LAS GUERRAS QUE NO VEMOS
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“Ha llegado la hora de poner fin a las guerras perpetuas”, prometió Joe Biden el año pasado. Tiene razón. Pero su definición de guerra es demasiado corta.
Durante décadas, Estados Unidos ha complementado sus ataques con misiles y sus redadas de Operaciones Especiales con un instrumento menos visible de coerción y muerte.
Estados Unidos bloquea a sus adversarios más débiles, les obstruye el comercio con el mundo exterior.
Es el equivalente moderno a un sitio o asedio: rodear una ciudad e intentar que padezca hambre hasta claudicar.
Los expertos llaman a esta arma “sanciones secundarias”. El término más preciso en la actualidad es “bloqueo”.
Estados Unidos lanzó su primer bloqueo pos-Guerra Fría, después de que Saddam Hussein invadiera Kuwait.
Los trece años siguientes, Irak —país que antes de la guerra había importado casi el 70 por ciento de sus alimentos y medicinas— necesitó la aprobación de las Naciones Unidas para importar cualquier cosa de manera legal.
Bajo el argumento de que a todo se le podía dar un uso militar, desde camiones cisterna de agua hasta equipo dental y antibióticos, Washington usó su influencia en las Naciones Unidas para restringir de manera radical las compras de Irak.
En su libro, “Invisible War”, Joy Gordon, profesora de la Universidad Loyola, destaca que, entre 1996 y 2003, Irak importó legalmente tan solo 204 dólares por persona en productos cada año: la mitad del ingreso per cápita de Haití.
Después de renunciar en 1998 para protestar contra las sanciones, el coordinador de ayuda humanitaria de la ONU en Irak, Denis Halliday, advirtió: “Estamos en el proceso de destruir una sociedad entera”.
En 2003, la ONU concluyó su bloqueo a Irak cuando Estados Unidos lo invadió.
Desde entonces, Washington a menudo ha señalado que emplea sanciones “focalizadas”, las cuales restringen las ventas de armas o penalizan en específico a algunos funcionarios o empresas, no a toda una población.
Y, en algunas instancias, las sanciones en efecto son focalizadas.
Sin embargo, en el caso de unos cuantos enemigos selectos —Irán, Venezuela, Corea del Norte, Cuba y Siria—, Estados Unidos ha iniciado o intensificado los bloqueos que contribuyen al mismo tipo de desgracias que vivió Irak.
Hay una variedad de justificaciones para realizar esos sitios modernos: la proliferación nuclear, el terrorismo, las violaciones a los derechos humanos.
Sin embargo, el método es similar: “sanciones secundarias”.
Estados Unidos no solo inscribe en una lista negra a individuos, negocios, instituciones gubernamentales o incluso sectores enteros de una economía adversaria, lo cual puede ser bastante dañino.
Les ordena a los bancos y corporaciones del extranjero que hagan lo mismo, ya que, de no hacerlo, tendrán prohibido hacer negocios con Estados Unidos.
Las multas por violar las sanciones secundarias de Estados Unidos pueden tener un impacto grave.
Después de acusar al banco francés BNP Paribas de incumplir las leyes de las sanciones estadounidenses, los fiscales forzaron al banco a pagar casi 9000 millones de dólares en multas en 2014.
En teoría, estas sanciones —como el embargo en contra de Irak en la década de 1990— contienen excepciones por motivos humanitarios.
No obstante, en la práctica, como lo ha detallado Human Rights Watch, las excepciones a menudo son oscuras y engorrosas.
Para no entrar en conflicto con la ley estadounidense, muchos bancos y negocios extranjeros dejan de tener cualquier tipo de relación comercial con los países bloqueados.
En 2018, Los Angeles Times informó que uno de los hospitales públicos más grandes de Siria tenía problemas para comprar repuestos para las máquinas de resonancias magnéticas y tomografías computarizadas porque, como concluyó un informe de la ONU, “las empresas privadas no están dispuestas a saltar los obstáculos necesarios para garantizar acuerdos con Siria sin ser acusados de violar de manera involuntaria” las sanciones estadounidenses y de otras instancias.
