, y en la capital inglesa hay un Ben Cumberbatch que es agente inmobiliario en vez del Sherlock de la serie de televisión. Casualidades hasta cierto punto normales. No tan normal es que haya habido en la vida real un espía inglés llamado Bond, James Bond.El otro Bond, fallecido en el 2005, fue un capitán del ejército británico que en 1964 fue asignado a la embajada del Reino Unido en Varsovia como secretario y responsable del archivo, pero con la misión de penetrar las instalaciones militares secretas polacas. Su cobertura no debió de ser demasiado buena, porque en seguida llamó la atención de las autoridades locales, que no sabían si el nombre era una casualidad, una broma o una provocación.
Documentos recién desclasificados del Instituto Polaco de la Memoria Histórica han sacado a la luz la ficha de este James Albert Bond nacido en Devon en 1928 (veinte años antes que Ian Fleming, el creador del personaje de 007), con algún kilo de más, entradas en un pelo engominado al estilo del joven Sean Connery de Desde Rusia con amor o Casino Royale , a quien también le gustaba el gin and tonic y que tenía cierta reputación de mujeriego.
Su misión era penetrar en las instalaciones militares polacas, pero fracasó y al cabo de un año regresó a casa
La ficha que las autoridades polacas elaboraron de “su” James Bond se refieren a un tipo “hablador pero prudente e interesado en el sexo opuesto”, a pesar de que en febrero de 1964 se instaló en Varsovia con 36 años acompañado por su mujer (ahora su viuda), que ha confirmado en declaraciones a la prensa que efectivamente fue un espía. “No sé exactamente lo que hacía, pero sí que se trataba de cosas que supuestamente no debía hacer –explica–. Sospechábamos que había micrófonos ocultos en el apartamento, de modo que si queríamos decirnos algo importante nos dejábamos mensajes”. Su hijo (que tenía nueve años y se llama igual) descorría las cortinas para observar desde la ventana si había coches que los siguieran.
La primera película de 007, Dr No , se había estrenado dos años antes de la llegada a Varsovia del Bond de la vida real, hijo de un modesto trabajador del campo del oeste inglés, que salvo su etapa como “diplomático” durante la guerra fría se pasó toda la carrera en el ejército hasta jubilarse ya cumplidos los sesenta años. Los documentos ahora publicados señalan que los servicios de contraespionaje polacos sospecharon inmediatamente de él y lo pusieron bajo estricta vigilancia, y que gracias a ello no pudo realizar su misión de informar a su gobierno sobre instalaciones militares en la Europa del Este (aunque en realidad es imposible saber si tuvo éxito o fracasó). Fue retirado bruscamente del puesto en enero de 1965, once meses después de haber llegado. Ian Fleming acababa de morir, y su última novela se publicaría poco después.
Llevar el nombre de alguien famoso puede ser una ayuda a la hora de conseguir una mesa en un restaurante o una hipoteca en el banco, pero también puede acarrear situaciones incómodas, como relata la otra Kate Middleton, la que no es la esposa del príncipe Guillermo. “Una vez fui a un hotel, y la recepcionista, cuando me vio la cara, escribió en mayúsculas en la ficha: NO PRINCESA”.
Igual que el personaje de Ian Fleming, tenía cierta reputación de mujeriego, y le gustaban los ‘gin and tonic’
En Alemania no hay Adolf Hitlers, pero el entrenador del Eintracht de Frankfurt es un austriaco llamado Adolf Hütter (el sonido fonético es parecido) que para evitar malentendidos se hace llamar Adi; en Italia, hace una década larga, un partido de extrema derecha ofreció dinero a padres de apellido Mussolini para que bautizaran a sus hijos Benito; en España hay tanta gente con nombres de personajes asociados con la dictadura que, si fueran prohibidos, el país se quedaría despoblado; el Donald Trump que es oncólogo fue contactado por el presidente (cuando era candidato), y dice que le cayó muy bien.
