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      Darwin last edited by

      Avanza la construcción del reactor nuclear multipropósito RA-10

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      El reactor multipropósito RA-10 tiene un 97% de su obra civil terminada. Se espera que el año próximo empiecen las primeras pruebas para su puesta en marcha en el año 2024 y el comienzo de su producción al año siguiente.

      Reemplazará al RA3, de 1967, y podrá generar el 20% de todo el molibdeno 99 que se usa en el mundo para diagnóstico en medicina nuclear.

      En el año 2010, se inició el diseño del Reactor Nuclear Argentino Multipropósito RA-10 y se esperaba que iniciara operación en 2020. Sin embargo, recién en 2017 se hizo la primera colada de hormigón. Los retrasos presupuestarios y una suspensión de la obra en el año 2019 –se reiniciaría un año después– alteraron los planes de un proyecto que, hasta ahora, se estima que requirió un millón de horas/hombre de ingeniería.

      El RA-10 está localizado en el Centro Atómico Ezeiza (Provincia de Buenos Aires) y es un reactor de 30 MW de potencia, de pileta abierta, que usa un combustible de uranio enriquecido al 19,7%, que se produce en el país. Su construcción tiene un aporte de más del 80% de empresas e instituciones locales en tecnología y servicios asociados, y su puesta en funcionamiento permitirá reemplazar al RA3, un reactor de 10 MW en operación desde 1967.

      Consultado por el avance de la construcción y las demoras que sufrió, Herman Blaumann, gerente de Proyecto RA-10, le dijo a TSS: “La realidad es que hay muy pocos reactores de este tipo en el mundo, son tres o cuatro en construcción y no se resuelve en menos de 10 años. Por más que haya contratos más cortos, la realidad es que los tiempos son largos en todo el mundo. Y en el medio nos quedamos sin financiamiento y tuvimos una pandemia, que son problemas ajenos a lo que uno planifica en el cronograma del proyecto”.

      Junto con el reactor OPAL de Australia, también diseñado por la empresa estatal rionegrina INVAP y que comenzó a operar en 2007, son los únicos reactores experimentales con este tipo de capacidades en el hemisferio sur. Hasta el momento, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) ha invertido 289 millones de dólares en su construcción y se espera que solo en la producción de molibdeno 99 pueda generar 90 millones de dólares al año, lo que implicará el 20% de la producción mundial de este material, el más usado para diagnóstico en medicina nuclear.

      Además, el RA-10 podrá hacer otras cosas: tendrá capacidad de producción de silicio dopado –un insumo de gran crecimiento en la industria electrónica por ser un conductor de alta potencia relacionado con la electrificación del transporte–, permitirá hacer investigación en áreas como la de combustibles nucleares y contará con un laboratorio de experimentación neutrónica.

      “El RA-10, a diferencia del OPAL, tiene 30 MW de potencia, un 50% más. También tiene posiciones de radiación internas al núcleo para hacer ensayos de materiales y un dispositivo para irradiar combustibles en condiciones de presión y temperatura de las centrales de potencia. Junto con el reactor OPAL de Australia serán las únicas instalaciones del hemisferio sur adonde se puedan hacer ensayos específicos con haces neutrónicos. Además, en el hemisferio norte muchos reactores de potencia están terminando su licencia de operación por, lo que el RA10 atraerá a investigadores de todo el mundo para hacer sus ensayos aquí.

      Como parte del complejo que rodea al RA-10 estarán ubicadas las instalaciones de la Planta de Producción de Radioisótopos por Fisión, el Laboratorio Argentino de Haces de Neutrones, la Planta Industrial de Elementos Combustibles para Reactores de Investigación y el Laboratorio de Ensayos de Materiales Irradiados. “En un reactor experimental hay muchas finalidades, otras razones de existencia pero cada una de esas hay que trabajarla. Tienen que estar las instalaciones, los grupos, los equipos, y todo eso listo junto con la operación del RA-10. En algunos casos no estarán al mismo tiempo pero eso no afectará la puesta en marcha del reactor, que será en el año 2024”, afirmó Blaumann.

