Desarrollo Aeroespacial Argentino
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Cuando se conjugan las distintas instituciones con un fin comun se consiguen grandes avances.
Lamentablemente en el caso de los UAV hubo mucha dispercion de recursos (FAA, Armada, Ejercito, INVAP, Universidades, etc.) y no se avanzo tanto como se pudiera haber realizado los primeros UAV autoctonos volaron en la Argentina en los 80 y a pesar de todo ese tiempo el desarrollo quedo atrasado con resvecto a otros sistemas en el mundo y tambien en la region -
INVAP y la CNEA exportan sensores solares -tecnología espacial- a la Unión Europea
16 marzo 2022, 05:50
Un tipo original de propulsión para cohetes y satélites.Argentina le vende a Europa algo de su tecnología espacial: sensores solares gruesos (SSG). Es la primera vez que nuestro país exporta componentes espaciales, y logró hacerlo porque además de estar en precio, tienen buen «historial de vuelo»: no fallaron en ninguno de los 4 satélites SAC y 2 SAOCOM de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, y tampoco en los ARSAT-1 Y 2 de esa empresa de telecomunicaciones del Estado argentino.
Un «sun sensor», como se lo llama en la industria, es un componente chico dentro del costo total de casi cualquier satélite, y va más bien como «back up». Se usan varios en casi cualquier satélite, porque la redundancia es el sistema de seguridad más efectivo, aunque sume peso. Cosa que no importa tanto en una pieza tan chica y liviana.¿Cómo funciona un «sun sensor»? Hay que ver qué pasa si no funcionan. Si no encuentra la posición del sol, lo más probable es que un satélite que perdió su «actitud» respecto de sus tres ejes -cosa que sucede bastante a menudo, y por muchas causas- no logre recuperar su orientación. En ese caso sus antenas perderán contacto con las estaciones terrenas que lo controlan, y el aparato tampoco logrará bajar a Tierra sus imágenes, si es de observación, o transmitir su información, si es de telecomunicaciones.
En esa instancia los satélites de órbita baja ya no tienen cómo usar los «thrusters» que les permitan mantener su altura orbital, porque la computadora de a bordo no logra diferenciar el «arriba» del «abajo». A la larga o a la corta vuelven a entrar a tumbos en la atmósfera donde se destrozan e incineran.
Hay otros destinos más raros: los grandes y altos satélites geoestacionarios de telecomunicaciones, cuando se desorientan, se transforman en «zombiesats»: siguen en órbita, pero son incontrolables y un peligro para satélites vecinos, no tanto por las colisiones como por su capacidad de interferir las comunicaciones si siguen emitiendo microondas.
Cuando un satélite pierde su actitud -e insistimos, sucede hasta con los mejores aparatos y dirigidos por los mejores ingenieros orbitales- los «sun sensors» restablecen el orden. Son los que inician el proceso automático de autorecuperación. Captan la dirección del sol, y activan automáticamente los «thrusters», microcohetes de posicionamiento, o las ruedas de inercia, hasta que el satélite vuelve a apuntar con sus antenas con exactitud a su estación terrena.
Recuperado ese contacto, el satélite está salvado, se investiga qué sucedió y la misión prosigue. No es imposible que alguien en la estación terrena descorche un champú y convide, al menos si ya salió de guardia.
Este equipamiento fue diseñado y construido por el Departamento de Energía Solar de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) e INVAP, y probado ambientalmente por el Centro de Ensayos de Alta Tecnología (CEATSA), copropiedad de INVAP y ARSAT. El cliente europeo lo destinará a satélites en órbita baja (LEO, Low Earth Orbita), probablemente de observación.
Esta pequeña venta importa no tanto como sustitución de importaciones, o como indicio de que la fabricación de satélites en Argentina empieza a tener su propia cadena de proveedores. Nada de eso oculta el hecho de que la mayor parte de los componentes satelitales argentinos debe importarse, aunque el diseño de sistemas y la integración del aparato sean nacionales.