En Francia está prohibido llamarse Nocilla o Fresa; en Alemania, Manzana o Pera; en Suecia, Ikea o Elvis; en Dinamarca, Pluto; en México, Rambo o Batman; en Suiza, Cha nel o Mercedes; en Nueva Zelanda, tener un nombre de más de cien caracteres, y en Islandia, cualquiera que no encaje con la ortografía nativa y lleve letras como la W, la Q y la C. En Malasia, a uno no le pueden poner de nombre 007. Pero James Bond es otra cosa...
-
Cuando un caza soviético MiG-21PFM aterrizó por error en un aeródromo de la OTAN
Afortunadamente el piloto se dio cuenta del problema al tocar tierra y consiguió escapar de las manos del enemigo.
El 13 de febrero de 1967 se produjo un suceso cuyas consecuencias podrían haber sido muy graves, recuerda el diario Rossíiskaia Gazeta. En el aeródromo de Tegel, en la zona francesa de Berlín Occidental, de repente aterrizó un avión de combate soviético (el más secreto de su época). El avión era nuevo y venía directamente de la fábrica Znamia Trudá, cerca de Moscú. Estaba pilotado por el capitán Fiódor Zinóviev.
La RDA era el puesto de avanzada occidental del Bloque Oriental. Contaba con un poderoso grupo de tropas soviéticas ya que los líderes de la URSS proveían generosamente al Ejército de Alemania del Este con la tecnología militar más puntera, lo que incluía aviones. Los pilotos soviéticos y los cazas alemanes patrullaban la frontera, alejando los aviones de la OTAN.
A principios de 1967 la Oficina de Diseño de Mikoyan estaba lista para enviar a la RDA cuatro nuevos cazas MiG-21PFM. la última modificación del MiG-21. Contaba con un nuevo asiento de eyección en el avión, un sistema de control de la mira y del arma y podía usar misiles con guía de radar. El MiG recuperó su cañón, que unos años antes había sido declarado obsoleto, no válido para el combate aéreo. Después de asegurarse de que no fuera así, los diseñadores predijeron la posibilidad de colgar un contenedor con un cañón de 23 mm y munición bajo el fuselaje. El avión era potente.
Los pilotos de la 16ª división de cazas fueron los encargados de trasladar los cuatro nuevos cazas a la RDA. El capitán Zinóviev fue nombrado comandante de la división. Desde la región de Moscú a Minsk los cazas llegaron sin incidentes, aterrizaron allí, repostaron y pasaron la noche. Al día siguiente continuaron la ruta. Por alguna razón no fueron enviados al aeródromo de Templin, cerca de Brandenburgo, como era habitual, sino a Cottbus, que estaba mucho más al sur y era desconocido para Zinóviev.
Al elegir la ruta equivocada los MiGs se encontraron cerca la parte occidental de Berlín. Al ver el aeródromo, el capitán Zinóviev trató de ponerse en contacto con el operador, pero este no le respondió. El piloto pensó que la emisora de radio se había estropeado y empezó a aterrizar.
Por si acaso, Zinóviev ordenó a sus compañeros que pilotaban otros cazas, ir a Cottbus. Y su caza MiG-21PFM con estrellas rojas en sus alas hizo un suave aterrizaje en el aeropuerto Tegel, que se encontraba en la zona francesa de Berlín Occidental y servía a la aviación de la OTAN.
Solamente tras aterrizar el capitán Zinóviev se dio cuenta de dónde estaba: los cazas que se encontraban a su alrededor llevaban marcas de identificación de la Fuerza Aérea de Francia y EE UU. El MiG se desprendió del paracaídas de freno y dio la vuelta para despegar en el mismo carril en el que había aterrizado. Pero la pista de aterrizaje ya había sido bloqueada por todoterrenos y camiones de bomberos.