      “El proyecto de Ley de Presupuesto para el año que viene nos permite avanzar y está el compromiso de las autoridades de acompañar los gastos adicionales que podrían surgir. Estamos en una condición óptima para poder terminar el proyecto”, agregó el gerente del proyecto.

      “Para la producción de molibdeno y otros radioisótopos obviamente lo más eficiente va a ser usar el RA-10. Quizás el RA-3 siga con otras aplicaciones que no requieran una producción continua, como los fines académicos que requiera el Instituto Dan Beninson (UNSAM-CNEA) o para líneas de investigación”. El molibdeno 99 decae a Tecnecio 99m, el material que se usa en el 80% de los diagnósticos por imágenes de medicina nuclear.

      “Poder concretar este proyecto es algo que nos enorgullece, ya que consolida a la Argentina como referente en el diseño y construcción de este tipo de reactores”, concluyó Blaumann.

      Fuente: TSS

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        A Former User last edited by

        De lo que no tengo noticias es del contrato Pallas, se había frenado por la pandemia pero no tengo idea del estado actual de la obra, aguien tiene algún dato confiable?

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        • D
          Darwin last edited by

          Podría quedar fuera de servicio hasta 2024

          La central nuclear Atucha II tuvo una falla más grave de lo previsto y aún no se sabe cuándo volverá a operar
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          Uno de los cuatro soportes internos del reactor se desprendió y quedó en el fondo. Nucleoeléctrica evalúa cortar la pieza para retirarla y seguir operando con los tres soportes restantes. La alternativa es abrir el reactor y reparar el soporte, pero implicaría dejar a la central fuera de servicio hasta entrado el 2024.

          La central nuclear Atucha II continuará fuera de servicio hasta que se defina cómo proceder con las tareas de reparación en el reactor. Una de las alternativas de intervención implicaría que la central quede fuera de operación hasta 2024.

          Atucha II dejó de operar en octubre debido a un problema detectado inicialmente en la turbina Siemens de la central. Este medio había dado cuenta de que la detención sería aprovechada para resolver “otros problemas”, de acuerdo con una de las fuentes consultadas en su momento.

          Efectivamente, Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) comunicó luego que encontrado un “desperfecto mecánico” durante la realización de inspecciones en el reactor. “Personal de Nucleoeléctrica Argentina detectó que un componente interno del reactor se había desprendido y desplazado de su lugar de diseño, situación que requerirá una intervención directa para su reparación”, explicó la compañía operadora de las centrales nucleares. Luego añadió que la falla “no implica riesgos para la seguridad de las personas o el ambiente”.

          El cuadro de situación es complejo. NA-SA tiene en sus planes el proyecto de extensión de vida de la central Atucha I, con fecha de inicio de las obras en 2024. Pero con la salida de servicio de Atucha II podría ocurrir que dos de las tres centrales nucleares queden detenidas hasta entrado el 2024, con la consecuente pérdida de ingresos para la compañía.

          Problema de soportes
          EconoJournal pudo reconstruir de distintas fuentes que la pieza en cuestión es uno de los cuatro soportes internos del reactor.

          “Se detectó una pieza, un soporte, que se salió de su posición original y quedó suelta. Está en el fondo del reactor. Son cuatro piezas similares, las otras tres están en posición”, explicó una de las fuentes.

          Pero por el tamaño y la ubicación de la pieza las tareas de reparación son difíciles. “La pieza es un disco de 130 mm de diámetro y 90 mm de altura. Pero el problema es que el orificio más grande para extraer esa pieza es de 90 mm. Las soluciones planteadas son realizar un corte para poder extraer la pieza o soldarla. Es muy difícil porque tenés una columna de agua de varios metros, presión hidrostática, etc.”, ahondó la fuente sobre el problema.