Lo importante es que la industria espacial mundial es muy competitiva, pero por lo mismo también muy colaborativa. Explicación: si estás fabricando un componente que logra buen «historial de vuelo» y a precio razonable, alguien va a venir a comprártelo para bajar sus propios costos. Y eso justamente porque la industria es tan competitiva.
No es improbable que a la larga esto suceda con otros componentes más complejos y más caros que hoy se diseñan y fabrican en Argentina: las computadoras de vuelo, por ejemplo. Pero todavía deberán pasar más años y más misiones espaciales bien concluídas para que se exporte alguna, o algunas.
Lo importante es que ahora el país vuelve a sentarse en una mesa donde se intercambian partes. Habiendo entrado al ruedo por la puerta chica y sin hacer ruido, nos vamos volviendo proveedores de componentes espaciales. No es inevitable, ojo. En 2015 todavía teníamos una propuesta europea pendiente para desarrollar «thrusters» en común, pero se cayó en 2016 cuando el ARSAT-3 fue cancelado.
De modo que la noticia es que estamos intentando nuevamente construir una una industria compleja. Puede volverse importante mientras no pinten idiotas a cancelar satélites. Ese aquí podría ser también un accidente frecuente, con o sin recuperación. Y es que no todos los países saben ubicar bien la dirección del sol.
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@zonca Como de costumbre Daniel Arias está equivocado, ya se han exportado computadoras de vuelo a Brasil, son las que equipan el Amazônia 1 (supuestamente el primer satélite 100% brasileño) Hace tiempo publiqué un artículo en el foro sobre el asunto.
El problema con Arias, es que por bien intencionado que sea, no es riguroso, lee poco y nada, se maneja con videitos de Youtube y refritos pero no chequea lo que publica. -
Una empresa argentina desarrolla el lanzador espacial más liviano de la historia
El Aventura I es un lanzador de unos nueve metros de altura, 40 centímetros de diámetro y poco menos de una tonelada de peso. Fue concebido para colocar picosatélites y nanosatélites en órbitas de entre 200 y 850 kilómetros de altura.
Un economista y un ingeniero argentinos comenzaron en 2005 Tlon Space, una empresa destinada a desarrollar un lanzador espacial de menos de una tonelada de peso capaz de poner en órbitas bajas cargas de hasta 25 kilos, cuyo vehículo experimental tiene previstos cuatro vuelos de prueba a lo largo de 2022 desde su puerto espacial en la costa bonaerense.
El Aventura I es el primer lanzador espacial concebido para colocar picosatélites y nanosatélites en órbitas de entre 200 y 850 kilómetros de altura, otorgándole a sus operadores la flexibilidad para elegir en donde desean ser colocados en lugar de ser cargas secundarias de lanzadores pesados que los colocan en las órbitas en las que su misión principal se los permite.
Tlon Space participó la semana pasada de "Satellite DC", la feria internacional de la industria aeroespacial que se lleva a cabo en Washington, la capital estadounidense, donde formó parte de la delegación argentina junto a otras ocho empresas y organismos nacionales, y en donde este nuevo lanzador espacial despertó el interés de numerosas firmas dedicadas al desarrollo de satélites livianos.
Uno de los fundadores de Tlon Space es Pablo Vic, un economista de 48 años que después de un accidente automovilístico decidió alejarse de su trabajo en una multinacional para volver a su vocación espacial que ya había despertado durante la escuela secundaria cuando a principios de la década de 1990, hizo una pasantía en el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (Citedef, en aquel entonces Citefa) en la que colaboró con el desarrollo de cohetes antigranizo para la provincia de Mendoza.
