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Centro Europeo de Entrenamiento para F-16 en Rumanía
Lockheed Martin y los gobiernos de Rumanía y los Países Bajos han anunciado la firma de una Carta de Intenciones para establecer el Centro Europeo de Entrenamiento de F-16 en Rumanía.
«El F-16 sigue desempeñando un papel crucial en las misiones de seguridad del siglo XXI para Estados Unidos, Europa, la OTAN y aliados de todo el mundo», declaró OJ Sanchez, vicepresidente y director general de Integrated Fighter Group. «Lockheed Martin se enorgullece de asociarse con los Países Bajos y Rumanía en este Centro Europeo de Entrenamiento del F-16 en Rumanía, que mejorará la preparación de la misión a través de una solución integral de entrenamiento del F-16 para los pilotos rumanos.»
El centro se centrará en garantizar la eficacia y la seguridad de los rumanos que vuelan y operan aviones de combate F-16 y con el tiempo podría ampliarse para incluir la formación de otras naciones.
«Una vez que se ultimen los detalles, estamos seguros de que el centro de formación beneficiará en última instancia a Rumanía y a otros operadores regionales de F-16, incluida potencialmente Ucrania», añadió Sánchez.
En la actualidad hay cientos de F-16 operando en toda Europa, lo que permite a varios países europeos, entre ellos Rumanía, proteger el espacio aéreo y formar parte de una red de cobertura integrada de mantenimiento de la paz de la OTAN.
Según datos facilitados por Lockheed Martin, más de 3.100 F-16 operan actualmente en 25 países. Se calcula que el F-16 ha realizado 19,5 millones de horas de vuelo y al menos 13 millones de salidas.
https://www.avionrevue.com/america/lockheed-establecera-un-centro-europeo-de-entrenamiento-de-f-16/ -
España aumenta sus gastos de defensa
Aumento multimillonario del gasto militar para cumplir con la OTAN: "Y faltan en el presupuesto los Patriot y los F-35"
El actual Gobierno de España, aún en funciones, autorizó un multimillonario aluvión de programas militares con los que avanza en su objetivo de elevar la inversión en defensa acorde con los compromisos adquiridos en el seno de la OTAN. El paquete, que fue llevado al Consejo de Ministros el martes, incluye la adquisición aviones de patrulla y vigilancia marítima C295, la compra de más Eurofighters y luz verde para el esperado sistema de artillería móvil Silam. Aunque la mayoría de estos planes ya estaban contemplados en los presupuestos de 2023, los montos (el total supera los 8.600 millones de euros) han sorprendido a los observadores de la industria.
Por un lado, el Ministerio de Defensa logró el visto bueno definitivo al contrato de compra de los Airbus C295, seis de patrulla (MPA) y 10 de vigilancia marítima (Vigma) por 2.034 millones de euros entre 2023 y 2031, cuando se entregará el último de la serie. Los fondos superan los 1.700 millones que manejaba el Ejército del Aire y del Espacio en junio de este año y la elección del modelo no ha estado exenta de polémica. Al final, se primaron los tiempos de entrega y el factor nacional (se ensamblarán en Sevilla) a otras alternativas más económicas en el mercado.
"Con la tramitación de este expediente, que supone la adquisición de 16 aeronaves (C295), se procederá a recuperar las capacidades militares necesarias para cumplir los objetivos de la OTAN para España, y poder seguir garantizando los compromisos nacionales adquiridos en el seno de la Alianza", argumentó el Gobierno en las referencias del Consejo de Ministros.
El tren ministerial también autorizó a Defensa la compra de un POD designador láser para sistemas de combate aéreo por 207,4 millones, un acuerdo marco para el apoyo operacional a aeronaves de Defensa de 95 millones de euros por dos años y la adquisición de dos buques logísticos multipropósito, uno para el Ejército de Tierra por 21,5 millones y otro para la Armada por 20 millones. La tanda se completó con el acuerdo marco para camiones todoterreno militares por 27,1 millones de euros (modificado un 30% más de lo previsto originalmente), la ampliación del contrato de repuestos para la flota de F-5 por 20 millones y el desarrollo de una espoleta correctora de trayectoria para el proyectil de alcance extendido de 155 mm por 16,7 millones de euros (hasta 2027). En total, unos 2.440 millones.
https://www.msn.com/es-es/noticias/espana/arreón-multimillonario-al-gasto-militar-para-cumplir-con-la-otan-faltan-los-patriot-y-los-f-35/ar-AA1gCURt?rc=1&ocid=winp1taskbar&cvid=9ef6120ee03c4e208e35e445496e96f0&ei=16#image=2 -
Y lo que queda por venir.