          Otra de las fuentes consultadas profundizó en el dilema. “Hay dos opciones: utilizar un brazo mecánico para retirar la pieza y seguir operando con tres soportes, o abrir el reactor para reparar el cuarto soporte”, explicó la fuente. La segunda opción implicaría que la central quedará fuera de servicio por al menos un año, debido a que se deberían retirar los elementos combustibles y volver a colocarlos, dos tareas que consumen mucho tiempo.

          En cualquier caso, la última palabra la tendrá la Autoridad Regulatoria Nuclear, que deberá evaluar la documentación técnica que Nucleoeléctrica provea para respaldar la primera opción.

          Nucleoeléctrica había completado en julio una parada programada de cuatro meses en la central nuclear. Sin embargo, todas las fuentes consultadas coincidieron en que el problema actual tiene origen en la etapa de montaje del reactor (econojournal.com.ar).

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          • Hank.R
            Hank.R last edited by

            Lo que faltaba...

            1 Reply Last reply Reply Quote 0
            • Infernal
              Infernal last edited by

              La verdad q c*gada. Poca agua, sin 2 centrales nucleares... Un 2023 con cortes programados?

              1 Reply Last reply Reply Quote 0
              • D
                Darwin last edited by

                Avanza la obra para que Argentina cuente con la técnica más avanzada de radioterapia contra el cáncer

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                El Centro Argentino de Protonterapia (CeArP) está ubicado en la Ciudad de Buenos Aires. Será el primero en su tipo de América Latina. En julio empieza la instalación del equipo que generará los haces de protones para el tratamiento, que está indicado para tumores de difícil acceso y pacientes pediátricos.

                La radioterapia es una de las principales herramientas contra el cáncer. Destruye células malignas, aunque a su paso la energía de la radiación ionizante también afecta a las células sanas. Pero existe una forma más avanzada de radioterapia que minimiza el daño y que muy pronto estará disponible en la Argentina: la protonterapia. La diferencia con la convencional es que los haces de protones pueden dirigirse con precisión milimétrica y recién liberan su energía máxima en el tumor. Después se frenan. Los efectos secundarios sobre los tejidos sanos se reducen y por eso esta técnica está indicada para tratar tumores sólidos de difícil acceso o cáncer pediátrico.

                El Centro Argentino de Protonterapia (CeArP) será el primero al sur de los Estados Unidos. Lo están construyendo en avenida Nazca y San Martín, frente al Instituto de Oncología Ángel H. Roffo y junto a la Fundación Centro de Diagnóstico Nuclear. Se trata de un proyecto conjunto entre la Comisión Nacional de Energía Atómica, la Universidad de Buenos Aires y la empresa estatal INVAP, con la colaboración del Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan.

                El corazón del futuro centro es un ciclotrón modelo C230, del sistema Proteus Plus®, que pesa 230 toneladas. Se trata de un acelerador circular de partículas que produce haces de protones. Esos haces serán conducidos con precisión milimétrica hasta los pacientes a través de dos gantries o portales, que a su vez pesan 110 toneladas cada uno y que se ubicarán en dos salas de tratamiento. También habrá un sector dedicado a investigación y desarrollo, el LAIDEP (Laboratorio de Investigación y Desarrollo en Protonterapia).

                Estos equipos fueron adquiridos a la empresa belga IBA (Ion Beam Applications). De acuerdo a INVAP, comenzarán a instalarlos en julio de este año y la tarea requerirá alrededor de 22 meses. Ya se construyó la cámara donde los ubicarán, que tiene paredes de hormigón de hasta 4,5 metros de ancho. El avance de obra de esta parte del edificio es del 77%.

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                El centro va a contar también con un sector en el que se va a realizar radioterapia con rayos X de altas energías o fotones y que ya tiene un avance de obra del 95%. Para este servicio se adquirió y se está instalando un acelerador lineal Versa HD, que trabaja a velocidades superiores a los equipos convencionales, lo que permite brindar atención a un mayor número de pacientes. También se compró un acelerador lineal para radiocirugía CyberKnife®, que tiene un brazo robótico que se mueve en todas las direcciones e irradia mientras visualiza el tumor a través de imágenes radiográficas en tiempo real.