La primavera pasada, conforme el coronavirus se propagaba sin control por Irán, el senador Chris Murphy de Connecticut advirtió que las sanciones también estaban “dificultando mucho, si no es que imposibilitando, la llegada de suministros médicos” a ese país.
En 2019, una organización caritativa con sede en California se quejó de no poder enviar sillas de ruedas, muletas ni bastones a Corea del Norte.
Una y otra vez, las agrupaciones defensoras de los derechos humanos, como Amnistía Internacional, y las organizaciones humanitarias, como la UNICEF, han denunciado los bloqueos de Estados Unidos.
En 2019, la Asamblea General de las Naciones Unidas condenó el embargo estadounidense en contra de Cuba en una votación de 187 contra 3. No obstante, en Washington, estos “asedios” producen menos vergüenza que autocomplacencia, porque son una señal de la oposición de Estados Unidos a gobiernos opresores.
El problema con esta lógica moral es que sitiar un régimen opresivo suele perjudicar no solo al opresor, sino también al oprimido.
En un estudio de 2019, los economistas Antonis Adam y Sofia Tsarsitalidou revelaron que, cuando Estados Unidos sanciona a un gobierno autocrático, las libertades civiles empeoran.
Un artículo publicado en Journal of Development Studies halló que tanto las sanciones estadounidenses como las de las Naciones Unidas producen una menor esperanza de vida.
Como lo han explicado los politólogos Dursun Peksen y Cooper Drury, los dictadores responden a los embargos acumulando los escasos recursos y usándolos para recompensar a sus secuaces y matar de hambre a sus opositores, lo que afianza más su poder.
“Creen que están perjudicando al presidente Maduro, pero en realidad están perjudicando al pueblo”, le comentó una mujer venezolana que no podía conseguir la medicina para la epilepsia de su hijo al medio informativo alemán Deutsche Welle en 2019.
Los bloqueos de Estados Unidos podrían ser más justificables —o por lo menos más breves— si tuvieran una posibilidad razonable de éxito.
Las sanciones que le impusieron Estados Unidos y la ONU a Irán durante la presidencia de Barack Obama perjudicaron a los iraníes de a pie.
Sin embargo, su intención era convencer al gobierno de Irán de llegar a un acuerdo en torno a su programa nuclear, no una rendición total, ni una renuncia al poder.
Y se podría decir que ayudaron a lograr esa meta relativamente modesta.
En contraste, ninguno de los bloqueos actuales de Estados Unidos está relacionado con objetivos remotamente realistas.
A pesar de los esfuerzos de Estados Unidos para destituir a Maduro y al presidente de Siria, Bashar al Asad, estos personajes tienen un control más firme ahora que cuando Estados Unidos impuso sus sanciones más severas.
Después de más de una década de castigos en escalada dirigidos a presionar a Corea del Norte para que abandone sus armas nucleares, esa nación posee hasta 60 de ellas.
Irán está más cerca de tener la bomba que cuando comenzó la campaña de “máxima presión” del gobierno de Trump, y goza de la misma influencia en el Medio Oriente.
A pesar de eso, la otra guerra perpetua de Estados Unidos mantiene un apoyo bipartidista significativo.
Esto es una realidad en especial en el Congreso, donde los políticos que han perdido interés en desplegar tropas ven un mecanismo aparentemente gratuito para señalar su oposición a gobiernos antagonistas y represivos… y no les importa si los costos verdaderos recaen en las espaldas del pueblo afectado que aseguran apoyar.
Hay que reconocer que el gobierno de Biden está revisando si las sanciones están “entorpeciendo de manera exagerada las respuestas a la pandemia de la COVID-19”.
Sin embargo, la agonía que provocan los bloqueos de Estados Unidos no empezó cuando se desató el virus, ni terminará cuando pase.
Biden quiere reingresar al acuerdo nuclear con Irán, lo cual conllevará el retiro de las sanciones nucleares sobre Teherán.
No obstante, el secretario de Estado Antony Blinken ha prometido que las numerosas sanciones no nucleares de Estados Unidos seguirán vigentes.
Ha dicho que la ley de 2019 que amenaza con imponer sanciones secundarias a las empresas extranjeras que hagan negocios en Siria es una “herramienta muy importante”.