Desde la capital estadounidense, Vic contó a Télam que "después de un accidente automovilístico que me causó graves problemas de salud y me forzó a dejar mi trabajo en una multinacional donde yo ya tenía planificada mi carrera me encontré con un paper de un investigador estadounidense que planteaba que los microlanzadores iban a ser imprescindibles en un mundo en el que la tecnología tiende a su miniaturización y que eran posibles si se resolvían quince subsistemas en los que hay desafíos tecnológicos; ese texto fue el que me convenció que si podíamos resolver esos quince puntos podíamos ser pioneros espaciales".
"La primera persona con la que hablé es un amigo ingeniero que desde aquel momento también es mi socio y que lo primero que me preguntó es si esto era legal, porque hace 17 años cuando pensábamos en un lanzador liviano la idea de nanosatélites todavía era un concepto; yo tenía unos ahorros y después de charlarlo con mi pareja los invertí en esto", recordó.
El empresario resaltó que "el 'Aventura I' es un lanzador espacial miniaturizado, es el primer vehículo espacial por debajo de la tonelada de peso dedicado para posicionar nanosatélites en órbita baja, es un servicio para llevarlos a la órbita en la que quieren estar y no en la que los pueden dejar que es lo que sucede ahora cuando van como cargas secundarias en lanzadores grandes que ponen en órbita satélites de mayores dimensiones".
"Durante muchas décadas la actividad aeroespacial fue una industria de grandes volúmenes con lanzadores y satélites cada vez más enormes, pero en los últimos diez años se consolidó el auge de los nanosatélites como producto que puede brindar aplicaciones que antes eran imposibles para aparatos de esas dimensiones; de la misma manera que pasó con los teléfonos y las computadoras domésticas, la miniaturización abrió la puerta a nuevas capacidades y eso potenció este proyecto en el que veníamos trabajando desde 2005", añadió.
"En ese sentido nosotros ya estamos trabajando con firmas argentinas como Innova Space que trabaja picosatélites o la californiana Space AI fundada por argentinos que trabaja con nanosatélites", detalló.
Vic destacó que "una de las cosas que hicimos fue presentarle el proyecto a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) que después de analizarlo decidió acompañarnos porque reconocía la solidez de la idea y nos entiende como un complemento del lanzador Tronador que ellos están desarrollando; para ese proyecto ellos habían desarrollado una maquina especial que muy pocos países tienen y que sirve pata hilar el carbono con el que se hacen las estructuras de los lanzadores, ellos pusieron ese recurso a disposición y gracias a eso pudimos liberar la última de las tecnologías que teníamos que desarrollar".
El 'Aventura I' es un lanzador de unos nueve metros de altura, 40 centímetros de diámetro y poco menos de una tonelada de peso; además está diseñado en dos etapas de combustible líquido, la primera que genera la potencia para el despegue y alcanzar los 40 kilómetros de altura, y la segunda que desde ahí puede llevar la carga hasta 850 kilómetros de la Tierra.
El empresario aclaró que "entre el 60 y el 70% del lanzador es de origen nacional, se trata de componentes que no son considerados estratégicos por lo que son de libre disponibilidad comercial lo que facilita el acceso a los mismos; este mes estuvimos haciendo pruebas de motor en el puerto espacial que estamos desarrollando entre Miramar y Necochea, desde donde tenemos prevista para este año una campaña de cuatro intentos orbitales".
"En la 'Satellite DC' de Washington nos encontramos con el interés en este lanzador de parte de desarrolladores de nanosatélites de todo el mundo con muchos de los cuales firmamos cartas de entendimiento para trabajar en conjunto; muchos de ellos hoy pagan unos 70.000 dólares por kilo para ir como cargas secundarias en lanzadores que los dejan donde pueden y no donde quieren mientras que nosotros proponemos llevarlos a donde elijan por un costo que puede ser menor", comparó.
"Ahora que hay proyectos que hasta desarrollan satélites que procesan blockchain en órbita se empiezan a ver los resultados de este proyecto de largo plazo que arrancamos en 2005 siguiendo nuestros sueños, empezamos siendo dos y hoy Tlon Space emplea 20 personas de manera directa y otras 25 de manera indirecta, y creemos que como estamos diez años por delante de cualquier desarrollo similar vamos a crecer mucho más", completó Vic.