                Además, ya están siendo instalados dos equipos de imágenes, fundamentales para planificar el tratamiento y seguir su evolución: un resonador magnético y un tomógrafo de energía dual.

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                En qué consiste la protonterapia

                La protonterapia es un tipo de radioterapia con haces externos de radiación. En la convencional, con fotones, la energía de la radiación ionizante no se frena y va afectando las células del tejido que recorre. “Con la radioterapia de protones, que son partículas subatómicas de carga positiva, se apunta desde diferentes direcciones al blanco tumoral. La curva de energía es invertida, porque al principio es menor y se deposita menos en las estructuras sanas. Después la dosis entregada va en aumento y se produce lo que se conoce como pico de Bragg, al cabo del cual los protones se frenan por completo. Como se puede regular la profundidad donde se alcanza ese pico, se aplica un depósito de energía más alto y mucho más localizado en el tumor a tratar”, explica el físico Gustavo Santa Cruz, gerente del área de Medicina Nuclear y Radioterapia de la CNEA y director técnico y científico del proyecto del CeArP.

                “El protón tiene casi 2000 veces más masa que el electrón y rompe estructuras moleculares, como el ADN. Por eso es muy eficiente para destruir las células tumorales”, agrega Santa Cruz.

                El ciclotrón puede producir un haz de protones de 230 mega-electrón voltios (MeV) que penetra 32 centímetros en agua. Pero también se lo puede regular, por ejemplo, para que el haz tenga una energía de 70 MeV y se adentre exactamente cuatro centímetros. De esta forma, es posible enviar distintos haces para irradiar el tumor en diferentes puntos, para que reciba la dosis prescrita por el médico con una precisión milimétrica.

                Por estas características, la radioterapia con protones tiene menos toxicidad y menos efectos adversos, mejorando así la calidad de vida del paciente. Está indicada para el tratamiento del cáncer pediátrico, tumores del sistema nervioso central, tumores avanzados ubicados en la cabeza o el cuello cuando no son operables o tumores en zonas complicadas como la base del cráneo, entre otros.

                Cómo funciona el ciclotrón

                El ciclotrón produce el haz de protones a partir de hidrógeno de máxima pureza. Este gas está conformado por núcleos de protones unidos a electrones. Al someter al átomo de hidrógeno a una fuente de ionización, pierde el electrón y queda el protón, que es acelerado en el ciclotrón con un campo eléctrico alterno hasta llegar a dos tercios de la velocidad de la luz.

                Después los protones llegan a un degradador, para reducir la energía hasta el valor requerido. Finalmente, se usan un colimador, rendijas y electroimanes para obtener un haz de protones con la energía apropiada. La tasa de dosis en el tumor es de 2 Gy (Grays) por minuto, entregándose fracciones desde 2 Gy hasta 8 Gy según el protocolo, además del tiempo de preparación del paciente para el tratamiento, que suele ser de alrededor de media hora.

                El paciente está en una silla robótica que lo mueve para ubicarlo en la posición necesaria. Con los días, a medida que avanza el tratamiento el volumen del tumor se va reduciendo, por lo que cambia el blanco que hay que irradiar y es necesario ajustar la dosimetría.

                Gustavo Santa Cruz compara: “Hacer un centro de protonterapia es tan complejo como construir un reactor nuclear. Son instalaciones consideradas Clase 1”. La otra pata de este proyecto es formar un equipo de 12 a 15 personas que serán enviadas a formarse en países como España, Italia y los Estados Unidos, donde existen centros de protonterapia de características similares. En total hay 111 de estos centros en todo el mundo, pero el de Argentina será el primero de Latinoamérica.