Blinken ha propuesto que Estados Unidos “focalice de manera más eficaz” las sanciones a Venezuela, pero sugirió que el bloqueo de Estados Unidos en contra de Corea del Norte —el cual ha obligado a varias organizaciones internacionales de caridad a salir del país— no tiene la contundencia suficiente.
¿Por qué las políticas que han demostrado ser tan ineficaces e inmorales son tan complejas de deshacer?
Porque para abandonarlas se necesitaría admitir verdades difíciles de digerir: Corea del Norte no abandonará sus armas nucleares. Irán mantendrá su poder en la región. Asad, Maduro y el gobierno comunista de La Habana no irán a ningún lado.
Los líderes estadounidenses prefieren castigar a poblaciones que ya son vejadas que admitir los límites del poder de su país.
Pero su autoengaño sobre el alcance del poderío de Estados Unidos en realidad solo lo agota.
Una fuente clave del poder estadounidense es el dólar, el cual sirve de moneda de reserva para buena parte del mundo.
La razón de que haya tal temor a las sanciones secundarias de Estados Unidos es que muchos bancos y negocios extranjeros llevan a cabo sus transacciones internacionales en dólares.
No obstante, mientras más use Washington el dólar para intimidar a quien no es estadounidense con el fin de garantizar su participación en nuestros bloqueos, mayor será el incentivo para encontrar una alternativa al dólar.
La búsqueda de un sustituto ya se está acelerando. Además, mientras menos dólares quieran las personas no estadounidenses, más difícil será para los estadounidenses seguir gastando más de lo que ganan.
Idealmente, Estados Unidos tendría que dejar de asediar a naciones más débiles porque esto las perjudica.
Por desgracia, es probable que no paremos sino hasta que estas acciones nos perjudiquen a nosotros.
*Peter Beinart es profesor de periodismo y ciencias políticas en la Escuela de Periodismo Craig Newmark de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. También es editor general de Jewish Currents y escribe The Beinart Notebook, un boletín semanal.
c.2021 The New York Times Company*
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Biden de seguro va a tener un cambio de rumbo en la relaciones con Cuba. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo: “Nuestra política hacia Cuba está guiada por dos principios. Primero, el apoyo a la democracia y los derechos humanos, eso estará en el centro de todos nuestros esfuerzos. El segundo es que los estadounidenses, especialmente los cubano-estadounidenses, son los mejores embajadores de la libertad en Cuba. Así que revisaremos las políticas de la Administración Trump”. Hay que ver hasta donde se levanta el bloqueo.
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interesante postura...
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Assange 11 años detenido sin juicio y sin fecha de liberación
https://www.youtube.com/watch?v=-hZQDmqVhk4
El video que muestro mas arriba contiene el discurso y alegato del legendario luchador por los Derechos Humanos, el periodista y escritor australiano, John Pilger, que desde el 2018 regresó a su país, para seguir la lucha y la búsqueda de ayuda urgente, tanto de los gobiernos, como de la sociedad en general , para Julian Assange.
El discurso en público de Pilger en el Ayuntamiento de Sydney fue conmovedor y enorme.
Assange, dice, no solo ha sido víctima de la persecución de múltiples países, incluido EE.UU. desde donde se le concedió asilo político, sino también del "periodismo de Vichy", que ha servido para sumar mentiras y calumnias que derriban el apoyo público a Wikileaks y nos desvía de leer el contenido de sus publicaciones.
Pilger nos recuerda que fueron dos periodistas de The Guardian, David Leigh y Luke Harding, quienes publicaron la contraseña del tesoro de cables del USG mientras Wikileaks estaba en proceso de redactarlos. Eso proporcionó instantáneamente a los delincuentes y las agencias de inteligencia de todo el mundo, incluidos los de los estados represivos, la información que necesitaban para perseguir a los denunciantes y disidentes.