Pero Zinoviev guarda un as en la manga. El MIG-21PFM fue diseñado para operar desde pistas cortas sin pavimentar. El piloto ruso elige una calle de rodaje, enciende el postquemador y logra despegar, pese a lo corto y estrecho de la pista. Ya en el aire, gira hacia Berlín Oriental
Pronto el capitán Zinóviev aterrizó en Cottbus. Dicen que el comandante de la división le comentó: “Eres el tonto que ha aterrizado en Tegel, pero lo has hecho muy bien a la hora de escapar”, y ordenó no castigar al piloto. Es probable que el hecho de que tres años antes Zinóviev había derribado un avión de reconocimiento americano Douglas RB-66 cerca de Magdeburgo en el MiG-19 pudo haberlo ayudado en ese momento.
RBTH
-
Cuando EEUU y la URSS acordaron una tregua en la Guerra Fría en caso de una invasión extraterrestre
Reagan and Gorbachev Agreed to Pause the Cold War in Case of an Alien Invasion
The 40th President of the United States was a big science-fiction fanDurante la Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética compitieron en todo, desde el espacio hasta los misiles y el boxeo. Lo compararíamos con un concurso de medición de quien la tiene mas grande, pero considerando que LBJ estuvo involucrado, probablemente no se limitó a una mera comparación.
Sin embargo, había un campo en el que los dos poderes no deseaban competir: la invasión alienígena. Si pequeños tipos grises bajaran de los cielos, Rocky e Iván Drago se habrían arrancado sus pantalones cortos partidistas, se hubieran unido de los brazos y hubieran empezado a arrojar trompadas al cielo.
En una entrevista de 2009, Mikhail Gorbachev reveló que durante la Cumbre de Paz de Ginebra de 1985, él y Ronald Reagan estaban dando un paseo por los jardines cuando Reagan tiró algo que claramente lo había estado preocupando
durante algún tiempo: "'¿Qué harías si Estados Unidos fuera
atacado repentinamente por alguien del espacio exterior? ¿Nos ayudarías?
Le dije: 'No hay duda de eso'. Él dijo: 'Nosotros también' ".Eso es, damas y caballeros. Si la cumbre de paz a la que asistían los dos no funcionaba, su siguiente mejor esperanza era un ataque alienígena a gran escala. Debemos señalar que este no fue un loco sueño febril de Reagan, solo un caso en el que llevó su pasatiempo demasiado lejos. Reagan era un gran fanático de la ciencia ficción, un amor que surgió de una infancia dedicada a leer libros como la serie John Carter.
Esto finalmente resultó en que no solo uniera un grupo de expertos en política espacial con astronautas, ingenieros y escritores de ciencia ficción como Robert Heinlein, sino también creara de un programa de defensa antimisiles que lleva el nombre del programa de ciencia ficción más popular del momento "Star Wars Program" -
@BND dijo en Historias curiosas de la guerra fría:
Cuando EEUU y la URSS acordaron una tregua en la Guerra Fría en caso de una invasión extraterrestre
Reagan and Gorbachev Agreed to Pause the Cold War in Case of an Alien Invasion
The 40th President of the United States was a big science-fiction fanDurante la Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética compitieron en todo, desde el espacio hasta los misiles y el boxeo. Lo compararíamos con un concurso de medición de quien la tiene mas grande, pero considerando que LBJ estuvo involucrado, probablemente no se limitó a una mera comparación.
Sin embargo, había un campo en el que los dos poderes no deseaban competir: la invasión alienígena. Si pequeños tipos grises bajaran de los cielos, Rocky e Iván Drago se habrían arrancado sus pantalones cortos partidistas, se hubieran unido de los brazos y hubieran empezado a arrojar trompadas al cielo.
En una entrevista de 2009, Mikhail Gorbachev reveló que durante la Cumbre de Paz de Ginebra de 1985, él y Ronald Reagan estaban dando un paseo por los jardines cuando Reagan tiró algo que claramente lo había estado preocupando
durante algún tiempo: "'¿Qué harías si Estados Unidos fuera
atacado repentinamente por alguien del espacio exterior? ¿Nos ayudarías?