Es lo que tiene pasar los raquíticos presupuestos de Defensa muy por debajo del 1% del PIB al 2%, si a eso sumas las habituales triquiñuelas fiscales españolas para que otros ministerios "prefinancien" que no tiene pinta de cambiar para que luego cuando años después toca "devolver los adelantos" a Defensa, lo fulminas vía créditos extraordinarios en lugar de presupuesto ordinario pues...
Tras años de recortes, congelación, reducción y cancelación de programas, la renovación de material, equipamiento y medios de todo tipo en las tres ramas de las Fuerzas Armadas era cada vez más perentoria. Si a ello sumas el cambio de disponibilidad presupuestaria a corto, medio y largo plazo forzada por el compromiso OTAN del 2% del PIB para defensa, tienes el caldo de cultivo perfecto para que el actual ciclo inversor en Defensa sea brutal, sin duda con lo que ya hay comprometido y lo que aún está por aprobar, será el mayor ciclo inversor de la Democracia, de largo.
Pero esto no solo se limita a España, la mayoría de paises UE/OTAN han disparado su inversión hacia programas de renovación y adquisición de nuevas capacidades. Ver los programas e inversiones lanzados por Polonia, Alemania, Italia, Francia, etc... son también de señalar. Siendo parte de una tendencia general, adaptada lógicamente a las capacidades económicas de cada país, pero seas grande como Alemania o pequeño como los Bálticos, el paradigma de la inversión en Defensa ha dado un vuelco espectacular, especialmente si lo comparamos con las últimas 3 décadas de reducciones, recortes y pérdida de capacidades vividas tras el derrumbe de la URSS y el fin de la Guerra Fría al amparo del llamado "dividendo de la paz".
La crisis de Ucrania no ha hecho sino acelerar y fomentar este proceso.
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Alemania frena a Ucrania con los pedidos de nuevas armas
El canciller alemán se ha reiterado su apoyo a Ucrania pero pide sensatez a Zelenski a la hora de pedir mas armamento y en el uso que se le da a las mismas (como ya decía el primer ministro del Reino Unido, la OTAN no es Amazon)
El Gobierno alemán se remitió hoy a las "consideraciones serias" que deben preceder en general a la hora de entregar armamento a Ucrania y de responder a los pedidos de acelerar el suministro de misiles de crucero de largo alcance Taurus a ese país.
"Ahora está este nuevo tipo de armas de gran alcance además de muchas otras cuestiones que deben pasar por un proceso de evaluación, al igual que ya ocurrió con anteriores entregas, y para el que no existe un "modelo" , declaró el portavoz del gobierno, Steffen Hebestreit, en una rueda de prensa ordinaria.
Hay que recordar las palabras de Scholz justo al inicio de la contienda, en la que puso una condición muy clara par ayudar a Ucrania. "Será un apoyo lo más firme posible, que ni Alemania ni la OTAN se conviertan en parte de la guerra y que todo se coordine estrechamente a nivel internacional y, en particular, con nuestros amigos estadounidenses".
"Y ese es el leitmotiv de todas estas decisiones", subrayó, y criticó que el debate público, que de alguna manera trata de espolear todo este asunto, "moralmente, partidístamente o lo que sea", es "de poca ayuda".
Según el canciller alemán, Olaf Scholz, "Que ni Alemania ni la OTAN se conviertan en parte de la guerra"
Preguntado por estas "cuestiones de gran alcance", recordó que se trata de misiles de crucero de largo alcance que pueden volar más allá del territorio ucraniano.
En tanto, el fabricante de los Taurus, una filial de la empresa armamentística MBDA Alemania y del consorcio sueco Saab Bofors- confirmó que el alcance de los misiles de crucero de las reservas de la Bundeswehr -el ejército alemán- puede ser técnicamente limitado, informa "Spiegel".