Pilger leyó declaraciones de la familia de Assange sobre el deterioro de su estado de salud y de Mujeres contra la Violación. -
“Team Jorge”: así funciona la usina que crea miles de cuentas falsas en redes sociales para manipular elecciones en todo el mundo
El consorcio de periodistas de investigación Forbidden Stories logró entrevistar a los responsables de un equipo de asesores en comunicación que se encarga de armar campañas para destrozar la trayectoria de un político, una organización, una empresa o un periodista
Un equipo capaz de crear miles de cuentas falsas en Twitter, Faceobook, Instagram Telegram, LinkedIn, Gmail y Youtube. Pero no de esas que son fáciles de detectar por su nombre @Carlitos8474738737 y cero posteos. No. Cuentas con nombres reales, fotos reales, y que durante un tiempo largo tuitean y participan en redes opinando con naturalidad sobre diferentes temas. Hasta que un día comienzan a hacerlo con ferocidad con un fin determinado: destruir la reputación o la trayectoria de un funcionario, un político, una agencia gubernamental o una empresa. No son uno, cinco o diez. Son hasta 30 mil avatares falsos que trabajan coordinadamente en una gigantesca campaña con un fin determinado para hundir con fake news el prestigio de cualquiera.
El servicio está disponible para quien lo pueda pagar y lo ofrece Tal Hanan, un ex operativo de las fuerzas especiales israelíes que utiliza el seudónimo de Jorge y que ha actuado con su equipo “Team Jorge” en elecciones aldedores del mundo en las últimas décadas.
“Hemos intervenido en 33 campañas presidenciales, 27 fueron exitosas” se ufanó Hanan ante periodistas de The Guardian, Der Spiegel y Le Monde que conversaron durante seis horas con él en su oficina de un parque industrial a las afueras de Tel Aviv haciéndose pasar por clientes interesados en sus servicios como parte de una investigación coordinada por el consorcio Forbidden Stories de la participaron 30 medios europeos.
Hanan explicó a los periodistas que sus servicios, que algunos califican de “operaciones encubiertas”, estaban a disposición de agencias de inteligencia, campañas políticas y empresas privadas que querían manipular en secreto la opinión pública. Afirmó que se habían utilizado en África, América Central y del Sur, Estados Unidos y Europa.
El producto estrella del paquete de intervención en contiendas electorales o campañas de comunicación que ofrece el “Team Jorge” es el software Advance Impact Medio Solutions (AIMS), capaz de controlar el ejército de avatares falsos (¡algunos de ellos hasta tienen cuentas de Amazon o Airbnb con tarjetas de crédito registradas para que nadie dude de que son personas reales!)
Durante la larga charla con los periodistas, “Jorge” y su equipo contaron algunas de las estrategias que utilizan para emabarrar la campañas políticas. En un país, aseguraron, le enviaron a través de Amazon un juguete sexual a la casa de un candidato para que su esposa sospechara de que tenía una amante.
Otro caso: en octubre de 2020, la Information Commissioner´s Office (ICO), un oficina del gobierno británico que se dedica al control administrativo, dictaminó que se debían revelar los nombres de una serie de empresas que parecían haber ganado contratos como proveedores del gobierno a través de un canal especial para compañías con contactos políticos. A los pocos días, en Twitter y otras redes sociales, empezaron a aparecer duras críticas contra ICO: “Hace todo para destruir el gobierno”; “Otro acto desesperado de ICO”; “Es una pérdida de tiempo”, : “Una vergüenza”. Las respuestas a los mensajes se iban transformando en hilos donde volaban falsas acusaciones de corrupción y funcionarios de ICO sobornados.
Uno de los usuarios de Twitter que inició con las críticias, “Canaelan”, parecía un tipo normal. “Había tuiteado sobre todo tipo de temas, desde baloncesto hasta Taylor Swift, pasando por el club de fútbol Tottenham Hotspur o el precio de un KitKat. El perfil muestra a un hombre rubio de aspecto amable, con barba incipiente y gafas que, según indica, vive en Sheffield”, lo describió The Guardian. Pero Canaelan no es más que un bot del ejército de “Team Jorge”. Su foto, según rastrearon los periodistas, pertenece a Tom Van Rooijen, reportero free lance holandés. Así, los periodistas a cargo de esta investigación lograron detectar unos dos mil de los bots de AIMS en Twitter y Facebook.