Le dije: 'No hay duda de eso'. Él dijo: 'Nosotros también' ".Eso es, damas y caballeros. Si la cumbre de paz a la que asistían los dos no funcionaba, su siguiente mejor esperanza era un ataque alienígena a gran escala. Debemos señalar que este no fue un loco sueño febril de Reagan, solo un caso en el que llevó su pasatiempo demasiado lejos. Reagan era un gran fanático de la ciencia ficción, un amor que surgió de una infancia dedicada a leer libros como la serie John Carter.
Esto finalmente resultó en que no solo uniera un grupo de expertos en política espacial con astronautas, ingenieros y escritores de ciencia ficción como Robert Heinlein, sino también creara de un programa de defensa antimisiles que lleva el nombre del programa de ciencia ficción más popular del momento "Star Wars Program"Recuerdo que en la revista Muy Interesante a fines de los 80 y principio se los 90, había salido una nota sobre esto y también hablaban de naves en la plaza roja de Moscú..Yo era muy joven...
-
@BND dijo en Historias curiosas de la guerra fría:
Cuando EEUU y la URSS acordaron una tregua en la Guerra Fría en caso de una invasión extraterrestre
Reagan and Gorbachev Agreed to Pause the Cold War in Case of an Alien Invasion
The 40th President of the United States was a big science-fiction fanDurante la Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética compitieron en todo, desde el espacio hasta los misiles y el boxeo. Lo compararíamos con un concurso de medición de quien la tiene mas grande, pero considerando que LBJ estuvo involucrado, probablemente no se limitó a una mera comparación.
Sin embargo, había un campo en el que los dos poderes no deseaban competir: la invasión alienígena. Si pequeños tipos grises bajaran de los cielos, Rocky e Iván Drago se habrían arrancado sus pantalones cortos partidistas, se hubieran unido de los brazos y hubieran empezado a arrojar trompadas al cielo.
En una entrevista de 2009, Mikhail Gorbachev reveló que durante la Cumbre de Paz de Ginebra de 1985, él y Ronald Reagan estaban dando un paseo por los jardines cuando Reagan tiró algo que claramente lo había estado preocupando
durante algún tiempo: "'¿Qué harías si Estados Unidos fuera
atacado repentinamente por alguien del espacio exterior? ¿Nos ayudarías?
Le dije: 'No hay duda de eso'. Él dijo: 'Nosotros también' ".Eso es, damas y caballeros. Si la cumbre de paz a la que asistían los dos no funcionaba, su siguiente mejor esperanza era un ataque alienígena a gran escala. Debemos señalar que este no fue un loco sueño febril de Reagan, solo un caso en el que llevó su pasatiempo demasiado lejos. Reagan era un gran fanático de la ciencia ficción, un amor que surgió de una infancia dedicada a leer libros como la serie John Carter.
Esto finalmente resultó en que no solo uniera un grupo de expertos en política espacial con astronautas, ingenieros y escritores de ciencia ficción como Robert Heinlein, sino también creara de un programa de defensa antimisiles que lleva el nombre del programa de ciencia ficción más popular del momento "Star Wars Program"Por "Invasión Extraterrestre" leáse "invasión China a territorio de interés"... ninguno de los dos podía decirle "China" al otro e "invasión extraterrestre" es un lindo eufemismo...
Cómo cuándo el pentágono actualiza todos los años su protocolo de respuesta a un ataque de zombies.
-
Reliquias de la Guerra Fría en Rusia y otros países socialistas
Hace 75 años, Winston Churchill señaló a la URSS como las causa de las “dificultades” internacionales. Su discurso de Fulton se considera el inicio de la Guerra Fría, que estaría marcada por casi medio siglo de carrera armamentística y la amenaza permanente de una tercera guerra mundial. Algunas instalaciones de aquella época siguen en pie como “monumentos” de aquellos tiempos.
