Uno de los mitos más conocidos es que el tanque Tiger, que pesa más de 50 toneladas, es mucho menos maniobrable que el T-34. Sin embargo, la velocidad máxima del Tiger es de 45 km/h, lo que no se queda atrás del tanque T-34, que pesa sólo 26 toneladas.
Incluso en carreteras sin pavimentar, era capaz de alcanzar una velocidad similar a la del T-34, que era de unos 20 km/h. En teoría, el Tiger, que pesa el doble, debería ser inferior al T-34 en maniobrabilidad todoterreno, pero gracias a su diseño superior, el Tiger se comportaba mejor al aire libre que el T-34.
La vía era ancha, el radio de giro era pequeño y la calidad del sistema de dirección era muy superior ya que utilizaba un volante hidráulico, que era difícil de encontrar en los automóviles de la época. Las relaciones de transmisión también fueron más diversas. La capacidad de dirección del T-34 era tan pobre que era un blanco fácil para los petroleros alemanes, hasta el punto de que se le llamó "lomo de pato".
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