“Se trata de nuestro propio sistema semiautomático de creación de avatares y despliegue de redes”, explicó Hanan, añadiendo que podía utilizarse en cualquier idioma y que se vendía como servicio, aunque el software podía comprarse “si el precio es adecuado”.
“Jorge” Hanan también les demostró a los periodistas encubiertos cómo podía acceder a cuentas de Gmail o Telegram de la persona que fuera su objetivo. “Hoy, si alguien tiene una cuanta dee Gmail, significa que tiene mucho más que una cuenta de email”, dijo, mientras les mostraba correos electrónicos, borradores de dicursos, contactos y archivos de quien dijo que era un hombre que es el “asistente de un tipo importante” en las elecciones generales de Kenia que estaban por ocurrir.
“En algunos países creen que Telegram es seguro. Les voy a mostrar cuan seguro es”, les dijo a los periodistas antes de mostarles una pantalla en la que se subía y bajaba por los contactos en Telegram de un estratega keniata que trabaja para William Ruto, el candidato que terminó ganando las elecciones presidenciales. “No sólo estoy viendo todo”, advirtió, antes de tipear “Hola, ¿cómo estás querida?” y al parecer enviar ese mensaje desde la cuenta del estratega a uno de sus contactos.
“Una de las cosas más importantes es poner palos entre las personas adecuadas, ¿entiendes?”, dijo. “Y puedo escribirle lo que pienso de su mujer, o lo que pienso de su último discurso, o puedo decirle que le prometí que sería mi próximo jefe de gabinete, ¿está claro?”.
A continuacion, Hanan mostro como, una vez leido el mensaje, podia “borrarlo” para cubrir sus huellas. Pero cometió un error y se olvidó de borrar un número “11″ que había enviado a una de las cuentas que había hackeado. Unos días después, uno de los periodistas logró contactar a esa persona y pudo comprobar que tenía el “11″ en el teléfono hackeado por el “Team Jorge”.
El equipo se compone de “graduados de agencias gubernamentales”, con experiencia en finanzas, redes sociales y campañas, así como en “guerra psicológica”, que operan desde seis oficinas repartidas por todo el mundo, según alardeó Hanan.
Hanan sugirió a los reporteros que algunos de sus métodos de pirateo aprovechaban las vulnerabilidades del sistema mundial de señalización de telecomunicaciones, SS7, que durante décadas ha sido considerado por los expertos como un punto débil de la red. “Por supuesto que no hay nada ilegal en lo que hacemos”, se defendió.
Del rastreo de su actividad en Internet, el equipo de investigación identificó su implicación en lo que parecían ser principalmente disputas comerciales en unos 20 países, entre ellos Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Suiza, Grecia, Panamá, Senegal, México, Marruecos, India, Emiratos Árabes Unidos, Zimbabue, Bielorrusia y Ecuador.
El análisis reveló una amplia gama de actividades de bots, con perfiles de redes sociales falsos de AIMS involucrados en una disputa en California sobre energía nuclear; una controversia #MeToo en Canadá; una campaña en Francia que involucraba a un funcionario qatarí de la ONU; y unas elecciones en Senegal.
Los nexos con Cambridge Analytica
La historia se remonta a 2018, cuando estalló el escándalo de la empresa británica Cambridge Analytica, que recopiló, analizó y usó con fines políticos los datos personales de casi 87 millones de usuarios de Facebook, sin su conocimiento, recordó Radio Francia Internarcional (RFI)
Pese a estar acusada de manipular numerosas elecciones, contribuyendo a la victoria de Donald Trump en 2016 y del Brexit, sus actores se mantienen aún en la sombra. En particular, los misteriosos subcontratistas israelíes, expertos en piratería y cuya existencia y métodos, reveló la propia empresa británica, pero no su identidad. Solo utilizó un nombre, seguramente un apodo, para designar al jefe de esta estructura ultra secreta israelí: “Jorge”.
Durante más de seis meses, los periodistas de Forbidden Stories investigaron y siguieron la pista de “Jorge”. Lo encontraron haciéndose pasar por un cliente potencial intermediario de un líder africano deseoso de posponer o, incluso, cancelar las elecciones en su país.