Estación de radar Duga
Esta estación soviética de radar de alerta temprana de misiles balísticos intercontinentales estaba cerca de Chernóbil. Podía rastrear lanzamientos a 4.000 km de distancia.
Debido a la característica señal de transmisión que emitía cuando estaba en funcionamiento (un sonido similar al batido de las hélices de un helicóptero) fue apodado el “Pájaro carpintero ruso”.
Bombarderos soviéticos M-4 en la base aérea de Engels, región de Saratov
Un monstruo de 80 toneladas, apodado Bisonte por los analistas de la OTAN, el M-4 fue el primer bombardero intercontinental del mundo construido para llevar bombas nucleares. Se adelantó unos meses al B-52 estadounidense.
Silo de misiles nucleares abandonado
Este tipo de silo contenía un misil balístico Dvina R-12 capaz de lanzar una cabeza nuclear de 2,3 megatones a una distancia de 2.000 km. La profundidad del silo es de 30 metros.Objeto 825 GTS
Antigua base secreta de submarinos
Búnker-42 en el distrito de Taganka, Moscú
El búnker, que fue construido especialmente como refugio para Stalin y los miembros del gobierno en caso de un ataque nuclear, está situado a 65 metros bajo tierra en el centro de Moscú.
Sistemas de defensa antimisiles S-25 y A-35
Antiguo sitio de pruebas nucleares de Semipalatinsk en Kazajistán
Almacén de ojivas nucleares soviéticas en la República Checa
RBTH
-
Hay varios usuarios de instagram para seguir que muestran el lado ruso actual con vestigios de la era sovietica:
lanasator
heyman_letsgo
like_a_free
chupchups_Antes habia uno, que ahora no anda, seguro dio de baja el perfil, llamado Ralph Mirebs.
Hasta tiene fotos de la Buran en Baikonur. -
En Ucrania hay aún otro portaaviones con algunos aparatos que está anclado y abandonado y tengo amigos que se han subido y tomado videos.
-
Cómo la URSS trató de atemorizar a EE UU con armas que no existían...y lo consiguió
La carrera armamentista entre las dos superpotencias en los años 60 hizo que ambos países utilizaran todos los medios a su disposición, que echaran manos de todas las tácticas para provocar miedo. Sin embargo, pocos sabían en ese momento que los soviéticos también eran expertos trileros.
Plaza Roja. 1965. Gigantescos cohetes con ojivas nucleares pasaban lentamente por delante de las tribunas llenas de espectadores, incluyendo embajadores extranjeros. Su tamaño por sí solo era suficiente para infundir miedo.
Un misil intercontinental ruso cruzando la Plaza Roja durante el desfile militar en Moscú para conmemorar el 20º aniversario del fin de la guerra en Europa.Los comentaristas de la radio soviética leyeron un discurso preparado: “El desfile de considerable poderío militar concluye con gigantescos misiles de defensa. Su mantenimiento es completamente automatizado. No hay límites a lo que estos misiles pueden hacer..."
Este fue sin duda otro triunfo de la tecnología militar soviética. Al menos así fue presentado. Enormes armas, misiles balísticos que podían llegar a cualquier lugar, una “disuasión nuclear desde el espacio”. Nada más llegar a la Plaza Roja pasó a los titulares internacionales. Nadie sabía que allí no había armas de verdad sino que eran falsificaciones.
Por qué necesitaron hacerlo
Vladímir Semichastni, que fuera director del KGB y uno de los organizadores de la destitución de Nikita Jrushchov, escribió sobre esta cuestión en sus memorias, publicadas tras la caída de la URSS. “Los misiles despertaron un gran interés en la década de 1960. Cada vez que se mencionaba uno, incluyendo su aspecto, la gente se pegaba a ellos, conteniendo la respiración”, escribió Semichastni en Servicios especiales de la URSS en una guerra secreta.