                Se estima que 120 pacientes por millón de habitantes por año se podrían beneficiar con la protonterapia. Sólo en la Argentina, el número potencial de pacientes candidatos a este tratamiento asciende a 5.200 por año. Cada sala puede tratar como máximo a 300 pacientes por año, así que serían necesarias más de dieciséis para atenderlos a todos. Solamente en Brasil hay 25.000 pacientes por año que se beneficiarían de la protonterapia y a nivel de toda Sudamérica más de 50.000.

                https://www.argentina.gob.ar/noticias/avanza-la-obra-para-que-argentina-cuente-con-la-tecnica-mas-avanzada-de-radioterapia-contra

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                • D
                  Darwin last edited by

                  Misión oficial de la CNEA y el MinCyT para avanzar en diferentes proyectos con Corea, India y Francia

                  La presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) Adriana Serquis y el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación Daniel Filmus se reunirán en los tres países con autoridades de diferentes organismos vinculados al uso pacífico de la energía nuclear. El objetivo del viaje es estrechar lazos de colaboración y establecer alianzas estratégicas.

                  https://www.argentina.gob.ar/noticias/mision-oficial-de-la-cnea-y-el-mincyt-para-avanzar-en-diferentes-proyectos-con-corea-india

                  Me suena interesante que en Corea están desarrollando también un reactor modular pequeño (SMR). En Corea es el SMART, que es la contraparte de nuestro CAREM. Pero los coreanos están menos avanzado en el diseño. Aparentemente va a haber un intercambio técnico entre el organismo nuclear coreano (KAERI) y la CNEA

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                  • D
                    Darwin last edited by

                    Desarrollos de reactores tipo SMR en el mundo

                    alt text

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                    • P
                      Pepinillo last edited by

                      El RA-1 cumplió 65 años y sigue siendo un reactor nuclear de referencia para la formación de operadores en la región
                      La presidenta de la CNEA Adriana Serquis y el vicepresidente Diego Hurtado encabezaron la celebración del 65° aniversario de la inauguración del RA-1, junto al plantel actual de operadores y la presencia especial quienes lo gestionaron a lo largo del tiempo.

                      En el año del 65° aniversario del RA-1, el primer reactor nuclear de América Latina tuvo su homenaje este viernes en el Centro Atómico Constituyentes. Pioneros que participaron en su construcción, familiares de los que ya no están, los responsables de operarlo en la actualidad y las nuevas generaciones que lo harán en el futuro se reunieron en el auditorio Emma Pérez Ferreira para compartir sus historias y analizar el legado que dejó el desarrollo del reactor con técnicos, científicos y tecnología nacionales. El acto, organizado por el Departamento de Reactores, estuvo encabezado por la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Adriana Serquis, y su vicepresidente, Diego Hurtado.

                      El RA-1 logró su primera reacción nuclear controlada el 17 de enero de 1958 y su inauguración oficial fue tres días después. Su construcción había llevado apenas 9 meses y comenzó a partir de la decisión del entonces titular de la CNEA, Oscar Quihillalt, de hacerlo con personal y tecnología propios en vez de comprar un reactor “llave en mano” en los Estados Unidos. Una decisión que abrió las puertas al desarrollo de la tecnología nuclear en la Argentina.

                      “La CNEA venía enviando gente a talleres para que se capacitaran, pero todos estaban cansados de hacer trabajos teóricos y querían pasar a la práctica y para eso hacía falta un reactor”, recordó Hugo Scolari, jefe del RA-1 y testigo de aquellos días. Y coincidió en que la historia hubiera sido muy diferente si se hubiera cumplido el plan inicial de comprarle uno a General Electric.

                      “El RA-1 es un hito muy importante para la CNEA y para toda la tradición del sistema nuclear argentino, porque marcó la forma en la cual se fue realizando el desarrollo científico-tecnológico del área nuclear –subrayó Serquis-. Antes de comprar algo llave en mano, preferir lo que hacemos con capacidades propias y seguir aprendiendo. Ahora, por ejemplo, la idea de exportar nuestras capacidades de gestión respecto a la Revisión Integral de Seguridad (RIS) de reactores nucleares tiene un valor desde el punto de visa emotivo y de soberanía, pero también monetario”.