El misterioso “consultor” israelí -que sigue usando el mismo apodo y vendiendo sus servicios de influencia y manipulación al mejor postor- utiliza ahora la inteligencia artificial para escribir sus publicaciones virales.
Tentáculos en México y España
En México, la empresa de “Jorge” habría intervenido a favor de Tomás Zerón, un exfuncionario mexicano investigado por la desaparición de 43 estudiantes en 2014, señala la web de Forbidden Stories.
Zerón, jefe de la Agencia de Investigación Criminal de 2013 a 2016, está acusado de secuestro, tortura y manipulación de evidencias en el caso de la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa (estado de Guerrero).
Y en España, “Team Jorge” habría terciado en el referéndum, no reconocido por el gobierno español, organizado por los independentistas catalanes en 2014, agrega el consorcio.
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EL “DOMBASS ESPAÑOL” DEL QUE NADIE HABLA
El Sahara Occidental fue ocupado por España en 1860 y fue colonia española hasta 1976.
Hasta ese momento todos los habitantes del territorio africano eran ciudadanos españoles nativos. Luego de 1976 España decide retirarse y liberar esa colonia…Y entonces ocurre la invasión de Marruecos declarando de facto y unilateralmente su soberanía sobre el lugar, pero a diferencia de Rusia con el Dombass y Crimea, la ONU y la OTAN miran para “otro lado”.
Nada nuevo bajo el sol…En los últimos 50 años existieron muchos Dombass, y no solo fue el Sahara Occidental invadido ilegalmente por Marruecos, también fueron Libano, Siria (Golan), Palestina, Yugoslavia, Kosovo, Afganistan, Irak, Yemen, Sudan y un largo etc, de 37 regiones del mundo…En todos los casos nunca hubo ni sanciones ni acciones internacionales de represalia…hasta que llegó Ucrania…En hora buena si por fin y de una vez, las naciones se ponen de acuerdo para hacer respetar los derechos de cada nación y muy malo si solo se hace por cuestiones ideológicas, o por simple "color de piel"...porque humanos no solo son los que viven en Ucrania, sino también deben ser considerados de "nuestra especie" los habitantes (hombres, mujeres y niños) del Sahara Occidental...“seres humanos” al que se los engaño durante muchos años y que viven olvidados, incluso despojados de su nacionalidad...
Son parias, porque su nacionalidad no es reconocida ni sus documentos sirven para salir de allí o viajar al rseto del mundo...EL TRISTE DE DESTINO DE UN PUEBLO PARIA, NI ESPAÑOLES NI MARROQUIES
Los Saharauis que podrían optar a la nacionalidad española critican al presidente español Pedro Sánchez de no cumplir lo prometido a su pueblo: "Siempre recelamos del PSOE cuando llega al poder"
Una fotocopia en blanco y negro del documento de identidad de Sidi Mohamed Talebbuia Abdelyalil acredita que él fue uno de los saharauis que tuvo nacionalidad española durante la época en la que ese territorio de África pertenecía a España. Sin embargo, la Marcha Verde de 1975 provocó que Talebbuia abandonara su tierra, se cobijara junto a su familia en un campamento de refugiados y perdiera su nacionalidad y sus documentos acreditativos, pues en la invasión los marroquíes arrasaron con todo, también con las escrituras de su casa en El Aaiún y el DNI de su mujer, abocando a toda la familia a un futuro en tiendas de campaña en medio del desierto.
Todo ello lo cuenta su hijo pequeño, Sidi Talebbuia Hassan, desde su despacho de abogados, en la calle Montera de Madrid. Este abogado especializado en extranjería atiende a EL MUNDO después de que el diputado de Izquierda Unida y líder del PCE Enrique Santiago presentara el pasado miércoles una proposición de ley en el Congreso para nacionalizar a los saharauis que nacieron durante la época de la colonia y a los hijos que tuvieron. Todos los partidos votaron a favor de esa propuesta menos el PSOE, que mientras desde el Ejecutivo ofrecía a los 94 nicaragüenses que les han retirado su nacionalidad la opción de ser españoles. «Cuando los dirigentes socialistas llegan al poder, por parte de los saharauis siempre se mira con bastante recelo», asegura Sidi.