Este es el resultado de un examen realizada por el fabricante por encargo del Gobierno alemán, que establece que para ello sería necesario reprogramar el software incorporado, aunque, según fuentes del sector, el ejecutivo aún no ha dado la orden correspondiente.
El fabricante considera, además, que los ucranianos pueden ser formados rápidamente, en unas pocas semanas o meses, en los procedimientos necesarios y que la planificación de la misión puede ser apoyada a distancia.
https://www.huffingtonpost.es/global/alemania-frena-ucrania-arma-critica.html -
La otra cara de la guerra - La dependencia del petróleo le cuesta 4.000 mil millones mas al mes a España
El cambio de la economia por culpa de la guerra y la búsqueda de nuevos proveedores le cuesta mil millones cada semana a la economía española
La dependencia de los combustibles fósiles, el gas y el petróleo le está saliendo muy cara a la economía española, a la que el año pasado le provocó un déficit comercial de mil millones semanales. En la primera mitad de este se mantiene en torno a los 650, unos niveles que no se habían dado antes.
El déficit o superávit comercial es la diferencia entre el valor de las mercancías exportadas y las importadas en un periodo de tiempo que suele ser un año, con un saldo que se considera favorable si se vende/exporta al exterior más que se le compra/importa.
En el caso de España, el desmesurado aumento de precios que el año pasado experimentaron tanto el petróleo y sus derivados -como el gas y los suyos, con cotizaciones por encima de los 125 dólares el barril en el primer caso con la ola especulativa surgida al socaire de la guerra de Ucrania-, disparó por encima de los 29.000 millones de euros la factura comercial de esta fuente de energía, con importaciones por 58.161 y exportaciones, principalmente tras su refino, por 29.048.
No obstante, no todo se debe a los precios, ya que el elevado volumen de ese tipo de combustibles que se consume en España (más de 65.000 toneladas anuales), de intensos efectos ambientales al provocar la emisión de gases de efecto invernadero, se sitúa como la otra parte fundamental de la ecuación que da lugar a la factura económica.
Esos 29.113 millones de euros de descuadre, a los que entre enero y junio de este año se añadieron otros 10.289 tras una acusada caída de las cotizaciones, marcaron un hito en la historia comercial de España, según indican los informes de Comercio Exterior del Ministerio de Industria.
Los registros del gas fueron algo menos abultados, aunque también marcaron un récord en vísperas de que, salvo sorpresa, este año se produzca la segunda marca negativa desde que hay datos, con un déficit de 24.190 millones en 2022 y otro de 6.830 de enero a junio de 2023.
La suma de esos dos descuadres, apenas paliada por la salida del saldo deficitario de la electricidad con su histórico aumento de las exportaciones del año pasado, dispara el saldo comercial energético de España a -52.616 millones de euros el año pasado y a -16.704 en la primera mitad de este.
Esas magnitudes equivalen a un 77% del total (-68.112) en el primer caso y llegan a superar el balance nacional completo (-16.420) en el segundo. Unos datos que apuntan al elevado grado de dependencia, y a la desventaja competitiva que conlleva, que el sistema productivo español mantiene sobre la energía de fuentes fósiles.
Se trata de un factor que en las áreas de mayor actividad económica afecta especialmente también al sistema eléctrico, al que el discurso oficial señala como palanca para la descarbonización.
No obstante, un déficit comercial de esa magnitud no se debe únicamente a la faceta energética, sino que también incluye aspectos como el empeoramiento de los saldos en apartados como las manufacturas de consumo, principalmente las textiles, y como los bienes de equipo, con un peso destacado para los equipos de telecomunicaciones.
El saldo negativo de estos creció entre 2019 y 2022 en más de 2.500 y en casi 4.500 millones de euros, respectivamente, a lo que se une el estancamiento de la aportación del sector agroalimentario, cuyas producciones comienzan a acusar las consecuencias del cambio climático.
En cualquier caso, la factura económica del petróleo y el gas con las actuales condiciones del mercado, a las que se le suman las previsiones de encarecimiento de combustibles como el diésel a medio plazo, se presenta como otro factor que presiona a favor de los procesos de descarbonización del sistema productivo español. Otra cosa es hasta qué punto puedan o vayan a llegar.
"Históricamente, el déficit de España con el petróleo se ha movido en el entorno de los 20.000 millones de euros, y ahora se ha sumado el gas que apenas generaba déficit", señala Antoni Turiel, investigador del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) especializado en asuntos energéticos y crítico con el modelo de transición energética que se está planteando en España.
