A 500 años de la caída de Tenochtitlan y el Imperio Azteca
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Los ecos de la caída de Tenochtitlan 500 años después
Una selección de las mejores piezas del EL PAÍS sobre la conmemoración de la caída del imperio mexica
Medio milenio atrás, el 13 de agosto de 1521, cayó uno de los imperios más importantes del continente americano: el mexica, también conocido como azteca, liderado por el emperador Moctezuma. De la caída se han escrito cientos de libros, pero aún hay mucho que se ignora. ¿Fue el ganador de ese día Hernán Cortés? En realidad, los castellanos solo representaban un porcentaje enano del ejército vencedor, y los verdaderos ganadores fueron las tropas de grupos indígenas aliadas de Cortés, como los tlaxcaltecas o texcocanos. ¿Cómo llamar lo que ocurrió entonces hace 500 años si no fue la victoria de la Corona española?
El presidente Andrés Manuel López Obrador conmemorará la fecha este viernes como una historia de resistencia indígena. Para profundizar en lo que ocurrió hace 500 años, y lo que representa para el México de hoy, EL PAÍS ofrece algunas de las mejores entrevistas, columnas y crónicas sobre el tema.
La revisión de la caída
Historiadores como Federico Navarrete, Enrique Krauze, Guadalupe Jiménez Codinach, Martín Ríos Saloma y Tomás Pérez Vejo hablan sobre cómo recordar aquello que se transformó en 1521, y cómo derrumbar mitos que se formaron después de la caída de Tenochtitlan. “El Moctezuma de Cortés es un Moctezuma que solo sirve a los intereses de Cortés, es más como un personaje literario”, dice Navarrete.
Las sombras de la ciudad antigua
El Gobierno de la Ciudad de México aprovechó la conmemoración para cambiar nombres de calles y objetos: un árbol que hacía referencia a ‘la noche triste’ de Cortés, por una derrota, ahora se llama ‘victoriosa’. “El cambio de nombre de calles y demás forman parte de una visión un poquito chabacana de la historia”, dice en entrevista el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, uno de los responsables de las ruinas del Templo Mayor mexica en el centro histórico de la ciudad.
Las lenguas del mañana
La lingüista Concepción Company reflexiona sobre la lengua mexicana, un español transformado por lenguas indígenas mesoamericanas pero en constante tensión con sus orígenes. El escritor Emiliano Monge se pregunta qué retos traería traducir al famoso cronista conquistador Bernal Díaz del Castillo al idioma actual en México. “Entre el español de Bernal Díaz del Castillo y el del editor, no solo había pasado el tiempo: había pasado América”, dice Monge.
Tenochtitlan y el arte
El penacho de la Coyolxauqhui o el Lienzo de Tlaxcala cuentan otra historia del imperio mexica, una más compleja que la relatada por Hernán Cortés. El arte del siglo XX, el cine, cuenta una más distópica: el director Rodrigo Reyes imaginó cómo sería tener a un aliado de Cortés caminando por el México de hoy.
https://elpais.com/mexico/2021-08-13/los-ecos-de-la-caida-de-tenochtitlan-500-anos-despues.html
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Seguramente que 450 españoles no hubieran podido tomar el imperio mexica. Se hizo porque los españoles contaron con el apoyo principalmente de los totonaques y los tlascaltecas primeramente, pero, una vez que comenzó el sitio de Tenochtitlan fueron sumando a los que los mexicas tenían sometidos alrededor de toda la laguna. En el asalto final se calcula que había 150.000 aliados de los españoles y Cortés contaba con 900 hombres.
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y la viruela que fue la que diezmo reinos enteros...
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Así es, quien sucedió a Moctezuma, Cuitlahuac, murió de viruela al poco tiempo.
La viruela fue contagiada por un esclavo negro que llevó Pánfilo de Narvaéz, quien tenía la misión de apresar o matar Cortés, por mandato de Velázquez gobernador de Cuba.
Cortés, con 266 soldados lo derrotó, Narváez tenia 1200. -
Cortéz tuvo 250 mil Tlaxcaltecas.
Lean a Miguel León Portilla y la otra conquista la versión real-
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Los españoles liberaron a otros pueblos sometidos por los Aztecas, sin la ayuda de esto pueblos que eran masacrado por los aztecas, Cortes no hubiese podido triunfar. El holocausto Azteca: las excavaciones arqueológicas que desde 2015 se hacen junto a la catedral metropolitana de México se ha encontrado una torre de cráneos que responde punto por punto a la descripción de los cronistas españoles. La exactitud es asombrosa. Talmente se dibuja con palabras lo que los arqueólogos han encontrado ahora: «Un osario de cabezas de hombres presos en guerra y sacrificados a cuchillo, el cual era a manera de teatro más largo que ancho, de cal y canto con sus gradas, en que estaban ingeridas entre piedra y piedra calaveras con los dientes hacia afuera». Cortés no mentía. Con el agravante de que no son sólo guerreros sacrificados, como dijeron los aztecas, sino también mujeres y niños.
https://www.elmundo.es/cultura/2017/07/10/59629aefe5fdea89338b45ff.html -
Y eramos el Coco.