VIDEO: https://youtu.be/kc3owFRbuKc
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Mientras leia la nota pensaba en el Tronador y leyendo despues la contribucion de CONAE en el proyecto de Tlon Space me dio mucha alegria. Este es el camino la union entre el Estado y lo privado donde suman sus capacidades, espero que esta relacion siga prosperando.
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Boletín Oficial del día de la fecha
COMISIÓN NACIONAL DE ACTIVIDADES ESPACIALES
Licitación Pública 0011/2022
UOC: 15 - Subgerencia de Compras y Contrataciones Ejercicio: 2022 Clase: Única Internacional Modalidad: Sin modalidad Expediente N°: EX-2021-73294297- -APN-GAYRRHH#CONAE Objeto: Polvos Metálicos destinados a Manufactura Aditiva de componentes motor contemplados dentro del plan desarrollo propulsión Lanzador Tronador Retiro del Pliego de Bases y Condiciones Lugar y dirección: El pliego se puede adquirir participando del proceso en COMPR.AR. Plazo y horario: De 22/04/2022 13:00:00 a 03/06/2022 11:00:00 Consulta del Pliego de Bases y Condiciones Lugar y dirección: Las consultas, deben efectuarse a través de COMPR.AR. Plazo y horario: Hasta 31/05/2022 11:00:00 Presentación de Ofertas Lugar y dirección: Las ofertas se deberán presentar a través de COMPR.AR utilizando el formulario electrónico que suministre el sistema. Plazo y horario: Hasta 03/06/2022 11:00:00 Acto de Apertura Lugar y dirección: La apertura de ofertas se efectuará por acto público a través de COMPR.AR. En forma electrónica y automática se generará el acta de apertura de ofertas correspondiente. Plazo y horario: 03/06/2022 11:00:00 -
La empresa argentina Satellogic firmó un acuerdo con la empresa de Elon Musk y se disparan la acciones
La compañía fundada por Emiliano Kargieman y Gerardo Richarte continuará trabajando con SpaceX; los papeles avanzan 10%
Satellogic firmó un acuerdo con SpaceX, la compañía de Elon Musk, para hacer un remapeo semanal de toda la superficie de la Tierra en 2023 y más de 20 visitas diarias de cualquier punto de interés, que podría tener innumerables aplicaciones comerciales, de sostenibilidad y gubernamentales. Sus acciones se dispararon por arriba de 20% en el pre-market y ahora cotizan a US$9,85, una suba de 9,44% con respecto al día anterior.
La empresa fundada en la Argentina por Emiliano Kargieman y Gerardo Richarte se especializa en la recopilación de datos de observación de la Tierra con resolución submétrica. El “Acuerdo Múltiple de lanzamiento (MLA)” con SpaceX reserva capacidad de lanzamiento para sus próximos 68 satélites. Este nuevo MLA sigue al actual, que cubre los lanzamientos de 2022 y confirma que SpaceX continúa siendo el proveedor preferido de Satellogic para misiones de viaje compartido.
“Luego de nuestros éxitos de lanzamiento anteriores con SpaceX, nos complace haber firmado este MLA para continuar nuestro trabajo juntos en 2023 y más allá”, declaró Emiliano Kargieman, director ejecutivo y cofundador de Satellogic. Este acuerdo la coloca en la carrera a convertirse en una de las primeras compañías en poder reasignar toda la superficie del planeta en alta resolución y alta frecuencia.
“El anuncio de hoy garantiza que podremos continuar lanzando nuestros satélites a medida que se producen y que nos mantenemos encaminados para recolectar cada metro cuadrado de la superficie de la Tierra cada semana en 2023, brindando a nuestros clientes la información más actualizada y las fuentes de datos de alta resolución más confiables a escala global. Ampliar nuestra capacidad es crucial para hacer que los datos de observación de la Tierra sean accesibles para todos”, agregó.