"Pensar en una transición a un modelo energético sin fuentes fósiles no tiene pies ni cabeza, no es posible técnicamente", anota el investigador, para quien "la electrificación es una parte de la solución, pero hay que hacer más cosas y es necesario aprovechar de otra manera las fuentes renovables. Va a haber sustitución, pero no va a ser total. Se trata de consumir menos y de producir de una manera más eficiente".
"Estaba claro que nos dirigíamos a un récord de déficit comercial, y en 2023 va a haber una evolución similar", anota Fernando Ferrando, presidente de la Fundación Renovables, quien destaca que, "además, la evolución de los precios, con encarecimientos del 80% en el petróleo y del 200% en el gas, indica que han dejado de tener la correlación que siempre habían tenido y que evolucionan de manera independiente".
En ese escenario, el sistema eléctrico ofreció una curiosa evolución con un récord de exportaciones de 19.841 Gw.h (Gigawatios.hora, millones de Kilowatios) que colocó en una situación de superávit el balance tradicionalmente deficitario de esta faceta del sector energético. Ese arreón, valorado en unos 2.000 millones de euros, elevó las ventas a 7.089 para dejar el saldo en un positivo de 687.Distintas fuentes, y los datos, apuntan a que, en realidad y en términos macroeconómicos y de balanza comercial, el resultado vino a ser el de "lo comido por lo servido", aunque con notables beneficios para las empresas que, individualmente, fueron cerrando las ventas, más cuánto menos costosa era su producción con tecnologías como la hidráulica o la nuclear.
Sin embargo, ese mismo proceso generó una desmesurada carga económica para familias y empresas, que acabaron subvencionando esas exportaciones, y también una intensa huella ambiental como consecuencia de esa enrevesada, o quizás buscada, maniobra del mercado eléctrico.
"La electricidad que hemos exportado no ha cubierto el coste del gas que hemos importado para producirla. Los kilowatios que hemos exportado a Francia, Portugal y Marruecos han generado déficit comercial porque el gas que se ha necesitado ha costado más que la luz", señala Ferrando.
Ese uso más intensivo del gas para producir el sobrante de la demanda española que se exporta tuvo consecuencias directas en la factura, tanto en la de los hogares y las empresas españolas, porque tiró al alza del precio en las subastas marginalistas, como en los de los importadores de los países vecinos, porque el coste de sus comendas se vio también afectada por ese encarecimiento, aunque no tanto como hubiera debido.
Hay un factor que no afecta de la misma manera a todos: el tope del gas o excepción ibérica, la limitación del peso del gas en el cálculo del precio final de la electricidad para reducir la factura de los usuarios a cambio de una compensación (la parte del precio del gas quemado que no pasa a formar el de la luz generada) para las eléctricas que lo utilizan para generar energía.
A los importadores no se les aplica, lo que en la práctica abarata su precio final al mismo tiempo que eleva el que soportan familias y empresas en España al tener que asumir ese extra por la parte que no cubren Portugal, Francia y Marruecos.
"España intentó limitar esa situación, y a partir de octubre comenzó a poner topes cuando vio que los vecinos se estaban hinchando de importar electricidad" a un precio ventajoso, anota Turiel.
"El tema está en quién paga la compensación, que se reparte entre los consumidores y que se carga en el recibo pero que los importadores no pagan", señala el investigador del CSIC, quien anota que "para exportar tanta electricidad hay que poner en marcha más centrales de gas, y eso lo pagamos aquí. Estoy convencido de que España ha perdido dinero en ocasiones con este producto".
Otra cosa es que ese mercado entre regulado y oligopolístico de la electricidad y sus sistemas marginalistas de fijación de precios vayan a cambiar a corto o medio plazo. Todo apunta a que no vistas las diferencias entre los planteamientos favorables a mantenerlo de los países comunitarios del centro y el norte de Europa, liderados por Alemania, y los del sur (Portugal, Italia, Grecia y España), en este caso apoyados por Francia.
"El problema de la electricidad es que no se trata de un mercado libre, sino de un oligopolio intervenido con reglas que no son las de un mercado libre", concluye Turiel, en un planteamiento similar al de Ferrando.