Sidi -37 años, algo más de metro ochenta de estatura y un ligero deje andaluz en su castellano- vino a España por primera vez en el programa de Vacaciones en paz de la ONG Amistad Saharaui. Repitió dos veranos más y en 1997 se quedó en territorio nacional con su familia de acogida. «Los primeros años estuve en situación irregular, hasta 2001 que obtuve el permiso de residente. Luego ya pasé a pedir la nacionalidad. Fue un periodo complicado», sintetiza el abogado, a quien, según la propuesta de Unidas Podemos, le correspondería la nacionalidad de manera automática por ser hijo de un saharaui nacido en la colonia. Sidi terminó el Bachillerato en la rama científica: quería ser biólogo. Sin embargo, la inscripción a la universidad coincidió con la intifada saharaui: «Era tal la impotencia sobre la situación que pensé en buscar en el Derecho el camino para solucionar nuestro problema, que tiene raíz jurídica», cuenta.
La historia de su familia es la de muchos otros saharauis que perdieron la nacionalidad al abandonar sus territorios. Aunque reconoce la existencia del Real Decreto de 1976 en el que se otorgó un plazo para que quien quisiera optara por la nacionalidad española, recuerda: «Nadie se enteró de que ese real decreto se había promulgado en España, entre otras cosas porque no quedaba ninguna autoridad española en el Sáhara; segundo, porque había una guerra abierta contra el pueblo saharaui y porque la mayor parte estaba en los campamentos e intentado sobrevivir. Creo que ese decreto era ilegal. Si ya eres español, no puedes optar a la nacionalidad española y el Código Civil vigente no lo permitía».
SIN DERECHO A JUBILACIÓN
La ocupación tras la Marcha Verde incluyó la destrucción de los documentos de miles de personas, lo que provocó, de manera indirecta, una pérdida de derechos para muchos. Así, el padre de Sidi no pudo optar a una pensión de jubilación pese a que en el DNI consta como militar y pese a haber estado destinado en el País Vasco, y su mujer tampoco pudo optar a una pensión de viudedad cuando falleció el patriarca en 2000. «Todo eso son las consecuencias de la ocupación y del abandono. Al final, esta gente está vendida», concluye Sidi.
Según cuenta, entre los saharauis que viven en Madrid y en los campamentos se ha «acogido con gran revuelo» la propuesta de ley de Podemos. Sin embargo, él y otros colegas van a hacer un directo a través de las redes sociales para explicar a la gente que todavía no es una decisión firme. «Yo pienso que esta medida no saldrá adelante, se bloqueará y se quedará en un cajón», opina poco optimista.
Adbulah Arabi, delegado del Frente Polisario en España, la organización que lidera la reclamación de independencia saharaui, enfrentada militarmente a Marruecos y aliada de Argelia, cree que aprobar esa ley «contribuye a aminorar el daño causado por la colonización inconclusa», así como que esta opción de nacionalizar a los saharauis españoles «es un reconocimiento de las responsabilidades jurídicas con el pueblo del Sáhara». Sin embargo, reconoce la dificultad de llevar a cabo la propuesta de la formación morada, pues muchos saharauis no tienen documentos acreditativos. «No hay un censo fiable de las personas que se podrían beneficiar», explica a EL MUNDO. A través de asociaciones y ONG, saben que en España viven entre 7.000 y 8.000 compatriotas y, con DNI, no más de 2.000, pero nada es concluyente. Tampoco las autoridades gubernamentales tienen el dato.
Tanto Arabi como Talebbuia se muestran muy críticos con el PSOE, el único que no votó a favor de la propuesta. «Es consecuencia del temor del Gobierno a Marruecos, esto es en contra de un derecho del pueblo», dice. «El giro que ha dado Pedro Sánchez aceptando la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental de manera indirecta fue un jarro de agua fría. No es algo que esperas que pueda hacer, porque no es ni inteligente. Es regalarle algo que nunca le perteneció», dice Sidi, advirtiendo de que, después del Sáhara, hablarán de Ceuta, Melilla o Canarias.
https://www.elmundo.es/espana/2023/02/20/63f22284fc6c83fa208b45a3.html