Primero ese muro no existe lo que si hay son catacumbas de 1 kilometro de craneos de indígenas masacrados por los españoles.
Crónicas de los vencidos te demostrará el horror narrado hasta por monjes franciscanos.
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El canibalismo imperial de los Aztecas, una verdad incómoda para los críticos de la Conquista
Hallazgos arqueológicos de los últimos años demuestran que los relatos de los conquistadores sobre la antropofagia de la civilización que dominó el centro de México del siglo XIV al XVI no eran mera propaganda de guerra.
La otra cara de la leyenda negra sobre la colonización de América por los españoles es la idealización del mundo precolombino, pintado como un Edén en el que los indígenas vivían en armonía entre sí y con la naturaleza. La grandeza de la cultura azteca, plasmada en sus monumentales construcciones, o el “socialismo” inca eran elementos de un relato que encubría un dominio implacable de esos imperios sobre otras etnias a las que sojuzgaban, explotaban, saqueaban y, en ciertos casos, devoraban. Literalmente.
“Oí decir que le solían guisar (a Moctezuma) carnes de muchachos de poca edad... (...) mas sé que ciertamente desde que nuestro capitán [Hernán Cortés] le reprendió el sacrificio y comer de carne humana, que desde entonces mandó que no le guisasen tal manjar”. Quien esto escribe es Bernal Díaz del Castillo, conquistador español, que en 1519 a las órdenes de Hernán Cortés participó de la expedición que puso fin al Imperio azteca.
Otros testimonios daban cuenta de la existencia de muros construidos con cráneos en Tenochtitlán. “Fuera del templo, y enfrente de la puerta principal, aunque a más de un tiro de piedra, estaba un osario de cabezas de hombres presos en guerra y sacrificados a cuchillo, el cual era a manera de teatro más largo que ancho, de cal y canto con sus gradas, en que estaban ingeridas entre piedra y piedra calaveras con los dientes hacia fuera”. Ese relato del cronista Francisco López de Gómara, en Historia de las conquistas de Hernán Cortés, recogía el testimonio de Andrés de Tapia y Gonzalo de Umbría, dos hombres de Cortés, sobre la existencia de ese osario.
Muros aztecas de cráneos humanosRelatos como éste fueron relativizados o descalificados por sospecha de subjetividad y falta de pruebas materiales, hasta que la evidencia arqueológica los confirmó: en 2017, y tras dos años de excavaciones, arqueólogos mexicanos dieron con parte de esos muros construidos con cráneos humanos, en el lugar donde estaba ubicado el Templo Mayor de Tenochtitlán, en pleno centro de la actual capital mexicana. La sorpresa adicional fue que, entre estos ladrillos humanos, había varios pertenecientes a mujeres y a niños.
Hasta entonces, se decía que los sacrificios humanos de los aztecas eran esporádicos, que el canibalismo lo era aún más y que aquella pared de restos humanos, si existió, estaba compuesta sólo por cabezas de guerreros capturados en batalla y que el objetivo de su exposición en un muro era el amedrentamiento.
En los últimos años se ha profundizado la idealización y el panegírico de las culturas “originarias” y en ese contexto se ha caído en condenas extemporáneas a la crueldad de los españoles, reduciendo toda la empresa de colonización a un genocidio y obviando la cultura y las instituciones exportadas a América y, más importante aun, el proceso de mestizaje impulsado desde el primer momento por la Los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, y continuado por su nieto, Carlos I de España. Un mestizaje que dio origen a las actuales nacionalidades hispanoamericanas. Un rasgo casi privativo de la dominación española: si miramos a las colonias poseídas por otros países europeos, veremos que allí el mestizaje fue casi inexistente, porque el personal de la metrópoli vivía aislado de la población local, cuando no se dedicaba a capturar a los nativos para traficarlos como esclavos.
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Bernal Díaz del Castillo, cuenta que después de sacrificar chicos, muchachos, les cortaban los miembros y se los comían. El resto se lo tiraban a las alimañas.
Los sacrificaban vivos, con pedernal los abrían por los pechos para sacarles el corazón mientras latía. La manera de hacerlo era provocarle a la víctima una herida importante pero no mortal para que no pudieran defenderse, luego lo colocaban boca arriba sobre una roca y los abrían para sacarles el corazón que ofrecían a sus ídolos, principalmente su Huchilogos y Tezcatepuca (no sé si está bien escrito)No solo los aztecas hacían esto, todos los pueblos que nombra Bernal Díaz del Castillo.
Cuando en las guerras tomaban prisioneros, no los mataban en el momento, los encerraban y alimentaban y los iban sacrificando de a poco y comían sus miembros como digo mas arriba.