“De manera regular, alrededor de una, dos o tres veces al año, afirmábamos oficialmente que dominábamos alguna nueva tecnología de misiles. Después presentábamos los misiles en la Plaza Roja durante los desfiles. Solo un círculo muy pequeño de personas era consciente de que algunos de estos nuevos misiles eran falsos y que no tenían absolutamente ninguna capacidad de volar. Los modelos que estaban siendo arrastrados por los tractores no eran misiles sino réplicas”, confesó.
En cuanto a por qué era necesario el teatro, Semichastni explicó que los servicios especiales occidentales no podían juzgar fácilmente el potencial del ejército soviético en aquel entonces, porque era un secreto muy bien guardado. Las armas más poderosas estaban guardadas en hangares subterráneos y ningún satélite espía habría sido capaz de echar un vistazo. Nadie sabía qué había ni en cuanto volumen. La única manera de echar un vistazo eran los desfiles militares del 1º de mayo, el del Día de la Solidaridad de los Trabajadores el 7 de noviembre, el del Día de la Gran Revolución de Octubre, cuando en la Plaza Roja se mostraba lo mejor del complejo militar-industrial soviético.
Se tomó la decisión de engañar al enemigo sabiendo que no podían hacer nada para verificar lo que realmente estaba ocurriendo.
Campaña de desinformación masiva
Todo estaba escrito hasta el más mínimo detalle. La campaña la encabezada personalmente el Primer Secretario, Nikita Jrushchov. Hubo un ardiente discurso suyo en 1962 en el Kremlin donde anunció la existencia de los GR-1, los llamados “misiles globales”.
En realidad, el concepto de un misil global estaba inspirado en EE UU, cuya versión nunca se materializó, debido a la proximidad de los países de la OTAN a la URSS. Los misiles balísticos intercontinentales de menor alcance habrían funcionado bien. Los soviéticos, sin embargo, no tenían esa ventaja y decidieron ponerse a trabajar. La idea era poner en órbita una ojiva nuclear con la posibilidad de atacar un objetivo independientemente de su ubicación. La característica principal del misil sería la capacidad de alcanzar cualquier objetivo en la Tierra, sin importar la distancia a la que estuviera.
“Un misil global dejaba obsoleto cualquier otro elemento de disuasión. Los misiles globales no podían ser detectados a tiempo para tomar medidas preventivas”, dijo entonces Jrushchov sobre el GR-1, como si fuera un hecho. En realidad, estaba fanfarroneando, ya que en el momento del discurso, la oficina de construcción ni siquiera había preparado una propuesta de investigación. Especular sobre un misil que podría hacer tales cosas era, por decirlo suavemente, un poco apresurado.
Eso no impidió que el discurso tuviera el efecto buscado y la inteligencia extranjera comenzó a buscar información sobre el GR-1, dándole el nombre en código de “SS-X-10 Scrag”. Cuando el supuesto prototipo se presentó en la Plaza Roja en 1965, disiparon todas las dudas de los estadounidenses: los soviéticos lo habían conseguido.
Además, cualquier exageración de este tipo requería una representación en varios actos, como si fuera una obra de teatro. Después de un desfile, la réplica se llevaba a una de las estaciones de tren de Moscú con pleno conocimiento de que el personal de la embajada extranjera estaría observando. Esto significaba que tratarían de evaluar en qué dirección se dirigiría la nueva arma, es decir, qué parte del país debía “fortificar”. La estación de tren de Kievsky significaba que probablemente estaría vigilando las bases en el este.
“Escuchando las conversaciones telefónicas entre los militares y averiguando los viajes de trabajo planeados en busca del misil, pudimos determinar el éxito de nuestro plan. De esta manera, los agentes extranjeros nos hicieron saber lo que funcionaba y lo que no”, escribió Semichastni.