En enero, la empresa comenzó a cotizar en el Nasdaq, en Nueva York. Este hito, anunciado en redes sociales por su CEO Emiliano Kargieman, acercó la empresa a convertirse en el nuevo unicornio argentino, es decir, una de las pocas empresas con una valuación de mercado superior a los US$1000 millones. Este acuerdo la arrima aún más.
https://www.aviacionargentina.net/topic/81/desarrollo-aeroespacial-argentino/217
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Pequeños satélites para dar conectividad
La empresa Innova Space diseña y construye pequeños satélites que pueden brindar conectividad para industrias en zonas alejadas. El proyecto, que surgió en una escuela técnica de Mar del Plata, ya tiene un prototipo en órbita y recibió financiamiento del MINCYT. Planean realizar alrededor de 100 lanzamientos para el año 2024.
Cada vez son más las industrias que automatizan sus procesos mediante el uso de sensores que permiten enviar señales para avisar de desperfectos o cuando, por ejemplo, hay que reponer materia prima. Pero esa conectividad que ya es algo común en las grandes ciudades no está disponible de igual manera en áreas productivas como el agro, la minería o la actividad marítima.La proliferación de satélites de bajo costo está haciendo que estas industrias ya no estén tan lejos de poder acceder a esa conectividad a costos hasta hace poco muy altos, quizás no con la misma velocidad que en una ciudad pero lo suficientemente confiable como para poder recabar la información de sensores críticos que puedan ayudar a hacer más eficiente la producción. La pyme argentina Innova Space apunta a estos sectores mediante el desarrollo y el lanzamiento de picosatélites, que tienen 10 centímetros de altura y pensan alrededor de medio kilo.
El proyecto surgió en las aulas de la Escuela Técnica Número 5 de Mar del Plata, donde su actual director, Alejandro Cordero, se desempeña como docente de electrónica. Los picosatélites de Innova Space orbitan la Tierra a 500 kilómetros y podrían brindar conectividad en distintas partes del mundo.
Los picosatélites construidos por Innova Space tienen 10 centímetros de altura y pensan alrededor de medio kilo. Foto: Innova Space.Una constelación de estos satélites podría brindar una conexión de un mega por segundo, bastante bajo en comparación a los estándares de una ciudad pero suficiente para recabar información de sensores, con una latencia de cinco minutos. La mayoría de sus potenciales clientes dijeron que con tener un dato por día ya era suficiente pero hay algunos pocos, como los sensores de seguridad de silobolsas, que requieren datos cada algunos minutos. Para hacerlo deberán lanzar entre 75 y 100 de estos mini satélites, lo cual proyectan para el año 2024.
Sobre el tiempo que estará en órbita cada uno de estos picosatélites, Ignacio Pintos, jefe de Ingeniería de Innova Space, le dijo a TSS: “Los primeros satélites estamos previendo que se mantengan en órbita entre dos y tres años, y podríamos tener la posibilidad de extender el plazo si mejoramos la plataforma. Eso dependerá de lo que requiera el mercado y cúan rápida sea la renovación de las plataformas que necesitemos. Hoy en día, con la renovación tecnológica que estamos viviendo, dos o tres años ya es mucho”.Los componentes con los que se hace el satélite están disponibles comercialmente, es decir, se trata de sensores, memorias y antenas que pueden conseguirse en el mercado y ya tienen certificación satelital. Esto ahorra pasos y costos a la hora de armarlos. Ciertas plaquetas y el software son diseñados y construidos por Innova Space. “Hoy en día hay una crisis global de componentes en general, sobre todo en semicondutores, y eso nos obliga a trabajar con los componentes que están disponibles y tienen una provisión acorde con los tiempos con los que nos estamos manejando. Por suerte, hasta ahora no hemos tenido que modificar demasiado la plataforma por estas cuestiones. Trabajamos con componentes de este tipo porque si nos ponemos a hacer componentes de grado espacial ultra certificados posiblemente los costos se eleven demasiado y por la expectativa que tenemos del uso de cada satélite no está justificado. Está previsto que la crisis de semiconductores se extienda y muchas empresas están construyendo plantas para producirlos en otros continentes debido a los problemas de abastecimiento”, explicó Pintos.