                      El RA-1 hasta el día de hoy funciona para investigación, pero sobre todo como un reactor escuela. “Para nosotros es un orgullo, porque allí se han formado y se seguirán formando los operadores de todos los otros reactores”, destacó Claudia Barberis, la gerenta de Reactores y Centrales Nucleares de CNEA, que participó en uno de los paneles del homenaje junto a Fabián Moreira, jefe del Departamento de Reactores, y Elvio Antonaccio, el gerente de coordinación de proyectos entre CNEA y Nucleoeléctrica Argentina. Este último subrayó: “El RA-1 fue la piedra fundamental. Nos puso en la vanguardia de la industria nuclear a nivel mundial”.

                      “El paradigma de la política nuclear argentina en materia de reactores y generación nucleoeléctrica se fijó con el RA-1. En ese momento también se decidió hacer el desarrollo de los combustibles para no tener que comprarlos afuera y así asegurar el suministro”, explicó el doctor en Química Carlos Araóz, que ingresó a CNEA en 1956 y un año después era parte del grupo comandado por Jorge Sabato que elaboró los combustibles para el primer reactor. “Nos encargamos de los que se usaron al principio y también hicimos los que se instalaron cuando le aumentaron la potencia al RA-1. Y esos combustibles siguen hasta hoy”, contó.

                      “Cuando el reactor alcanzó criticidad por primera vez sentimos una gran alegría por haber logrado ejecutar un proyecto que era nacional en su mayor porcentaje”, recordó Aráoz, que sigue asesorando a CNEA en temas de combustibles hasta el día de hoy.

                      También participaron en el encuentro los hermanos Mariana y Conrado Geiger, hijos de los ingenieros Velia Hoffman y Miguel Alberto Geiger. “Mis padres se casaron y, pocos días después, se pusieron a trabajar en la construcción del RA-1, que a los 9 meses ya estaba terminado. Para nosotros es como nuestro hermano mayor”, comparó Conrado. “Hoy, 17 de marzo, nuestro padre cumpliría 90 años. Para nosotros es muy especial participar en este homenaje”, dijo Mariana. Y contó que su mamá le decía que cuando se hizo el RA-1 jamás se sintió discriminada por ser mujer, porque todos conformaban parte de un equipo técnico en el que importaban los conocimientos y las capacidades.

                      Adrián Daoud, que actualmente es responsable académico del instituto Dan Beninson, trajo el recuerdo de “La Tota”, una computadora de 16 k de RAM que hacía los cálculos del reactor en 10 minutos. “Todos temían que iban a perder sus trabajos por su culpa y me preguntaban si se podían alterar los resultados que entregaba”, relató.

                      Tanto el jefe del Departamento de Reactores, Fabián Moreira, como los operadores actuales definieron al RA-1 como su casa. Agustina González, que lleva tres años y medio en CNEA, aseguró: “Todo el mundo está dispuesto a enseñarte y está abierto a preguntas. Eso te genera ganas de seguir aprendiendo y mejorando. Destaco el sentimiento de pertenencia y cómo te integran”. “Todos nuestros estudiantes pasan por el RA-1”, sumó la secretaria académica del Instituto Dan Beninson, Ana María Lerner.

                      El cierre del homenaje estuvo a cargo de Diego Hurtado, quien habló de la importancia de que la CNEA recupere su centralidad. “El RA-1 fue un producto de esa centralidad”, aseguró. También sostuvo que los beneficios derivados de su construcción llegan hasta el día de hoy, en que la Argentina está completando la obra del reactor multipropósito RA-10, en el Centro Atómico Ezeiza.

                      NOTA: https://www.argentina.gob.ar/noticias/el-ra-1-cumplio-65-anos-y-sigue-siendo-un-reactor-nuclear-de-referencia-para-la-formacion

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