Proyectos que nunca se llevaron a cabo
El misil global es solo un ejemplo de las campañas de desorientación de los soviéticos. Se hizo algo similar con los misiles RT-15 y RT-20. El arma autopropulsada llevaba un misil de 18 metros que infundía miedo solo con mostrarlo. Sin embargo, falló durante las pruebas y nunca se incluyó en el arsenal.
Lo mismo puede decirse de la artillería pesada autopropulsada 2B1 Oka. El gigantesco mortero de orugas era capaz de lanzar un proyectil a casi 50 km de distancia. Pero el retroceso era tan fuerte que desactivó el motor y la transmisión. Las vías no podían soportar el peso y tenían que cambiarse por otras nuevas cada 20 km. Debido a estas deficiencias, era casi imposible operar con el mortero nuclear. En mayo de 1961 se mostraron seis sistemas en la Plaza Roja, que fueron desmontados en silencio en julio del mismo año.
Durante el desfile de 1954 se presentó al mundo el bombardero M-4, supuestamente capaz de llevar una carga nuclear y poseer un chasis que le permitía despegar del hielo en el distrito de Chukotka, justo al lado de EE UU. Sin embargo, había muchos inconvenientes y el avión fue reutilizado como reabastecedor de combustible.
En cuanto al GR-1, hubo un retraso en la producción de los motores y una serie de fallos que hicieron que nunca llegara a materializarse. En cualquier caso, no era necesario ya que el farol había funcionado, y Washington aceptó firmar el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. El del GR-1 había cumplido con su trabajo y conseguido su objetivo.
RBTH
-
Cuando Brézhnev acusó a EE UU de intentar dominar Latinoamérica apoyando a Inglaterra en Malvinas
En mayo de 1982, ante el líder nicaragüense Daniel Ortega, el presidente del Kremlin, Leonid Brézhnev, culpó a Gran Bretaña por el inicio de las hostilidades con Argentina, calificando la guerra por las Islas Malvinas como un retroceso al “bandolerismo colonial”.
Según publicó entonces el Washington Post, Daniel Ortega, líder del gobierno revolucionario de Nicaragua, recibió el tratamiento de alfombra roja reservado a los líderes de países “hermanos” cuando llegó a la URSS para una visita oficial.
El discurso de Brézhnev, pronunciado en una recepción ante el líder nicaragüense Daniel Ortega, fue la primera declaración directa sobre las Malvinas del líder del Kremlin.
“El pueblo quiere ser dueño de su tierra, de su hogar, ya sea en Centroamérica o en el sur del Atlántico”, dijo Brézhnev en la cena de Estado celebrada en el Kremlin.
Izado del pabellón nacional en la casa del gobernador“Y si también en el hemisferio occidental surgen complicaciones peligrosas y situaciones de conflicto, es precisamente porque hay fuerzas que intentan conservar o restaurar sus posiciones de dominio e imponer la opresión extranjera a los pueblos.”
Inicialmente, Brézhnev no mencionó específicamente a Gran Bretaña y Argentina, posiblemente porque le resultaba incómodo defender las políticas de la junta militar, acérrima anticomunista, de Buenos Aires.
Pero la referencia del líder soviético a Gran Bretaña fue inequívoca cuando condenó, como reflejó el New York Times a las potencias que “no se limitan a las amenazas y la presión, el chantaje y el bloqueo o el uso de las armas, y recurren a acciones que se remontan a la época del bandolerismo colonial”.
Un amigo de Argentina
Cabe recordar que, como recoge el diario argentino ‘Clarín’, el gobierno de Argentina envió en noviembre del mismo año de la guerra de las Malvinas a su ministro de Defensa a encabezar una delegación al funeral de Leonid Brézhnev. Por otro lado, declaró un día de duelo en por el entierro del líder soviético. La bandera argentina estuvo a media asta por tres días, en una muy especial expresión de simpatía
RBTH