Render del MDQSAT-1A “Juana Azurduy” que se lanzará en octubre de este año. Foto: Innova SpaceA principios de año, Innova Space lanzó en un cohete de la empresa SpaceX el satélite MDQubesat-1 San Martín, que ya está enviando información para probar su rendimiento. Y, en octubre, se lanzará el MDQSAT-1A Juana Azurduy. La información que transmite es recibida en la estación terrena que Innova Space tiene en Mar del Plata y, en pocos días, también en la estación terrena de la UNSAM, en el Campus Miguelete. “Tenemos previsto empezar a abrir otros lugares para bajada y subida de datos a medida que tengamos las autorizaciones de la Unión Internacional de las Comunicaciones (UIT). Igualmente, hay varios servicios que nos permitirían hacerlo mediante contratos”, dijo Pintos.
El proyecto contó con financiación inicial de la aceleradora de empresas marplatense Neutrón y en el año 2020 recibió un ANR (aporte no reembolsable) del Ministerio de Ciencia por 14,5 millones de pesos, además de diversos reconocimeintos.
Innova Space es parte de un conglomerado de empresas que se están desarrollando tecnologías en el país con aplicación en el espacio. Un ejemplo es la empresa Satellogic, que ya lanzó 22 satélites que proveen imágenes de la Tierra para aplicaciones en áreas como agro y seguridad. También hay numerosas empresas que hacen análisis de imágenes satelitales, especialmente para la industria agropecuaria.
“La fortaleza de la Argentina es el capital humano, la formación científica y tecnológica de muchos especialistas que están por todo el mundo generando valor agregado y después trayéndolo de nuevo al país. También es importante la cooperación internacional, que el país ha sabido mantener para que esos lazos se mantengan”, destacó Pintos. (Source/Photo: TSS)
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@osky1963 dijo en Desarrollo Aeroespacial Argentino:
Pequeños satélites para dar conectividad
La empresa Innova Space diseña y construye pequeños satélites que pueden brindar conectividad para industrias en zonas alejadas. El proyecto, que surgió en una escuela técnica de Mar del Plata, ya tiene un prototipo en órbita y recibió financiamiento del MINCYT. Planean realizar alrededor de 100 lanzamientos para el año 2024.
Cada vez son más las industrias que automatizan sus procesos mediante el uso de sensores que permiten enviar señales para avisar de desperfectos o cuando, por ejemplo, hay que reponer materia prima. Pero esa conectividad que ya es algo común en las grandes ciudades no está disponible de igual manera en áreas productivas como el agro, la minería o la actividad marítima.La proliferación de satélites de bajo costo está haciendo que estas industrias ya no estén tan lejos de poder acceder a esa conectividad a costos hasta hace poco muy altos, quizás no con la misma velocidad que en una ciudad pero lo suficientemente confiable como para poder recabar la información de sensores críticos que puedan ayudar a hacer más eficiente la producción. La pyme argentina Innova Space apunta a estos sectores mediante el desarrollo y el lanzamiento de picosatélites, que tienen 10 centímetros de altura y pensan alrededor de medio kilo.
El proyecto surgió en las aulas de la Escuela Técnica Número 5 de Mar del Plata, donde su actual director, Alejandro Cordero, se desempeña como docente de electrónica. Los picosatélites de Innova Space orbitan la Tierra a 500 kilómetros y podrían brindar conectividad en distintas partes del mundo.
Los picosatélites construidos por Innova Space tienen 10 centímetros de altura y pensan alrededor de medio kilo. Foto: Innova Space.Una constelación de estos satélites podría brindar una conexión de un mega por segundo, bastante bajo en comparación a los estándares de una ciudad pero suficiente para recabar información de sensores, con una latencia de cinco minutos. La mayoría de sus potenciales clientes dijeron que con tener un dato por día ya era suficiente pero hay algunos pocos, como los sensores de seguridad de silobolsas, que requieren datos cada algunos minutos. Para hacerlo deberán lanzar entre 75 y 100 de estos mini satélites, lo cual proyectan para el año 2024.
Sobre el tiempo que estará en órbita cada uno de estos picosatélites, Ignacio Pintos, jefe de Ingeniería de Innova Space, le dijo a TSS: “Los primeros satélites estamos previendo que se mantengan en órbita entre dos y tres años, y podríamos tener la posibilidad de extender el plazo si mejoramos la plataforma. Eso dependerá de lo que requiera el mercado y cúan rápida sea la renovación de las plataformas que necesitemos. Hoy en día, con la renovación tecnológica que estamos viviendo, dos o tres años ya es mucho”.Los componentes con los que se hace el satélite están disponibles comercialmente, es decir, se trata de sensores, memorias y antenas que pueden conseguirse en el mercado y ya tienen certificación satelital. Esto ahorra pasos y costos a la hora de armarlos. Ciertas plaquetas y el software son diseñados y construidos por Innova Space. “Hoy en día hay una crisis global de componentes en general, sobre todo en semicondutores, y eso nos obliga a trabajar con los componentes que están disponibles y tienen una provisión acorde con los tiempos con los que nos estamos manejando. Por suerte, hasta ahora no hemos tenido que modificar demasiado la plataforma por estas cuestiones. Trabajamos con componentes de este tipo porque si nos ponemos a hacer componentes de grado espacial ultra certificados posiblemente los costos se eleven demasiado y por la expectativa que tenemos del uso de cada satélite no está justificado. Está previsto que la crisis de semiconductores se extienda y muchas empresas están construyendo plantas para producirlos en otros continentes debido a los problemas de abastecimiento”, explicó Pintos.
Render del MDQSAT-1A “Juana Azurduy” que se lanzará en octubre de este año. Foto: Innova SpaceA principios de año, Innova Space lanzó en un cohete de la empresa SpaceX el satélite MDQubesat-1 San Martín, que ya está enviando información para probar su rendimiento. Y, en octubre, se lanzará el MDQSAT-1A Juana Azurduy. La información que transmite es recibida en la estación terrena que Innova Space tiene en Mar del Plata y, en pocos días, también en la estación terrena de la UNSAM, en el Campus Miguelete. “Tenemos previsto empezar a abrir otros lugares para bajada y subida de datos a medida que tengamos las autorizaciones de la Unión Internacional de las Comunicaciones (UIT). Igualmente, hay varios servicios que nos permitirían hacerlo mediante contratos”, dijo Pintos.
El proyecto contó con financiación inicial de la aceleradora de empresas marplatense Neutrón y en el año 2020 recibió un ANR (aporte no reembolsable) del Ministerio de Ciencia por 14,5 millones de pesos, además de diversos reconocimeintos.
Innova Space es parte de un conglomerado de empresas que se están desarrollando tecnologías en el país con aplicación en el espacio. Un ejemplo es la empresa Satellogic, que ya lanzó 22 satélites que proveen imágenes de la Tierra para aplicaciones en áreas como agro y seguridad. También hay numerosas empresas que hacen análisis de imágenes satelitales, especialmente para la industria agropecuaria.
“La fortaleza de la Argentina es el capital humano, la formación científica y tecnológica de muchos especialistas que están por todo el mundo generando valor agregado y después trayéndolo de nuevo al país. También es importante la cooperación internacional, que el país ha sabido mantener para que esos lazos se mantengan”, destacó Pintos. (Source/Photo: TSS)
Estimado amigo,
Para las próximas notas, recordá poner la fuente de la noticia.
Muy interesante lo que trajiste!
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En vez de drones, mini satélites bombas...